Anguita, Ferrer, Ortiz
No tengo la menor idea de las veces que se pasó Julio Anguita por el programa de sábado a la noche que presentaba Iñaki López en La Sexta.
La semana pasada vi un vídeo de minuto y medio en la red del pajarito. Anguita le responde a un pseudo-periodista que aparecía en ese programa (y que me da que continúa saliendo; no lo sé, porque no lo veía antes, no lo veo ahora):
Qué grande era este tío ð pic.twitter.com/tqz0evRN6y
— Bernat Castro â (@Berlustinho) July 17, 2022
«Yo vengo aquí provinciano, y además lo digo con satisfacción, y lo primero que me encuentro son que quieren comer conmigo políticos de otros partidos, sindicalistas... Y yo dije: "Yo como en mi casa y ceno en mi casa". Es decir, las tertulias, los encuentros en los pasillos son muy peligrosos. Porque con jueces, con fiscales, con empresarios... se crean unas relaciones de comida, de cacería, de juerga que van creando una especie de pequeña mafia que no es peligrosa, aparentemente.»
«Y después llegan los favores: -¡Hombre, juez! ¿A ti qué te parece que en tu empresa mi hijo puede estar...? -¡Por qué no! -¡Hombre, fulano! Te advierto de que en tu empresa puede venir un problema porque la Unión Europea... Le dan información. Y el otro le regala... Y empieza a crearse la mafia. Y es la mafia».
«Por eso la mejor cosa que pueden hacer los políticos, y es un consejo que yo les digo y que no me harán caso: "Ustedes ejerzan la política, hablen con la gente y vayan a comer a su casa. No se líen tanto».
Repito: «Yo como en mi casa y ceno en mi casa». Que también se puede interpretar como yo voy a mi aire.
Recientemente se ha cumplido el tercer aniversario de la muerte del periodista Mariano Ferrer (falleció el 14 de julio de 2019). Él tenía también una costumbre que va en la misma línea de Anguita.
Si no recuerdo mal fue a finales de la década de 1970 cuando tuvo una reunión con el gobernador civil de la época. Poco tiempo después, le tocó criticarle, pero mientras lo hacía le venía a la mente la imagen reciente de aquel cargo público: llorando con la cabeza apoyada en el hombro de Mariano por alguna actuación policial. Así lo contaba Ferrer y desconozco si ocurrió tal cual o el periodista donostiarra lo decía en sentido figurado.
Cuando acabó la emisión, cogió el teléfono y llamó al gobernador para decirle que no volvería a reunirse con él, porque aquella relación podía entorpecer su labor como periodista.
También era de la misma escuela Javier Ortiz. Recuerdo dos apuntes escritos en mayo de 2007 sobre el ambiente asfixiante de la corte madrileña: Exilios y Exilios (y 2).
Javier hablaba de Madrid, pero da igual Madrid que Bilbao, Barcelona o San Sebastián. Que cada cual extraiga sus propias conclusiones.
P.S.: hoy hace 22 años, el 25 de julio de 2000, inauguró Ortiz su Diario de un resentido social. El primer apunte era este: Las lágrimas del Apóstol.
«Nik otorduak etxean egiten ditut», apunte hau euskaraz.
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