Ugrafías

Entrado ya mayo me da por pensar en mayorías y de ahí paso a pensar en la gente mayor y de ahí a que en catalán se usa mayormente la expresión de gent gran para referirse, de manera general, a quienes ya cumplieron los 65. Y de ahí voy al hueso de esta entrada, ya entrado el mes.

Mayor es también Mallorca respecto a Menorca. Un dueto insular a quienes los romanos pusieron en la toponimia la relación de sus tamaños. Pero jóvenes y mayores habitan las dos, hay menores mallorquines y mayores menorquines. Ocurre parecido con algunas calles 'mayores'. Aquí en Barcelona, por ejemplo, hay 'mainstreets' como Gran de Gràcia o Gran de Sant Andreu.

Siguiendo con el paralelismo geográfico, lo principal no siempre es lo mayor y la capital no siempre es la ciudad más grande. Así ocurre con las capitales Washington, Berna, Ankara, Pretoria o Brasilia, entre otras pocas excepciones. Lo habitual es que la capital sea la más poblada.

Pero de la misma manera que es bien distinto una editorial de un editorial, tampoco son lo mismo una capital y un capital. Ahí la etimología es bien distinta: la capitalidad proviene de ser cabeza (quizás también cabo, pues al fin y al cabo, cabo y capitán no comparten rango pero sí étimo). El capital del dineral, en cambio, tiene su origen en el caudal : lo caudaloso es lo acaudalado, es decir, al capitalismo en realidad deberíamos llamarlo caudalismo, pues se origina en que unos pocos controlen los flujos y los grifos y la mayoría cobremos como por goteo. En rigor, los anticapitalistas, más que destruir el caudal lo que queremos es que se organicen de otra manera los embalses de manera que el caudal se reparta y no se nos seque tanta gente en la miseria.

Capital Madrid, pues, de lo que es el Estado, pero capital capital pues quizás de momento el Deutsche Bank, así a bote pronto por hacer una rima fácil. La cabeza, o más bien el cetro y la corona real, en el sistema capitalista la tiene el Gran Capital. Los enésimos Bank y los IBEX y demás 'excelentes' de milmillonesistas que chapotean en la abundancia de los embalses bien reembolsados del Forbes.

Y a todo esto un punto y aparte, pues por eso pensaba yo en la diferencia entre mayormente y mayoritariamente...

Dentro de dos días en la comunidad unilateralmente uniprovincial de Madrid, capital y tal y tal, se votará. Da un cierto reparo hacer apuestas porque pueden salir más feas que apuestas, pero el caso es que esperemos que se vote contra el rebrote de rebrutos y que se cuente con que, cuanto más devota, menos abstencionista. Así que o la izquierda se mueve y se vota o la señá Ida vuelve a joder con la pelota.

Mayormente uno es optimista en mayo, pero como las elecciones son recalentones de encuestas, podría ser que muchos precarizados (hace un siglo llamados proletarios) prefieran dar apoyo a presuntos caballos ganadores, como si desde sus precariedades (hace un siglo llamados trabajos) tuvieran opción de jugarse algo en los hipódromos. Ese creo que es el peor enemigo de la política: el absurdo que hace que gran parte de la mayoría vote por ser eso, aparente mayoría, mientras una minoría bien acaudalada y bien mimada por sus brunetes mediáticas recoje mucho más torrente de papeletas del que podría generar, como minoría y oligarquía que es, por sí misma.

El truco del trilero, vaya, de toda la vida. Hay mayores que lo saben y mayores que nunca lo han querido saber. Igual que hay no tan mayores que lo ignoran o que lo quieren ignorar.

Creo que el pasado domingo ya avancé que hoy no hablaría de fútbol sino de política, aunque voy a hacerlo a partir de una metáfora deportiva.

Hay voto útil. Jordi Gasull, candidato a alcalde a quien voté, convencido, por ello, decía que el único voto útil es el que te deja la conciencia tranquila. Es tan cierto, que eso se (nos) suele convertir en abstenciones (digamos que sobre todo) de gentes de izquierda, precisamente por lo desmovilizadoras que son las pugnas cainitas y las mochilas cargadas de posibilismo y cesiones.

Por contra, como bien avisa un lema con tema: "el que vota fijo, es tu vecino pijo". De manera que considero útil, más quizás que el voto, la campaña por evitar que el clasismo y el racismo sumen aun más escaños a los poderes fácticos que, por definición y por sistema, conservan.

Se avecina una contienda con visos de tormenta. No podré votar el 4M, pues no vivo en Madrid, pero sí puedo opinar, terciar y, quizás incluso provocar, ya sea alguna idea para propagar, ya sea unas risas para destensar.

Esta vez cierro una trilogía, pues hace mucho escribí sobre el voto infiel y sobre el voto pródigo. No hay dos sin tres y voy a lo del voto púgil. Entiendo por voto púgil el que solo nos es útil en tanto lo damos por evitar golpes contrarios y a poder ser, si cabe, por propinarle algún buen guantazo democrático a los privilegiados. Claro que igual de púgil es el voto pijo citado supra. La derecha también boxea (y hace tiempo con b y con v) en las elecciones.

Ahora bien, poco hemos conseguido si estamos en ese nivel. Y no dudo que es donde estamos, tanto en Cat como en Mad: votamos contra algo, más que a favor de algo. Aquí en Cat, por aquello del hecho diferencial, a algunos las tortas nos caen en estéreo, a tort i a dret, y el voto a Comuns es precisamente para evitar ser sparrings de dos frentes estrechas (iba a decir nacionales pero antes o más que eso son básicamente estrechas). Tristemente en esas seguimos, de momento.

En cambio en Mad, lo que se está planteando es un plebiscito de la derechona IDA (Isabel Diaz Ayuso, ayudada, vox supuesto) que solamente podría evitar un tripartito en sintonía con la Moncloa de la que se ha salIDO el ídolo Iglesias (Goodfella se supone, al Scorsese traducido, "uno de los nuestros"). Parece difícil un K.O., pero nubes oscuras nos impiden ver y podría regresar un pertinaz No-Do.

Voy acabando apuntando dos cosas:

La primera, refrescar el concepto de la 'Ley de Responsabilidad Política'. Utopía, pues vale, pero en el 15M se soñó. Una ley que diera pautas para poder exigir a las administraciones gobernantes que cumplieran lo prometido en el programa, o por lo menos que no ejecutaran lo que contradijera el programa de forma ostensible. Eso nos llevaría a votar por programas, a elegir caminos. De hecho, eso sería lo que la democracia, sobre el papel, se dice que es. Estamos muy lejos de que sea así. El voto es más púgil que árbitro y por tanto es más un mecanismo de defensa que un instrumento de cambio. Un voto por programa sería un voto más judoka que pugilístico. En el judo al rival lo tiras al suelo aprovechando sus desequilibrios. Creo que eso es lo que debemos hacer como anticapitalistas, pues si algo conlleva el sistema capitalista es precisamente desequilibrio y desajuste perpetuo.

La segunda, y aunque lo deje para casi el final, es que os animo a leer lo que ha escrito el compa Luis, aquí al otro lado del tabique, en eltransitotxt. Me gustaría que Luis también recuperara el vicio de escribir en este blogroll ahora de primavera y grándola vila morena. Destaco de entre lo mucho bueno que ha publicado hoy, la metáfora de la boca del volcán y el magma. Muy gráfico pues con eso nos advierte de que hemos de vigilar los sismógrafos y no solo los hemiciclos.

Dejo para otro día el debate sobre qué adjetivo tendría ese nocivo magma. Yo les llamaría 'cortoplacistas' antes que fascistas. Porque sinceramente creo que, igual que al Daesh lo que le jode es que no le llamemos ISIS, al facha lo que le gusta es que le llamen facha, precisamente. Pero ya digo, ese es otro debate. Otro día pues.

Salud, y a terciar y al 'no pasarán', pase lo que pase.

A menudo desayuno ojeando en lasportadas.es o en kiosko.net las primeras páginas de la prensa del día. Hoy domingo eso tenía un especial morbo, porque el Barça ganó anoche de manera incontestable la Copa del Rey.

Siendo como es el trofeo más relacionado con la Casa Real, debería ser el ultramonárquico ABC, el que de manera ineludible hiciera mención. Pero no. No hay mayor desprecio que no hacer aprecio, y ni el ABC ni La Razón de este domingo ponen en su portada nada sobre la Copa, pues no apreciaron motivo, parece. Tampoco aparece en muchas de las portadas regionales o lo hace de manera muy breve. La curiosa excepción son dos diarios canarios, que lo destacan en portada pues es "el primer título de Pedri". En El País dejan al asunto una pequeña y justita franja y en El Mundo más o menos igual, si bien estos utilizando lenguaje taurino, para marcar territorio, al menos léxico: "El Barça apuntilla a un deprimido Athletic".

La Vanguardia ya es de los que dedica media portada y como era de esperar El Periódico la dedica completa. Este segundo rotativo elige el mismo titular que el diario As: "Sigue siendo el rey". La alusión indisimulada a la famosa ranchera y a Leo Messi solo se diferencia en una cosa:  El Periódico imprime la frase en minúsculas, con el vocablo rey, por tanto, convertido en nombre común. El As lo hace en mayúsculas, quizás para mantener la duda metafísica.

Los deportivos de más tirada en Barcelona repiten el consabido ¡Campeones!, si bien L'Esportiu, suplemento de El Punt Avui, jolgoria con un "Torna la felicitat". El diario en sí utiliza la puya semántica: "La Copa del Barça". Igual que "allí" ABC puede despreciar el hecho, "aquí" recalcamos la estadística. El diari Ara también dedica solamente media portada, con la frase más lírica: "Un Barça brillant guanya la Copa amb una exhibició".

Los vizcaínos Correo y Deia son duros con los subcampeones: "De verguenza" y "Hundimiento". Berria también opta por el lado poético con un "Amesten segitu beharko du", que Google me traduce como "Tendrá que seguir soñando", sobre la foto de un jugador cabizbajo de los leones. Mi titular preferido lo he dejado para el final. Es el de Gara y es el que yo hubiera escogido entre todos pues es el que dice más con menos: "Un Barça en forma tritura la ilusión rojiblanca".

En resumen, las portadas además de oficiar también como carteles, como banderas y como escudos, son muy significativas de las perspectivas que hay tras ellas. Y en días con determinados temas, casos, o resultados, se puede apreciar aun con más claridad. Sería todo un ejercicio repasarlas a diario con lupa y cinta métrica. Dicho sea de paso, de lunes a viernes uno puede desinformarse otra vez gracias a un señor muy bien dedicado a ello, recomendable y tal.

Y hablando de precisión, quiero también escribir hoy sobre el tiquitaca, pues además de los goles, el asunto en la final fue la reaparición triunfal del sistema de juego al toque. Eso me ha hecho surfear hoy y encuentro en la wikipedia su definición, un listado de equipos que lo han practicado de manera efectiva, y hasta una frase de Pep Guardiola que debe estar a la altura de las de Sunt Zu, Belisario o Aníbal (Barca, claro, Aníbal Barca): "No tenemos un delantero centro, porque nuestro delantero centro es el espacio."

Habrá quien prefiera otros aspectos del espectáculo: los disparos, los sprints... a mí me fascina el tiquitaca que es el sello de la casa blaugrana desde siempre o quizás, matizando, desde Cruyff. Puede hacerse un collage y ponerle música encima (por youtube corre uno con más de trece millones de visitas), y "danzando al primer toque encima del césped, (se crea) la sinfonía más perfecta".

Y bien, dado que este domingo he escrito sobre fútbol, para compensar, el siguiente lo haré sobre política. Es ironía (ironía culer, claro, también).

Hace pocos días murió Arcadi Oliveres. Referente para centenares de miles. Hombre de justicia y paz con mayúsculas. Coherencia de principio a fin. Sin miedo. Sin medias verdades. Honesto. Seguiría buscando epítetos pero mejor no. Mejor pongo un párrafo de silencio y enlazo a otros sitios mejor documentados.

Por qué es importante que sepas quién era Arcadi Oliveres. Así se titula un escrito de Sergi Picazo en Crític. Lo que Arcadi nos enseñó es el obituario escrito por Neus Tomàs en elDiario.es. Acaba con un "Gracias por tanto, Arcadi". Iba yo a titular esta entrada como el hashtag tuitero de #AdéuArcadi pero ciertamente es más oportuno el #GràciesArcadi

Puedo hacer poco más que invitar a quien no lo hubiera escuchado hasta ahora más que de pasada, a hacer un repaso. Yo mismo acabo de hacerlo hace unas horas. Primero viendo en Filmin el documental de Èrika Sánchez Nunca es tan oscuro (2014) ...

He visto en él mucha gente conocida y por eso no me referiré a nadie en concreto. El mestre Arcadi nos ensarta a todos como un común comunicador. Como pura energía indignada, transversal y radical. Como base de tantas y tantas luchas. Como ejemplo para desertar de lo que hay que desertar. Como muestra de valentía denunciando los delitos de grandes empresas y bancos. Era 'uno de los nuestros'. Él lo explicaba hace menos de un mes, en una entrevista que ya se grabó como póstuma y que se emitió ayer (de momento puede verse/escucharse "alacarta") : se refería a su contexto y su entorno como clave en el producto de su trayectoria. Pero por más que eso influya, la humanidad de Arcadi la ponía él solo. Y rebosaba no ya humanidad, sino también verdad desnuda, sin aditivos. Se nos despedía en esa entrevista refiriéndose a los versos de Boris Vian en Le déserteur. Hasta el final, disparando desarmado. Ejemplar.

El martes, en dos minutos y medio el TN hizo un resumen de su vida y obra sobre el cual no se dejaba enganchar demasiada propaganda oculta. Otro extracto "alacarta" que he disfrutado de nuevo es su aparición en Via LLibre, de hace también unos años. Su palabra clave es COHERENCIA. Con todas las letras: Informarse, entender las cosas y explicarlas con claridad, sin tapujos. Ha sido un maestro como pocos.

Lo escuché varias veces en plazas y manifas, pero mi anécdota más personal es que coincidimos en el Forum Social Mundial de 2008, en dos sillas contiguas durante una hora y pico de alguna charla, ya ni recuerdo cual. Pero sí recuerdo que hablamos un rato. Fui directo: en tanto miembro de las asambleas pro derecho a vivienda digna, le dije que no nos había gustado que él hubiese firmado en la mesa por el PNH (Pacte Nacional per l'Habitatge), urdido básicamente por el conseller-florero Baltasar y promotoras, banca y sindicatos domesticados. Le dije, pues así lo pensaba y lo pienso, que el pacte blanqueaba la gran estafa de la especulación inmobiliaria. De hecho el PNH fue papel mojado antes de que pasara ni un solo año de su redacción, y no se cumplió ni uno solo de los aspectos por los que hubiera valido la pena apoyarlo con una firma.

Pero lo importante hoy ya no es eso. Lo que me quedó grabado es de qué manera tan honesta se excusó, sin contradecirme en lo básico, y de qué manera tan humilde me dijo que esperaba que eso no nos frenara en nuestras reivindicaciones. Era una persona que contagiaba confianza, compromiso y ánimo. Era de "los imprescindibles". Descanse en paz. Justamente eso.

Hay un interesante documental titulado "El productor" sobre Elías Querejeta Gárate (1934–2013), exfutbolista txuri-urdin (y dicho sea de paso, zorionak! a los seguidores del equipo donostiarra por la Copa ganada anoche) y persona que fue clave en la historia del cine producido por estos pagos. Querejeta aparece entrevistado, lógicamente, en algunas secuencias. Recuerdo uno de los fragmentos, en los que se manifiesta indignado por la moda o tendencia, relativamente reciente, de puntuar de uno a diez -o de uno a cinco, da igual- las películas. Tiene mucha razón: es absolutamente relativo y una obra que por definición es coral y multifacética no se debería poder reducir al simplismo evaluador de unos cuantos dígitos.

Aún así, uno de mis primeros recuerdos sobre el mundo del cine tiene que ver con esa forma de categorizar. No recuerdo en qué revista -o quizás era en más de una- aparecía, junto a la presentación de la película en cartelera, una imagen de perfil de un espectador en una butaca y estaba, o bien dormido de aburrimiento, o bien casi en pie dando palmas, o bien en posturas gradualmente intermedias para calificar la peli como pasable, regular, buena... Aunque busco esos iconos en Google no doy con ellos, pero por ahí andarán.

Hace cuatro años y pico caí en la tentación de crearme un usuario de IMDB y empezar a puntuar lo que había visto y lo que desde entonces he ido viendo. Más que en la apreciación, el vicio estriba también en ir comprobando así cuántas películas he visto de tal director o directora o de tal actor o actriz, etcétera.

Soy de aquellos a quienes les gusta el cine y también hablar de cine. No tienen porque ser dos aficiones simultáneas: de hecho lo que ocurre es que ser espectador es lo que te lleva a ser más o menos crítico. Constato que aquí he escrito relativamente poco sobre cine. En las últimas semanas he publicado cada martes una crítica en FilmAffinity.  Y a finales de enero recopilé en mi blogspot, bajo el tópico Más cine, por favor, diversos enlaces sobre cine que consulto e incluso modifico a menudo. Entre los links hay uno cuyo contenido crece casi a diario, y es el de los largometrajes que tengo vistos. Otro de los retos 'de butaca' que me hice hace más de un año, es el de completar algún día el listado de las 1001 movies you must see de Steven Schneider. Llevo más de tres cuartas partes de las 1231 listadas en sus distintas ediciones.

En el título de esta entrada me refiero a la cinemanía encarrilada por ese motivo: cualquier listado de cien o mil películas es totalmente arbitrario y criticable, pero es a la vez una manera de ir conociendo diferentes estilos y autores. No cabe duda que hay más de una lista válida para ello. Tanto IMDB como FilmAffinity enlazan a sus Top en cuanto a votos. La web especializada Sight and Sound contrasta y actualiza su propio listado también desde hace años. Recientemente la revista Cinemanía, para su número 300, publicaba un listado de las 300 más imprescindibles -de las cuales me falta por ver cuarenta-. He encontrado auténticas maravillas y no las habría intentado ver de no estar en una u otra lista. También, claro está, me he llevado auténticas decepciones con títulos que me han parecido muy sobrevalorados.

La cinefilia es sin duda una afición adictiva. Algo tiene el séptimo arte que nos transporta al séptimo cielo. Para acabar por hoy no colocaré un The End sino un Continuará...

Nos tienen aburridos. Debe ser porque es más fácil controlar masas y opiniones aburridas. No hace tanto tiempo, nos tenían indignados. Y eso generaba opiniones y movimientos de masas mucho más difíciles de controlar. No todo es reducible a dicotomías y movimientos pendulares, ya: la mayor parte de las injusticias que indignaban y movilizaron hace diez años, en un tsunami de revueltas, al globo entero, siguen ahí. Siguen las injusticias, las situaciones indignantes y, por consiguiente, la motivación para combatir los abusos de poder.

Pero resulta que el poder que, por tendencia y con indecencia, nos indigna, consigue cíclicamente aburrirnos, desmotivarnos, atolondrarnos.

No me refiero solamente al aburrimiento contencioso administrativo monumental de cada una de las penúltimas y últimas investiduras en el Parlament, pero también. Nos tienen aburridos con tanto trueque y retrueque, con tanta mayoría presunta pero nunca presente, con tanta rauxa de bote y tanto seny volador no identificado.

Y suerte que nos queda el poder reirnos de ellos al verlos retratados. Porque nos tienen aburridos pero es a base de retratarse. Se repiten en sus memeces superventas pero es que las venden muy bien y por eso se repiten. Es el círculo vicioso del aburrimiento de la política.

Me da por googlear eso y me teletransporto a un artículo de 2005 escrito por Juan-Ramón Capella en la revista Mientrastanto. Tiempos tan distintos aquellos... y tan parecidos, si no en lo formal, en todo lo demás... acomodados rentistas unos, ahogados por la precariedad otros, y flotando entre el aburrimiento y el entretenimiento, casi todos.

Y bien, paro a mirarme de lejos lo que escrito hasta ahora y me veo, y cómo no, aburrido y aburriendo.

De aquí a un mes se cumplen doce años de la muerte de Javier. Durante los primeros tiempos de esta web, a diario nos resaltaba una 'frase del día', como una guindilla (o mejor como una gilda) para desayunar. No hay sucedáneo de sus apuntes ni de su afilada lucidez. Pero está ahí la huella de su compromiso, contra el tedio y contra el vacío, destapando 'verdades incómodas' y ejercitando la autocrítica, necesaria para no aburrirnos solo a base de diversión.

Total, que... invertir en más procesos y procesiones, pues va a ser que no; investir más santos desvistiendo estampitas, pues va a ser que tampoco. Habrá que pararse a pensar algo nuevo, como cuando nos indignamos porque todo nos parece viejo. Lo difícil es cómo. Y dónde. Y todo... buff... nos tienen aburridos pero, aun peor, nos tienen rodeados.

Este mes este blog cumple 15 años. Aquella primavera de 2006 me sumé a las Voces amigas de Javier Ortiz, y seguir entre ellas me enorgullece y no poco. Estaba yo entonces bien contento de haber resuelto un título para este espacio. La u átona de ugrafía y la u tónica de pakua ya no me han abandonado, desde entonces.

Claro que visto desde el presente aquel marzo de 2006 fue un momento diré que de 'antes de...'.

Aquel marzo de 2006 fue poco antes de verme expulsado del local donde trabajé como autónomo bastantes años, y poco antes de que eso me llevara a participar en las protestas contra los abusos de las inmobiliarias y contra el sistema ladrillero español, poco antes de que conociera en ese movimiento social -que se vistió como V, vdevivienda- tanto personas como causas que me han marcado de por vida. Entre la primavera de 2006 y la de 2009 escribí aquí de asuntos relacionados con el derecho a vivienda y contra la especulación.

Engarzo en la memoria esos años con otros momentos en que ser miembro de V me llevó a participar también en un grupo dinamizador de un Forum Social de Comunicació hijo y vecino de los forums sociales mundiales, en el cual también conocí a personas y asuntos que han influido mucho en mi percepción, tanto de lo social como de lo comunicativo.

También todo ello me permitió vivir de cerca lo que aquellos años se cocinó alrededor del activismo altermundista de Enric Duran y las movidas perpetradas primeramente bajo el nombre de la publicación Crisi (17/09/2008) y después bajo el nombre de la publicación Podem (17/03/2009).

Entré a trabajar en la red de bibliotecas y paulatinamente me desactivé y pasé a disfrutar de ese entorno laboral, aprendiendo también del personal, del servicio al público y hasta del roce con las montañas de documentos que movemos.

Luego llegó a Barcelona la persona que cambió mi oremus para bien y para siempre, poco antes de todo aquello de las acampadas de 2011. Hicimos algunos viajecitos arriba y abajo y a los cuatro años del mayo del 15M nació nuestro hijo -y ya casi seis años llevamos creciendo con él.

Total y resumiendo, quince primaveras que este blog (me) ha visto pasar. Leo en el Breve Corominas que, mientras otoño e invierno nunca se movieron de su sitio etimológico, resulta que inicialmente al verano se le llamaba solamente estío, mientras primavera y verano eran la prima y la segunda mitad de la primera estación. Bonito lío de tonos verdes y reverdeceres.

El verde que encabeza el blog tiene también sus mismos quince años. Es cosa de irlo cambiando -el encabezado, digo- por lo de renovarse o morir. Supongo que lo expliqué alguna vez pero lo recuerdo de nuevo: a Javier le gustaba mi empecinamiento en lo de la proyección de Peters y en lo de darle la vuelta a norte y sur, pero abundando en cambiarlo todo, él se preguntaba cómo sería un mapa para los peces del mar, en que lo importante fuera el mar y lo secundario los continentes. De ahí también lo de la frase que acompaña esa imagen verdiazul: "Hay otros mapas pero están en este".

Quiero agradecer especialmente a Mikel Iturria y a la peña de Codesyntax que hayan estado siempre aupando y manteniendo el espacio. Porque un poco todo tiene que ver con eso, con el espacio que se ocupa, con el que se pierde, con el que se conquista, con el que se lucha y con el que se defiende. Parece ser que Henri Lefevbre dio buenos detalles de todo eso del espacio. Hay una especialista en Lefevbre que reverdece mis peldaños ya otoños con cada nueva sonrisa. Esa gran suerte tengo, también.

Nunca se publicó el quinto volumen de Las Cuatro Estaciones pero, un poco, en esas estamos: se cumple un año de nuestra entrada en la distopía del presente atacado por una pandemia de punto y aparte.

Todo un año pasado, pero más que sus estaciones recordaremos sus olas, las tres que ya llevamos, mientras la cuarta parece que viene con distintas cepas surfeando y poniéndoselo más complicado a la vacunación y a todo el sistema sanitario.

Los aniversarios llevan la reflexión generalmente a sitios comunes, pero este no podemos verlo todos de la misma manera. A mucha gente la desaparición de personas cercanas no les deja broma ni ironía posible. Para otros muchos ha supuesto una precarización aun mayor de la supervivencia cotidiana. A otros, los relativamente pocos, les ha golpeado en la base a sus situaciones rentistas acomodadas.

Si antes había ya distancias sociales (las de siempre) ahora muchas estructuras se han desmontado y otras se van construyendo con urgencia y se tambalean o se asientan con cada nuevo dato y con cada decisión tomada por las autoridades (sean sanitarias o políticas). Es, como corresponde al modo distopía, un caos en el cual distintos desórdenes orbitan alrededor de la normalidad aparente, que tiene más de aparente que de normalidad.

Cumplimos un año del inicio del confinamiento con el frenazo que eso supuso para todo. Se habló de lo necesario que era ese parón por la parte ambiental a la que afectaba para bien. Cumplimos un año del big bang de los miedos y de las aparentes medidas de seguridad, actuando a menudo en lo que se bautizó, ya en abril, como teatro pandémico. Llevamos ya un año confrontando noticias con suposiciones, posverdades con aprendizajes científicos, y por más que suene a cliché, confrontando temores con esperanzas.

Pienso en los tiempos verbales y en cuando aprendía su uso en las clases de lengua en la escuela. Recuerdo bien el día que nos hicieron pensar sobre la diferencia entre el pasado perfecto y el imperfecto. Básicamente lo perfecto era lo ya acabado y lo imperfecto lo que debía acabarse alguna vez. De alguna manera todo aquello vivo y en movimiento es imperfecto, mientras lo que está perfecto está ya inerte, acabado también en el sentido de agotado. Recuerdo también el pretérito anterior y hasta otro pluscuamperfecto. Es una paradoja, se busca la vacuna perfecta para salvarnos, a los moviditos y felizmente imperfectos supervivientes y a todos nuestros descendientes.

Estas cuatro estaciones, que son ya pasado, las recordaremos muy imperfectas. Tendremos que perfeccionarnos mucho y a muchos niveles si queremos hacer que alguna vez este primer año de pandemia sea un pasado pasado, un pasado que podamos decir que está superado.

La noticia será mañana el resultado de las elecciones a la presidencia del club, pero lo de Laporta poco me importa. Lo que me hace escribir hoy es el hecho de que ayer se cumplieron 20 años del fichaje de Messi por parte del Barça.

Aquel 6 de marzo del año 2001, Leo Messi fichaba de forma oficial por el Barça. Hoy se cumplen 20 años de aquel momento único que cambió la historia del club. #Barcelona pic.twitter.com/bKGniKtvoj

— Miquel Blázquez (@BlazquezFont) March 6, 2021

En noviembre de 2010, justamente después de una de las noches 'culers' más memorables, escribí en este mismo blog que...

Aun y siendo consciente de que, como bien glosa el Sobrino, el fútbol es el opio del pueblo. Aun sabiendo que es un rito circense que nos emboba y despista del hecho de que si hay circo es porque hay imperio y jugando con ese alpiste nos pispan el pan. Da igual. (...)

...y es que siempre he considerado que el fútbol no es más que un escape. Una excusa para poder ser, impunemente, injusto. Me refiero a que cuando quieres que tu equipo gane te da igual si el penalty a favor no era tal. Supongo que es una necesidad humana poder desear alguna injusticia de uvas a peras. El fútbol nos da esa oportunidad y además la colorea -incluso para quienes tiran por el, no-color, blanco.

De todas formas, lo que me hace escribir hoy no es tampoco el fútbol en abstracto sino ese pequeño grande que es el crack rosarino de nombre Lionel, de número 10 y a la vez messías y d10s, como de redundunda.

Y. Y sí, vale. Yo recuerdo haber vivido los colores blaugranas de cerca, yendo al estadio, solamente una temporada, junto a mi amigo Toni Xixón. Disfrutamos los dos en las gradas ese curso de 'la segunda del Tenerife', la segunda Liga consecutiva que nos regaló el equipo canario venciendo al Real Madrid in extremis en la última jornada. Aquel Barça 92/93 era el "dream team" que tocó el cielo con el gol de Koeman en Wembley. Me gustaban especialmente Bakero y Stoichkov. Ya después vi desde lejos ascensiones y caídas de cracks como Rivaldo, Ronaldo, Figo... No hubiera vuelto a prestar demasiada atención cuando ya se trataba de Ronaldinho o Eto'o... pero entonces apareció en escena un jovencísimo Messi.

Seguramente no soy el único, pero el caso es que por Messi regresó mi afición al fútbol. Por su juego y su carácter, su esencia y su tono, su gesto con los dos brazos señalando hacia su abuela en algún lugar del firmamento tras meter un gol, su sonrisa al celebrarlos en equipo y su mirada tranquila tras recibir cada una entre miles de patadas. Todo, su arte, su artesanía, su sano juicio y su asombrosa humildad van en un pack.

Y eso se ha visto durante años resaltado por la aparente pugna con un antagonista de nombre y pinta de robot, el orgullo hecho pose, CR7. El contraste es tal que no me vale ninguna excusa macroeconómica como la de que los dos son multimillonarios. Si se parecen es en eso y en nada más. Son polos opuestos y representan justamente los dos polos opuestos que los deportes plantean y magnifican. Siempre pongo el mismo ejemplo... ¿cómo quieres que tus hijos se comporten? ¿Como Messi o como Cristiano? No hay más preguntas...

No hace demasiado tiempo la entrevista que le hizo Évole nos mostró a Messi en modo digamos que de andar por casa. Me gustó mucho la columna que entonces escribió Cristina Caparrós (@criscaparros) titulada "Leo Messi y la necesidad de humanizar" Esa dicotomía extraterrestre/mundano queda muy bien descrita ahí, donde concluye que "es innegable que la historia del Barça no puede entenderse sin Messi".

Ciertamente no se puede entender lo del Barça, ni la historia del fútbol, ni, de hecho, la de lo que llevamos de siglo, sin explicar también ese capítulo que es el que Messi abrió hace ya 20 años entrando en el club de sus sueños para traernos a todos, incluso a los no blaugranas, un capazo lleno de momentos irrepetibles.

Otro recuerdo: cuando en los noventa viajé por las europas esperanto mediante y me preguntaban si me sentía más español que catalán o viceversa, respondía que 'más del Barça'.

Aunque ya hace unos años, lo menos diez, que si me preguntan tratando de fútbol "de quién soy" no digo "del Barça" sino "de Messi".

Será por algo. Y será porque lo Leo, que lo escribo, así pues. Gracias a ese pulga que resultó colosal.

Nunca se publicó Las ventajas del heptablogging. Me pregunto a menudo por el sentido de algunas palabras, por el bagaje que acarrean y por el destino, esto es, de nuevo el sentido, al que más o menos inconscientemente nos llevan. Cada palabra, más o menos sustantiva o adjetiva, es como una saeta: ha sido disparada por algún arco y pretende una diana.

La propia saeta es en su definición un proyectil o también manecilla de un reloj. Y sin ser sagitario, ni medio caballo ni poco rucio, me pregunto a menudo también, por el sentido no ya en cuanto a dirección apuntada, sino por el sentido como participio de sentir. Me acabo viendo rodeado de letras y de mis propias palabras, ugrafiando en medio de barrocos bosques de sinsentidos consentidos, apuntados pretendiendo ser acertados. Cada palabra marca lo mismo cada hora, pero distinto a cada minuto. Cada contexto es un tiempo y cada relato es relativo, como si en ello le fuera su final o al menos su punto y aparte.

Todo este preámbulo es porque también quería dejar en estas Ugrafías unos pensares que anoche dejé en mis paralelas Bibliugrafías. Dentro de pocos días se cumplirán quince años de mi estreno en esta página. Hace quince años yo estaba buscando una palabra que sirviera de clave de bóveda, que pudiera ser título de muchos subtítulos. Y me encontré la Ugrafía. Me la encontré tras la pista de la ucronía, y ésta, supongo, alguien la había encontrado tras la pista de la utopía. Quería entonces escribir sobre 'qué hubiera pasado si...' Y me encontré con que la ugrafía estaba huérfana, en la práctica. Hace 15 años la única referencia a la 'ugrafía' que me mostraba Google era dentro de una tesis de un tipógrafo italiano. Quince años después Google puede encontrar esta página de ugrafías, igual que otras consecuencia de esta... mi blog más trastero en Blogspot, mi blog más librero en Wordpress y hasta mis otros nicks, Ugrafik y Ugrafiator, en Instagram y en FilmAffinity. Mi cibermundo está 'ugrafiado', pues. Es una estupenda inversión pues no me costó ni un chavo ni pasar por cursos de 'posicionamiento en las redes'. No está en ningún diccionario pues soy un mindundi (que me suena a menudencia, but i like it). Pero está indexado y zas, eso ya es.

Un maestro del humor y de la inventiva, Ramón Gómez de la Serna (1888-1963), se sacó del sombrero, de manera bien distinta, la palabra greguería. Sin duda aquello tenía entonces otro paso y otro peso. La greguería ya es un sustantivo con entrada en cualquier enciclopedia que se precie. Y sigue siendo algo muy personal del maestro Ramón y algo maleable a la vez. De la Serna, más que el creador de las greguerías, es el iniciador de su uso. Las greguerías ya estaban ahí, antes, pero había que nombrarlas y así fue y así ya sabemos. Dicen que Jorge Luis Borges (1899-1986) dijo que las inventó Jules Renard (1854-1910) aunque sí fue Gómez de la Serna quien le puso nombre a ello. Greguería suena como algarabía, vocerío y griterío. A mí me siguen apasionando, las greguerías.

Otra palabra que me intriga es la de Abracadabra. También mágica, transcribo aquí lo que dice la wikipedia... Abracadabra es de origen desconocido, y su primera aparición se encuentra en las obras del siglo II de Serenus Sammonicus (...) Varias etimologías populares están asociadas con la palabra: desde frases en hebreo que significan «iré creando conforme hable»,  o arameo «yo creo como hablo», hasta etimologías folclóricas que apuntan a palabras similares en latín y griego, tales como abraxas. (...) Otras hipótesis apuntan a que significa «Envía tu fuego hasta el final».

Abracadabra aparece ya en el siglo 'dos palitos'... y andamos por el 'dos equis palito'... Desde que empezó el 21 del XXI me sumergí en el reto que etiqueté como #2021odlqs 2021-Odisea de lo que sea. De momento he conseguido mantenerlo. Si tiene o no sentido, eso es otra historia. Pero al menos me sirve, me centra y me sitúa, y especialmente porque inventé un segundo palabro: el heptablogging. En menos de dos meses, solo añadiéndole la almohadilla del hashtag en mi cuenta de twitter (@pakua) y mencionándolo periódicamente, me encuentro con que Google también lo indexa. Y claro, heptablogging estaba tan huérfana como ugrafía... Concluyo que hoy en día, más que tratarse de encontrar un abracadabra, se trata de sacárselo de la manga.

Por otro lado, el movimiento se demuestra moviéndose. Y creo sinceramente que se podría patentar y todo. "Las ventajas del heptablogging". "Mantenga sus webs en forma añadiendo regularmente un post. Cada semana, pues eso, cada siete días. Puntualmente, y si se puede, amenamente también. Y diariamente ame, que también se puede, a pesar de los pesares. Elija siete vías y rellene con sus odiseas sus días. Es fácil. Hasta un ugrafiador puede hacerlo, eso está comprobado. Si el producto no le convence, no se preocupe, le devolvemos su dinero."

Y así vamos.
A ver.