Nunca se publicó Las ventajas del heptablogging. Me pregunto a menudo por el sentido de algunas palabras, por el bagaje que acarrean y por el destino, esto es, de nuevo el sentido, al que más o menos inconscientemente nos llevan. Cada palabra, más o menos sustantiva o adjetiva, es como una saeta: ha sido disparada por algún arco y pretende una diana.
La propia saeta es en su definición un proyectil o también manecilla de un reloj. Y sin ser sagitario, ni medio caballo ni poco rucio, me pregunto a menudo también, por el sentido no ya en cuanto a dirección apuntada, sino por el sentido como participio de sentir. Me acabo viendo rodeado de letras y de mis propias palabras, ugrafiando en medio de barrocos bosques de sinsentidos consentidos, apuntados pretendiendo ser acertados. Cada palabra marca lo mismo cada hora, pero distinto a cada minuto. Cada contexto es un tiempo y cada relato es relativo, como si en ello le fuera su final o al menos su punto y aparte.
Todo este preámbulo es porque también quería dejar en estas Ugrafías unos pensares que anoche dejé en mis paralelas Bibliugrafías. Dentro de pocos días se cumplirán quince años de mi estreno en esta página. Hace quince años yo estaba buscando una palabra que sirviera de clave de bóveda, que pudiera ser título de muchos subtítulos. Y me encontré la Ugrafía. Me la encontré tras la pista de la ucronía, y ésta, supongo, alguien la había encontrado tras la pista de la utopía. Quería entonces escribir sobre 'qué hubiera pasado si...' Y me encontré con que la ugrafía estaba huérfana, en la práctica. Hace 15 años la única referencia a la 'ugrafía' que me mostraba Google era dentro de una tesis de un tipógrafo italiano. Quince años después Google puede encontrar esta página de ugrafías, igual que otras consecuencia de esta... mi blog más trastero en Blogspot, mi blog más librero en Wordpress y hasta mis otros nicks, Ugrafik y Ugrafiator, en Instagram y en FilmAffinity. Mi cibermundo está 'ugrafiado', pues. Es una estupenda inversión pues no me costó ni un chavo ni pasar por cursos de 'posicionamiento en las redes'. No está en ningún diccionario pues soy un mindundi (que me suena a menudencia, but i like it). Pero está indexado y zas, eso ya es.
Un maestro del humor y de la inventiva, Ramón Gómez de la Serna (1888-1963), se sacó del sombrero, de manera bien distinta, la palabra greguería. Sin duda aquello tenía entonces otro paso y otro peso. La greguería ya es un sustantivo con entrada en cualquier enciclopedia que se precie. Y sigue siendo algo muy personal del maestro Ramón y algo maleable a la vez. De la Serna, más que el creador de las greguerías, es el iniciador de su uso. Las greguerías ya estaban ahí, antes, pero había que nombrarlas y así fue y así ya sabemos. Dicen que Jorge Luis Borges (1899-1986) dijo que las inventó Jules Renard (1854-1910) aunque sí fue Gómez de la Serna quien le puso nombre a ello. Greguería suena como algarabía, vocerío y griterío. A mí me siguen apasionando, las greguerías.
Otra palabra que me intriga es la de Abracadabra. También mágica, transcribo aquí lo que dice la wikipedia... Abracadabra es de origen desconocido, y su primera aparición se encuentra en las obras del siglo II de Serenus Sammonicus (...) Varias etimologías populares están asociadas con la palabra: desde frases en hebreo que significan «iré creando conforme hable», o arameo «yo creo como hablo», hasta etimologías folclóricas que apuntan a palabras similares en latín y griego, tales como abraxas. (...) Otras hipótesis apuntan a que significa «Envía tu fuego hasta el final».
Abracadabra aparece ya en el siglo 'dos palitos'... y andamos por el 'dos equis palito'... Desde que empezó el 21 del XXI me sumergí en el reto que etiqueté como #2021odlqs 2021-Odisea de lo que sea. De momento he conseguido mantenerlo. Si tiene o no sentido, eso es otra historia. Pero al menos me sirve, me centra y me sitúa, y especialmente porque inventé un segundo palabro: el heptablogging. En menos de dos meses, solo añadiéndole la almohadilla del hashtag en mi cuenta de twitter (@pakua) y mencionándolo periódicamente, me encuentro con que Google también lo indexa. Y claro, heptablogging estaba tan huérfana como ugrafía... Concluyo que hoy en día, más que tratarse de encontrar un abracadabra, se trata de sacárselo de la manga.
Por otro lado, el movimiento se demuestra moviéndose. Y creo sinceramente que se podría patentar y todo. "Las ventajas del heptablogging". "Mantenga sus webs en forma añadiendo regularmente un post. Cada semana, pues eso, cada siete días. Puntualmente, y si se puede, amenamente también. Y diariamente ame, que también se puede, a pesar de los pesares. Elija siete vías y rellene con sus odiseas sus días. Es fácil. Hasta un ugrafiador puede hacerlo, eso está comprobado. Si el producto no le convence, no se preocupe, le devolvemos su dinero."
Y así vamos.
A ver.
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