Hace casi dos meses escribí aquí refieriéndome a un libro. Vuelvo ya descansado ahora y lo hago refiriéndome a otro. Se trata del estudio publicado por Julia Ramirez-Blanco sobre "el 15M", que subtitula así: El tiempo de las plazas.
Este pasado mayo ya esbocé un post bibliugráfico titulado Libros y demás sobre el 15M. Es un concepto cuyos límites temporales son muy relativos. Hay quien lo circunscribe solamente a las semanas en que hubo acampadas, hay quien lo extiende al otoño siguiente y hay quien lo estira hasta el cambio municipal de 2015 o incluso hasta la actualidad diluyéndolo en algunas formaciones políticas.
En cualquier caso una década ya nos da perspectiva y encuentro muy interesante el enfoque de la autora desde el ámbito académico de la Historia y ligando el asunto a los cruces entre arte, utopía y activismo. Hoy ha caído en mis manos un ejemplar, que ya puede reservarse en algunas bibliotecas, y me gusta cómo se estructuran sus partes. Cito textualmente de la introducción: "Según avanza el texto, evolucionan las vidas de ciertas personas que compartieron sueños poderosos a lo largo de los años. Esta es también la historia de cómo dichos sueños toman una forma visible y de los modos en que los ideales se sumergen, se disuelven, se desvían o se transforman en su camino hacia lo real."
Interesante definir también lo que es actividad performativa o política prefigurativa, así como los repertorios de prácticas. Muchas cuestiones y muchas relaciones, en todo el entramado de lo alternativo y de la resistencia al neoliberalismo, tienen tangencialidades, lemas comunes y nada sutiles divergencias, todo a la vez. Intuyo que será una buena lectura y ya de entrada me asombra la abundancia de citas, referencias e imágenes que el libro contiene.
El tiempo de las plazas, como subtítulo, me recuerda aquello de 'take the square'. En las lenguas latinas la plaza es, cuadrada o redonda, porticada o abierta, lo que es: lugar de encuentro. En inglés lo de 'places' se refiere más o menos a sitios en abstracto, incluso a los sitios de cada uno, pero a lo que llamamos nosotros plaza le llaman 'cuadrado' (square), y también se usa el vocablo para referirse a una manera de pensar conservadora (o de cabeza cuadrada, diríamos).
El caso es que tres lustros después de las sentadas en las plazas por el derecho a vivienda, y dos lustros después de la oleada de primaveras revulsivas de aquel 2011, siempre es bueno, ahora que parece que desescalamos, repensar tanto en las ágoras posibles como en las más complejas de realizar aunque no imposibles.
Continuará, mientras tanto, la idea de llegar lejos, por más que sea yendo despacio.
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