Ugrafías

Sigo con el asunto de mi última entrada. Más viñetas, pues asistí ayer tarde a otra actividad del ciclo sobre memoria de las luchas por la vivienda de la Regidoria de Memòria Democràtica. El programa incluye actividades varias hasta finales de junio. Ayer, presentada y moderada por Ivan Pintor, la charla en la Biblioteca Can Fabra -dicho sea de paso, especializada en comic y donde voy a trabajar próximamente- contó con la presencia de Ana Sainz Anapurna, Susanna Martin y Jaime Martin.

Anapurna y el guionista Francisco Sánchez nos presentaron un avance del trabajo que están acabando, por encargo del Ajuntament, sobre la huelga de alquileres de 1931, y escuchamos sobre cómo, casi cien años después, seguimos con problemáticas de vivienda muy similares a las que causaron aquel movimiento vecinal reivindicativo. Más tarde Susanna Martin hizo comentarios sobre buena parte de su obra, que abarca temas sociales e históricos, desde la figura de García Lorca a la de Annemarie Schwarzenbach, desde las vivencias de las mujeres migrantes a las del colectivo lgtbi, etcétera. Finalmente Jaime Martin nos habló de las realidades de la periferia de Barcelona, y de su relación, absolutamente autobiográfica, con la magnífica trilogía de la que es autor, que he devorado recientemente y que recomiendo con auténtica convicción.

Aunque el mundo del comic pueda servir de evasión de la realidad, es importante comprobar que hay autoras que se esmeran en que lo que dibujan esté bien documentado, en que las viñetas sean fidedignas para con las realidades que describen, pues está claro que el medio no siempre trata de universos fantásticos. Cabe realismo y cabe memoria y denuncia social en el poliédrico mundo de las viñetas y las novelas gráficas.

Este mismo mes, en el marco del mismo programa sobre Memoria, participé también en una ruta comentada a través de la historia de los barrios de Navas y de Congrès, donde, casualmente, he vivido prácticamente toda la vida. La experiencia fue muy buena. Cuando descubres anécdotas y a la vez estructuras, condiciones y personajes, sobre las calles y las plazas por las que te has movido cientos de veces, entonces el cerebro y el corazón, e incluso el hígado, pasan a tener curiosas reacciones: el barrio lo lleva uno en las vísceras como en la piel, y es como oir hablar de un familiar que siempre estuvo ahí aunque nunca te lo presentaron. Por ello creo que todo esto de las rutas comentadas es una actividad a promover. Recordé también cómo había disfrutado, hará más de una docena de años, en otra que se hizo por Sant Andreu o, no hace tanto, en otra por la Ciutat Vella.

Y voy ya con los balances que menciono en el título de la entrada. Acabó el invierno y, después de todo, me pasó volando, casi sin escribir. No es por tanto una manera de desacelerar el tiempo, este vicio de darle a la tecla. Pero sí es cierto que si no escribo, no solo aquí, sino tampoco en mis otros rincones en la web, pues acumulo más y más cosas por decir, más sensaciones por expresar, más curiosidades por compartir... de manera que me vuelvo a plantear lo de retomar el reto del ritmo, el reto del tope a cumplir, y el rito de abrir el ordenador más por comunicar que por ser espectador.

En el balance de este marzo, el mes se me escapa sin comentar nada de sus variados bofetones -no solamente el famoso bofetón entre millonarias estrellas, también los constantes bofetones al derecho a la información, también los que recibe el bolsillo con la inflación desatada. Escribiré sobre todas esas hostias. A ver si en la próxima pausa vacacional y pascual me hago un via textis. El via crucis se lo dejo a quienes entiendan de cruces. Aunque no hay texto sin cruz pues eso es, una cruz, también, la equis del tejido-texto. Incógnita que aun falta por despejar, que cantaba aquel.

El miércoles pasado asistí a una charla sobre comic y activismo por la vivienda, programada dentro de un ciclo de actuaciones y actividades que se iniciaron en junio del año pasado y concluirán en junio del presente, orientadas a la difusión de la memoria de las luchas por la vivienda en la ciudad de Barcelona. Se coordina desde la Regidoria de Memoria Democrática del Ajuntament y en colaboración con la plataforma Transductores. 

Para situar el ciclo es interesante ver su presentación, que hace ocho meses (video) se hizo en el MUHBA [un resumen: Josep Ma Muntaner presenta el concepto y hacia el minuto 12 podemos ver el esquema que relaciona la investigación en la UPC con el MUHBA y con la memoria vecinal recogida en mesas de cada uno de los diez distritos. Hacia el minuto 14 David H. Falagán presenta el esquema cronológico y más tarde, hacia el minuto 20 el mapa que pudo rellenarse durante los meses de consulta a los barrios y hacia el minuto 24 Júlia Gutierrez, de Transductores, presenta un cronograma y más tarde un mapa por distritos con ejemplos de luchas localizadas. Hacia el minuto 32, en el esquema de hitos a visibilizar se recojen los objetivos ‘cartografiables' y que son objeto de la investigación y de la memoria. Se incide en priorizar la cronología de 1960 a 2000, quedando por tanto fuera de foco el período de movilizaciones de 2006 a 2009, en tiempos de las Plataformas por la Vivienda Digna, las asambleas de VdeVivienda y las PHRP, así como más tarde las PAH y las luchas ligadas al 15M y a sus redes locales.] Todo el programa y los esquemas, gráficos y mapas presentados pueden consultarse en este pdf. 

A finales de marzo habrá otra charla sobre la relación del comic y las luchas sociales y también se dará en una biblioteca pública municipal. Espero asistir pues esta de la semana pasada realmente fue interesante y motivadora.

El acto se inició con unos emocionados recuerdos para el dibujante Miguel Gallardo  y para el periodista José Martí Gómez, fallecidos ambos muy recientemente.

Pepe Gálvez, tras hablarse sobre Gallardo y sobre Martí, moderó la charla, y lo hizo fenomenalmente, acompañando el debate con una selección de imágenes que ilustraban todo lo recordado por los participantes en el encuentro.

Primero fue Andrés Naya, anima mater de la revista Carrer. Hubo recuerdos para los cortes de tráfico de la Avenida Meridiana, entonces por protestas de los habitantes de ‘la Prospe', en tiempos en que la corrupción y las estafas eran ya palmarias: "se hacían cien casas y se vendían cuatrocientas"; tiempos en que el ínclito Samaranch estaba tras pelotazos del calibre del de Ciutat Meridiana, en una zona "demasiado húmeda para construir un cementerio", y sin embargo válida para ese barraquismo vertical de libro. Fue entonces cuando aparece la "Prensa pobre" y su referente más clásico, la revista Butifarra! , en la que coincidieron casi todos los participantes de la charla de este miércoles. Paréntesis aquí para recomendar la antología publicada en 2015 

Se recordó una exposición en la parroquia de San Sebastián, reprimida por los grises de Martin Villa; se habló de los números especiales sobre ‘el urbanismo feroz' o ‘la iglesia,s.a'; sobre los juicios por denuncias y cómo se libraron de las condenas; se hizo broma sobre que eran "asamblearios pero con un lider" -se deduce que éste fue Alfons López- que intervino también contando cuestiones de la trastienda de todo aquel grupúsculo subversivo... "Uníos, que esto se acaba", dijeron entonces... Y en esas estamos.

Naya apuntó la idea de hacer un auca para la memoria histórica. Se comentó aquello de "la lucha como diversión". López hizo un recorrido por la memoria de otros componentes, como Avi, Gimenez, El Cubri, el Equipo Andaluz de Tebeos, el "ANCHE" (Asociación para el Estudio de la Comunicación Humana) del Colegio Oficial de Ingenieros industriales de Cataluña, como ‘tapadera' del tinglado. También recordó al seminal Opisso respecto a las imágenes de masas urbanas y habló también de los ‘otros' dibujantes, esto es, de derechas, como Muntañola, Mingote, etc. Fueron especialmente memorables los comentarios de Gálvez y López a una historia de Carpanta, de 1949, relacionada con el hambre y los pantanos y a otra de Escobar relacionada con las porteras y el precio de los alquileres. En fin, viñetas que van mucho más allá del dibujo, esa era la cuestión.

Carlos Azagra amenizó con unas cuantas anécdotas hilarantes, sobre cómo se reunían en bares y en ‘granjas' (y cómo le sorprendió que en Barcelona se llamara así a las cafeterías) o sobre sus vivencias de la noche del 23F. Encarna Revuelta explicó cómo empezó a colorear los dibujos de Carlos allá por los tiempos en que se echaba el cierre al diario Liberación. Marika Vila también recordó cómo entonces el feminismo fue parte constituyente de todos aquellos saraos políticos, revulsivos y todo lo demás, pero que se reflejan sin duda en aquellos tebeos, aquellas revistas. "El comic es un reflejo de la sociedad".

Al quedar todo circunscrito al siglo XX, no vino al caso la indisimulada relación de VdeVivienda con el comic, al menos a cuatro niveles. El nombre proviene de la obra de Alan Moore, V de Vendetta. Los "fotomatones por la vivienda" se hacían con ‘bocadillos' tipo tebeo. La estupenda exposición itinerante montada por el compatero J.R.Mora "Especula en Acción" (y cuyo blog milagrosamente resiste, se ve). Nuestros héroe/heroina llevaban capa y mallas: Supervivienda. Cuatro 'históricas' curiosidades que no están en el mapa del siglo pasado, sino en los últimos años de la primera década de este. Pero así y todo, fue un estupendo ejercicio de memoria. El humor es un arma no violenta y se supone que la memoria, de entrada, también.

De entrada quiero comentar aquí lo que se publica aquí al lado, en el blog vecino de mi compaterano Luis. Como bien dice, recoge el reto de escribir al menos una vez mensualmente en este blogroll de Voces Amigas. En su entrada de enero ya hay tanto fondo y motivación como para abonarse.

Tratándose, como trata, de nostalgia, pues y... cómo no recordar aquellos debates, diálogos, engarces y flecos en el grupo de correo que fue 'La patera' y que más que un 'colectivo' era, en el sentido morrisoniano, 'a feast of friends'. También quiero agradecer de nuevo a Mikel, copartera de aquella patera, que haya mantenido la llama de esta página siempre en combustión. Sin su labor ni tendríamos este espacio ni se hubiera adecentado con la reedición de los textos de Javier ni habría de qué para plantear nuevos retos y nuevos asuntos. También quiero enviar un abrazo para Alberto Piris, pues aunque no nos conocemos en persona, su presencia en este mismo sitio es una gran suerte y un honor para todos nosotros. Y quiero también mencionar el apoyo que le han dado a todo esto Maria, Samuel y Juanjo, especialmente. Esperándoles leer de nuevo por aquí. Me da por recordar, con nostalgia y blues pero también con ilusión y con rythm, la reconstrucción de la banda del clásico de John Landis.

Y al grano: Primero los retos. Reanimar esto. Resucitar es importante, pero hay que mover el árbol para recoger nueces. ¿Frentes? Se me ocurren varios pero mejor ponerlos en marcha que enumerarlos. Paso a paso. ¿Causas? Las únicas perdidas son las que se abandonan. Ya sé, frase trillada, pero se avecinan motivos y con ellos pues ellas. ¿Caminos? Sí, y autopistas, como ya avanzó Perich choteándose del opusdeico Escrivá.

Y luego los ritos. Mantener aquellos. Instagramear los lunes, criticar en FilmAffinity los martes, blogger los viernes, wordpress los sábados... Durante el 2021 casi fueron ritos pues eran repetidos con la idea de marcarme ritmos. Se me acumulan motivos para dar más brochazos y pinceladas, según se tercie. Y en paralelo, mis rituales más habituales en los últimos años... acabar viendo y tachando todas las películas de distintas listas, y sumergirme en reflexiones provocadas por etiquetas, tejuelos, pictos y otros asuntos libreros y libreriosos.

Este enero hubiera querido escribir sobre Eco y sobre Brecht, sobre la Beale Street de James Baldwin y sobre The Help de Kathryn Stockett, también periodista, como Lowell Bergman, que interpretó Al Pacino. Más adelante, algo de todo ello comentaré por aquí.

Esta semana se iniciaba el lunes dando pie a recordar el día que nació Javier Ortiz, un 24 de enero, y que, casualidades del santoral, es el día de San Francisco de Sales, patrón de reporteros y escritores. Quise escribir sobre ello el pasado domingo, pero finalmente se me ha escapado ya el mes y su perenne cuesta asociada.

Este año lo inicio, así pues, aun sin ningún reto concreto pero ya empiezo a sentir la necesidad de redactar y de repasar, y de repetir el rito de compartir lo escrito. Saludos con acento en la u.

Último domingo del año. Va acabando el 2021 y con ello el reto que me propuse cuando se inició. Desde mi blog en blogger inicié el 1 de enero, con Odisea de lo que sea -2021odlqs- el ejercicio caprichoso de escribir semanalmente en siete sitios distintos. Me inventé el deporte del heptablogging, que lejos de ser olímpico es solamente esdrújulo. Contento estoy, pues he conseguido volver a teclear con ganas y con pasión; no he conseguido muchas más personas lectoras, pero eso, si alguna vez pasara, pasaría por lo anterior: sin ritmo y sin emoción no hay sonata que suene. Y el eco... pues si ha de llegar ya llegará.

Mientras tanto, también semanalmente, he escrito en blogspot, en wordpress, en una web sobre cine, y etecé etecé.

Hago balance de lo escrito este año aquí en Ugrafías y tiro de cuentas, como hacía Patxi de Emilipasa en la patera de los ortizadictos. Cuento y compruebo que esta es mi entrada 195 en estas Voces Amigas. Y que esta es la entrada 45 de este #2021odlqs. Si lo resto a las 52, solamente he faltado siete domingos a la cita, y han sido consecutivos, del último de agosto al segundo de octubre. Si lo miro en el conjunto total es casi una cuarta parte de lo que he escrito en estas Ugrafías. Solamente en 2006 escribí tanto. Desde junio de 2009 hasta final de 2020 escribí, en once años largos, la misma cantidad, 45 entradas.

Tengo muy presente aquello de que la creación (la escrita, en este caso) es un diez por ciento de inspiración más un noventa por ciento de transpiración. Y por más que teclado y pantalla sean distintos de los aparatos de gimnasio, pues ya que no me ha dado por ser deportista al menos ejercitando la redacción alguna caloría quemará también. Durante todo el año la atención a la fecha, y con ello a su cita semanal, me ha sido útil, pues sin tensión no hay tesón, valga la rima fácil.

Si ojeo el listado de los 45 títulos con ello recuerdo que hablé, el primer día de Greta Thunberg, el segundo de democracia y trumpismos y el tercero de anatomía. Ya que no de admiradores, también hablé de varies de mis admirades, de Javier, de Leo, de Emilio, de Arcadi, de Adriana, de Guillem, de las otras políticas y de otros citables. Hablé de palabras raras, de olimpiadas, de alguna parodia, de al menos tres películas en particular y de biopics y de cine en general. Ugrafié sobre recuerdos, de mi infancia, de música badlander, de fútbol, o incluso de cuentas frikis. He comentado resultados electorales, un libro sobre el quinceeme y lo de la O del psoe y lo del borbón en un zulo. Y cómo no, siendo 2021, anoté mi primera vacuna anticovid.

Me planteo más retos para este 2022. Escribir semanalmente aquí, pues puede que también. Que sea cada domingo, ya seguramente no. En todo caso, gracias por leer esto y lo otro.

Firmo hoy como Homer, por aquello de que sea lo que sea ya fue y hay que firmarlo como sea.

Ya entrando en los últimos días del 2021 y con ello en los últimos pensamientos de mi #2021odlqs tengo la sensación que provoca la fecha de vencimiento de un préstamo.

El próximo domingo remataré el reto en la parte que corresponde a este blog, y a partir del 2 de enero ya no me impondré ni calendario ni temario, pero creo que me seguiré sacando ugrafías de la quijotera.

Esta penúltima entrada del ciclo va de cine. De hecho este año he visto mucho, y también por causa de otro reto autoimpuesto como es el de acabarme la que podría llamar la "lista de Schneider" ... Estoy ya a menos de dos docenas de títulos pendientes de los 1246 que conforman a día de hoy la lista de films seleccionados en las diversas ediciones del libro aquí editado y reeditado por Grijalbo de "las 1001" con las críticas coordinadas por Steven Jay Schneider ...

Claro que no se ciñe a una lista lo que me viene bien ver, de manera que algunos títulos, por otros motivos, los tengo también pendientes. Uno de ellos conseguí verlo ayer. Casi 3 horas de peliculón. Me llamó la atención que estuviese en muchos sitios considerada como una imprescindible. Realmente es una de esas que no se olvida. Se trata de "Judgment at Nuremberg", de Stanley Kramer, aquí retitulada como "¿Vencedores o vencidos?". Sin estar entre aquellas más de mil, está considerada como sobresaliente en distintos sitios cinéfilos.

Tremendo guión, Clift y Abby Mann, que recibió un Oscar, tremendas actuaciones todas, tremenda dirección que saca todo el jugo posible de sus recursos y finalmente, tremenda sensación de que no hay ni justicia ni injusticia que no sea relativa a otras justicias e injusticias previas. Se supone que en el año 1961 muchos aspectos que aparecen orbitando sobre los juicios de Nuremberg celebrados a finales de los años cuarenta aún tenían mucho hierro candente.

No hay reflexiones banales, ni por asomo, en todo el metraje. Al contrario, se registran muchas perspectivas y se las hace confrontar sin que ello sea en balde. Por el contrario, se retratan muchos defectos de los estamentos militar y judicial, a la vez que muchas otras esenciales cuestiones sobre lo que se juzgó -y lo que no- en Nuremberg.

Sesenta años después, el sentido de aquellas sentencias sigue siendo el de querer cerrar casos que no pueden cerrarse nunca.

Pues hoy no vengo a hablar de mi libro. Ya me gustaría, pero estos mis domingos no me dan para encuadernar nada. Son de momento como olas y olitas en esta odisea de lo que sea que se acerca a su Itaca como a 2022.
Pero sí vengo a proponer y a propagandar el publicado por Anagrama el pasado junio y titulado, precisamente, "Los domingos". De Guillem Martinez. Hay una vista previa en Google Books.

«Guillem Martínez es uno de los fenómenos más portentosos a que ha dado lugar el periodismo español de las tres últimas décadas», dice Ignacio Echevarría en el prólogo a Los domingos. Este libro reúne una selección de textos aparecidos los domingos -de ahí el título- en la revista digital CTXT. Son piezas periodísticas que, sin renunciar jamás a esa condición, son, al mismo tiempo, jugosamente literarias.

El lector encontrará en estas páginas asuntos muy variopintos (...) El resultado acaso pueda ser leído como una guía para perplejos. Es periodismo. Es literatura. Es la bomba.

Me ocurre leyendo a Guillem algo que me ocurría leyendo a Javier: me hace pensar y sonreir al mismo tiempo. Puede parecer una estupidez, y quizás lo es, pero sencillamente no me suele ocurrir con otros periodistas. Creo que es bastante complejo activar al mismo tiempo la curiosidad, la meditación y el regocijo. Y a la vez hay un latido de noticiario, de inmediatez, o de eso que diferencia al columnista de los novelistas y los ensayistas.

Si sigo con la metáfora de las columnas, las de Javier se me antojan como las de Bernini o las de Borromini. Consistentes, contundentes y mal llamadas barrocas. Recuerdo cuando tuve la suerte de tener un buen profesor en los años 80. Sobre el papel, daba clases de Arte Barroco. Desde el primer día nos aclaró: no íbamos a estudiar barroco, sino el siglo XVII. C'est pas la même chose. De la misma manera, las columnas de Javier Ortiz aguantaban todo un templo de ideas bien claras y bien firmes, como el mármol de aquellos clásicos. Pero toda esa seriedad dejaba siempre aire para respirarlo todo con un toque de canela, un toque de humor, y esos redobles finales que podían ser sentencias irrevocables o, por el contrario, aplazamientos del juicio para instigar más reflexiones.

Las columnas de Guillem Martinez se me hacen bien diferentes, más a lo Gaudí. Delirantes, desatadas y mal llamadas modernistas. Será por compartir generación, por compartir favoritas fuerzas políticas, o por gustar, precisamente, de lo barroco en tanto enrevesado, pero el caso es que mientras leo sus divagaciones me encuentro con un montón de sensaciones comunes. Y sí, a veces se le va la flapa cosa mala. Y sí, hay que conocer, para no perderse, sus giros, sus hipos, sus abreviaturas y sus alunizaciones. Pero una vez se da por normal todo ese despiporre, el paseo se hace grato y bienhumorado, por más que sea un paseo incluso sobre hechos preocupantes.

El pasado martes volvió a fliparme con la dicotomía entre Darwin y Fitz-Roy y bajo el lírico título de "El lirio y el delirio"  daba otro repaso a lo que vemos y a lo que se ve que otros ven. Huelga decir que si lo comento aquí es porque recomiendo leerlo.

Casualmente, Iturri acaba de citar aquí al lado en sus Pedradas a Perez Andujar. Él y Martinez Teruel son mis vecinos escritores preferidos. Por eso les hago la ola. Esta ola, quicir.

Nunca se publicó "Mis primeras tres mil (con pocos obstáculos)". Se trataba de unas memorias de un corredor de medio fondo. El borrador no llegó a ningún editor y quedó manuscrito en un cajón de su escritorio.

La disciplina conocida como 3.000 metros con obstáculos es olímpica desde hace poco más de un siglo, si bien se situa el origen de estas llamadas steeplechase (athletics) en las primeras "cazas de campanarios", a caballo, practicadas ya en el siglo XVIII.


Patxi corría esa modalidad y, aunque nunca bajó de los 12 minutos, tuvo tiempo para ir cavilando el asunto mientras saltaba vallas y fosos. Se refería a sus 3.000 primeras semanas de vida.

¿Cómo? Tres mil semanas? Y eso? Cualquiera, llegado este punto, se hace esa pregunta. Seguramente escribo esto porque yo mismo, el martes que viene, día 7, cumplo 3.000 semanas. Matemáticamente, al mismo tiempo, cumpliré 21.000 días. Es una frikada, no tengo duda, el contar el tiempo de esa manera. O de otras muchas. Pero igual que me ocurre ante los mapas, que me da por invertirlos, mirarlos desde otras perspectivas, tunearlos incluso... lo mismo me ocurre con la cartografía del tiempo, que al fin y al cabo todo lo que sea contar es mapear, y viceversa.

No hace demasiado de mi primer disloque loco con lo de los hábitos contables. Fue escuchando una canción de los Arnau Griso titulada Mil Meses. Más o menos es la media de esperanza de vida en el primer mundo (el primero de los más de cuatro que hay...). La letra de la humorada musicada comienza así

Comprar cosas que no quieres para el tiempo que no tienes, calculando lo que debes que la vida son mil meses, mil meses.
Puede escucharse aquí.

Fue escucharlo y en el coco algo me hizo un clic. Toda la vida llevo leyendo biografías en enciclopedias y se colocan los años normalmente al principio. Cuatro cifras si al cierre de la edición la persona aun vive. Normalmente ocho si ya falleció. Me pregunté cómo sería medir el tiempo de un modo en base más decimal. Sobre la plantilla de los mil meses, los 500 se cumplen ya pasados los cuarenta años, los 100 primeros cuando aun no se han cumplido nueve, y así el esquema, más acorde a las métricas habituales, que tienen en lo decimal la base más común, pues se dibuja de otra manera. Al fin y al cabo mi idea de ugrafiar es la casi inocente idea de dibujar de otra manera. Si en vez de friki hubiese sido hábil con los lápices estaría haciendo viñetas y mapas rarunos. Me queda el placer de garabatear estas cosas. Cosa que hago semanalmente, por otro lado.

Y es que en mi particularmente público #2021odlqs he comentado en mi (otro) blog semillero-florero, que hice mi medio millón de horas a principios de verano, lo cual equivale a 30 millones de minutos. También quería compartir por aquí estos desajustes contables con la esperanza de provocar alguna curiosidad. Filosofar sobre lo que es una semana y por qué siete y no ocho ni seis... eso será otro día... pero desde luego no es tontería, tampoco.
 

nota: dejo un enlace donde calcularse los días cada quien y en otro apartado del sitio te calculan la edad en caso de haber nacido en otros planetas...
Y dejo otro para todo el lote de recuentos y refábulas.

Otras maneras, otras líneas y otras clases. Los dos fines de semana anteriores se movió el asunto de las #otraspolíticas con sendos actos públicos. Cierro el tríptico pues, refiriéndome a lo que considero que es clave en este proyecto.

Y creo que lo es el tema de las clases. Sociales, por supuesto. El discurso de Díaz, Colau, Oltra, y demás, que hay por suerte muchas más, está bien asentado, tiene ya buenos cimientos en las experiencias de los últimos años, y puede levantar un sólido edificio político. Es difícil, como dice el chiste, pero es posible, como se comprueba en las palabras de estas mujeres políticas en activo. Pero más allá del discurso, que puede tenerse como recitable pero luego no aplicarlo, lo que me importa es el hecho de la clase. Lo que me genera confianza es el compartir clase y conciencia de la misma, y ahí no me refiero solamente al nivel de renta sino a la relevancia que tiene que nunca, anteriormente, personas de clase trabajadora llegaran a ponerse al frente de proyectos con visos de ser ampliamente apoyados en diversas elecciones políticas.

Por lo que leo sobre los orígenes de Yolanda Díaz y Mónica Oltra y por la contundencia y orgullo con que defienden venir de donde vienen, toda la reacción de verborrea del "ahora que cobran tanto" me lleva directamente al "ladran, luego cabalgamos". En el caso de Ada Colau y sus más próximas colaboradoras, con el hecho de haberlas conocido en asambleas y comisiones casi semanalmente, de mediados de 2006 a mediados de 2009, no necesito leer nada más. Digamos que sé.

El pivote de todo esto también es clave. A mí personalmente me basta con tener confianza en la clase que encarnan, más que representan, pues de hecho representan a quienes tenemos estudios universitarios más que a quienes no, irónicamente. El problema es cómo de sencillo es tirar por tierra toda esa prédica con el ejemplo, con campañas orquestadas de falsedades y demás. El problema es lo frágiles que son hoy en día las verdades como puños. El problema estriba en cómo convencer a las personas de bajas rentas pero aun menor instrucción política de que no prefieran, urnas mediante, ir al trapo de quienes no tienen clase sino trapo y poco más. No sé si me explico. Es difícil y es clave. Comunicar bien, con nuevas miradas, con nuevas estrategias, con nuevas formas de hacer campaña y de combatir las encuestas, todo ello será, mucho más allá del baile de candidaturas y siglas, lo realmente decisivo.

Esperemos que cuaje bien el proyecto y que ninguna de ellas caiga ni en el endiosamiento ni en la sordera en que cayeron Iglesias y Errejón en los primeros embates. Porque pronto vienen los segundos embates, mucho más peligrosos por cargar mucho más reaccionariado, y será el momento cuando o se consigue arraigar o se nos derrota, y esta vez no hay prórroga para la lucha, tal como está el patio.

Y en fin, se me ocurre ilustrar estas divagaciones con una viñeta de Autopista [Autopista (Cuando un bosque se quema algo suyo se quema... señor Conde), Ediciones de Bolsillo, número 14, editorial Estela Popular, Barcelona, 1970], que fue el libro que siendo menor de edad provocó las primeras carreras de mis neuronas. Sociales también, por supuesto.

Hoy domingo a mediodía en Montjuic se ha celebrado la clausura de la Assemblea de Catalunya en Comú. Se han vuelto a encontrar en un acto político tres de las cinco "otras" del pasado sábado 13 en València, y el formato promete repetirse, si bien no semanalmente, sí en otras ciudades y ocasiones.

Se sigue suponiendo que la idea principal es darle empuje a una candidatura -a Moncloa- de Yolanda Díaz que cristalice confluencias difíciles pero no imposibles. Aunque tal como ya dije (y ellas mismas dicen) no se trata de eso y nada más. Se trata de "otras" maneras de plantear las cosas. Incluso otras estrategias en paralelo a lo que puede ser una candidatura.

Igual que me pasó la semana pasada, he visto completo el video del evento en diferido y, tras ello, más que escribir quiero digerir lo mucho que se ha dicho, y el cómo, también. Por tanto me autoconvoco a un tercer episodio dentro de una semana en que haya asimilado qué es lo que considero remarcable en el sentido de apropiado a comentar en este espacio.

El título de la entrada se me ocurrió hace dos o tres días cuando me sorprendió y mucho, de buena mañana, el cambio de logo de Catalunya en Comú en el chat de Telegram de la organización. Iba yo a hablar de los colores del nuevo logo, de los del viejo logo del colectivo Roig Verd Violeta, del de Siriza (y el que barrunté de "Siquespot" en una ugrafía por aquí); iba a hablar de la línea azul de la bandera galega, de las verdes de Andalucía y de las rojas, así en general y en Catalunya en particular. Pero es que el video del evento, que dura dos horas, comienza de hecho con un breve montaje visual que viene a ser presentación de la nueva imagen pública de la formación política. Y tras verlo reconozco que cambian mis ideas sobre el logo sin más movimiento, al entender el concepto de diseño de 'otra' manera, también. Así y todo, es un tema que me llama, el del simbolismo de los colores y sus representaciones y representatividad política.

Ya solo por esos minutos vale la pena clicar al play de su youtube... https://www.youtube.com/watch?v=TBHO-aKa3vs

Como hice hace un mes casi con otro poema suyo, os animo a disfrutar al menos los cinco minutos (del 10 al 15, exactamente) que dura la interpretación de Adriana Bertran de "El cuarto lado del triángulo" (texto en este enlace).

Y bien, lo dicho: vale la pena escuchar y difundir todas esas 'otras' razones. Me ha sorprendido Oltra, con su tono jocoso, pero también la templanza de Díaz y la memoria de Ada Colau para no dejar de decir nada de lo importante para concluir el acto. También me ha gustado Alberto, el ministro de UP, de quien nunca consigo quitarme el recuerdo de que entró a saludar al grupo patera que formamos gracias a Javier Ortiz. Entró con 19 años, un chaval, vaya, poco antes de que varásemos la pequeña nave que fue.

Otras líneas, otras maneras de sonreir y de apretar los dientes. Otras esperanzas y otros colores de fondo, si bien se trata también de círculos, de giros, de mucho morado y de nuevos espacios.

Pero como digo, son verbos serios... arraigar, transformar, cuidar... incluso lo de ganar da mucho qué pensar y se me ha hecho de noche esta vez. Así que continuará con una tercera entrega de Otras...

Ayer sábado por la mañana, en Valencia, se encontraron seis mujeres, una de ellas periodista y las otras cinco, otras políticas.

El doble sentido del enunciado del encuentro es tan didáctico como obvio: otro tipo de políticas + otras mujeres políticas.

Los días anteriores se ha barruntado o inventado, que se trata de "la plataforma de Yolanda". Tales simplezas son las que la prensa maneja con tanto desdén como automatismo. Me recuerda otra simpleza de hacia 1996, cuando se hablaba por estos pagos de "la escisión anguitista". Reducciones a la caricatura de todo lo que no se quiere asumir por ser revulsivo. Las grandes empresas de (des)información siempre con sus matasellos para sacudirlos sobre todo lo que se mueva, si se mueve hacia la izquierda.

Hoy he podido ver un youtube que, pese a tener algunos cortes, oirse no muy bien y estar mal sincronizado, muestra casi la totalidad del, digamos, evento en el Olympia. De las dos horas de video la primera media es solamente el cartel. De momento está en este enlace https://youtu.be/A6Vg8PqkaFs

También he podido leer las páginas 18 y 19 de El País de ayer día 13, donde, tras la tópica introducción y bajo subtítulo de "Nuevas visiones de la izquierda" y titular "Vamos a hablar del proyecto de país", las cinco mujeres políticas otras, reunidas "por causa" y "en terreno" de una de ellas, publican cinco textos muy dignos de ser leídos. Yolanda Díaz "Un nosotras a favor", Mónica Oltra "Las otras", Ada Colau "¿Cómo nos vamos a rendir nosotras"?, Mónica García "Un nuevo ciclo" y Fatima Hamed Hossain "Cuando los zapatos de los demás aprietan". Recomiendo las cinco lecturas, en que de hecho hay también comentarios y frases hechos y dichas durante la charla. También comento que puede accederse a los contenidos gratuitamente con un enlace de eBiblio, cosa que, dicho sea de paso, los miembros del club más grande de Catalunya, el de usuarios del Consorci de Biblioteques de Barcelona, tienen a su alcance en todo momento, aunque la mayoría no lo sepan.

Bien, visto y oido el video, leídos los cinco apuntes, solo me queda hoy por hoy recomendar que se divulgue y se propagande todo lo que estas cinco mujeres dicen. Feminismo, municipalismo, entusiasmo, cuidados, escuchar para entender, destapar falsedades y combatir odios, ilusionarse por cambiar las formas, las maneras, las economías, las sociedades, las políticas... Si añado algo será el próximo domingo, cuando haya digerido el chute de esperanza que un pentagrama así me genera. Sin tonterías ni inocencias, pero realmente si hay un camino para evitar el desastre, es creer en quienes pueden evitarlo.

Solo pongo un contrapunto, y es que no hay playa sin chapapote. Dos mujeres (populatas? peponas? peperas?), antes María José Català, definiendo el encuentro como akelarre, y después Bea Fanjul, con un tuit tan borde como zascable, son ejemplos de las 'otras otras', que siendo negación negada, se quedan en nada, o en nada más que sebo de shopping con tanto plástico en la cartera como en las meninges. 

En fin, vuelvo a lo dicho: Otras. Como estas cinco otras y muchas otras. Son necesarias. Como otros también, pero a su sombra y no al revés. Pese a los personalismos que conlleva cualquier nueva forma de organización política, porque formas impersonales o no las hay o no cambian nada. Se puede y además ya toca. Y eso, no por "ganar". Por no perder lo poco ganado, al menos.