Ugrafías

Un lunes de luna redonda, da igual en qué fase. La luna siempre es como un balón que curiosea el nuestro, nuestro mapa barco, nave en que vagamos. Pero es que esta noche...

Noche de lunes con dos colores. Blau i grana. Y bueno... con tres, si contamos el verde del Nou Camp, ese verde que, como escribió en los años setenta Josep Maria Espinàs, es un "verd lux": de luz y de lujo, el del césped del Barça.

Cuando no se cabe de gozo no hay palabras para llenar el pozo. Y sin embargo escribo, aún con la música sin música de los pases, los quiebros, los toques, de esa orquesta, de esa Big Band de Pep, que, como aquella de Glen Miller, pone en forma cualquier post-guerra, cualquier post-pugna, y cualquier baile en fiesta, en paz, en jazz o en rumba.

Aun y siendo consciente de que, como bien glosa el Sobrino, el fútbol es el opio del pueblo. Aun sabiendo que es un rito circense que nos emboba y despista del hecho de que si hay circo es porque hay imperio y jugando con ese alpiste nos pispan el pan. Da igual. Cuando se comparten los colores y la alegría de la manera que los del Barça lo hemos hecho hace unas horas, lo demás -nos- da igual.

Y cómo es el fútbol... Este mes de julio, tras un sábado de señeras vino un domingo de rojigualdas. Este lunes de noviembre, tras el domingo en que son noticia los cuatro 'de los de Laporta', llegan los cinco 'de los de Guardiola'.

Y qué país este... Pequeño pero universal, por lo mestizo, de por sí. Juicioso a ratos -y a ratos malos, hasta lo peor, por timorato y derechizable- pero también, de vez en cuando, indómito y revulsivo, un palo en la rueda para determinadas y colindantes grandezas y grandeurs avasallantes. Y sí, en la caricatura, pero también en buena gana, abocado a pelear... sin tropas ni centurias, sólo con onces y tiki-taka... casi que mejor.

¡Qué partidazo hoy! Y dicen que 400 millones de balonizados espectaban hacia esa bimba que se les ha atragantado a Mourinho y a Florentino -y al gran menos siete y a sus otros diez- cinco veces, cinco.

Otro Barça-Madrid. Algo más que otro partido de fútbol, como bien analizó Jordi Salvador Duch en su análisis antropológico titulado 'Metáfora de una guerra fría'. Hablando de libros no sé si habrá una reedición del de Eduardo Galeano, 'El fútbol a sol y sombra', pero de haberla me gustaría leer lo que el maestro uruguayo piensa de esta noche mágica, de lluvia dulce y sinfonía culé, en que ha salido cinco veces el sol del gol. Y casi todo. Y bien.

Y bueno, mañana será otro día. Aunque la 'manita' de esta noche ya nadie la pueda borrar del palmarés, y aunque hemos disfrutado como enanos, lo importante será manifestarse, mañana o bien pronto, con rabia y sin resignación, contra el borrón y -mal- rumbo nuevo que los Mas, Millet, Rosell, Fainé, etecé, y -potentadas- cías nos pretendan colar por la escuadra en forma de bis-partit.