Nunca se publicó el catálogo de ofertas de Tecnozulo, empresa inmobiliaria especializada en soluciones habitacionales de superficie limitada.
En cambio, este pasado miércoles, 2 de junio, sí se publicaron en forma casi unívoca las portadas de muchos diarios de información, presunta y tristemente, general. Como ya he comentado alguna vez uno de mis ritos no demasiado sanos y casi diarios es desayunar ojeando la web de lasportadas-punto-es, como una manera de anticipo de cuales serán temas candentes ese mismo día.
Este miércoles ocurrió en modo de monotema gráfico y perspectiva una y no mucho más de una. El preparado borbón y su consorte preparodiable posaban, el primero agachando la coronilla levemente, en una especie de armario sin puertas que, según las leyendas o pies de foto, simula ser, en un museo, una reconstrucción a escala de un zulo en que un posteriormente activo de la ultramontanía fue recluído por una banda terrorosa y horrorista. No quiero nombrar ni al activo ni a la banda, pues no vienen al caso. Es más bien lo de la perspectiva nacionanista, con ene intercalada, como en lo banal y en el trilerismo memorial.
Menudo desparpajo jodido y didáctico. Lo primero que me vino a la cabeza es el recuerdo de lo que se gritaba en las sentadas y manifas de Vdevivienda: "Queremos un pisito, como el del principito"... Hace tres lustros el palacete del zarzuelero heredero, junto al palacio del ahora emérito jeque enrocado en emiratos, era la comidilla indignante: Felipe de Borbón y su pareja Leticia de Ortiz y de Rocasolano disponían de un casoplón mientras la gente de a pie era aplastada por la burbuja ladrillero-financiera.
Modernizando el lema, podríamos decir "Queremos que el reyecito, se quede en el zulito". Pero no para una foto, no para que se ría de nosotros pues más que reinar lo que hace es reirse de la ciudadanía. Eso es lo que parece gustarle al borbonato preparado de larga duración. Que se quede pues a penitenciar y que se saque de la chistera otra banda que lo recluya y que lo ascienda a pobrete oprimido por el bajo techo de museo de cera lapicera.
No me queda más que seguir añorando a Ortiz Estévez y sus certeros análisis de las borboneces y sus bajezas. Solo me quité la mala uva ante lo de la zulería en prensa de este miércoles releyendo su "Abajo la monarquía!" "Hay diversos modos de ser republicano. Yo lo soy por exclusión: sintiéndome profundamente antimonárquico, no me queda sino definirme como republicano." Cuánta razón, JOR, cuánta razón.
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