2004/12/07 06:00:00 GMT+1
¡La que se les ha venido encima a los partidos nacionalistas de la vieja Galeusca por no haber asistido a los actos de rememoranza del voto de la Constitución! ¡Pero si hasta los han comparado con ETA, recurriendo al argumento demagógico según el cual «pretenden lo mismo por diferentes métodos»! Primero, que no pretenden lo mismo: los modelos sociales que figuran en sus respectivos programas son muy divergentes y, en no pocos aspectos, antagónicos. Y segundo, que lo esencial del problema está precisamente en la cosa de «los diferentes métodos».
O, si no, que acepten que los demás, en justa correspondencia, afirmemos que ellos, los entusiastas propagandistas de la unidad indisoluble de la nación española, pretenden lo mismo que los secuestradores de Marey, los asesinos de García Goena y los enterradores en cal viva de Lasa y Zabala... «sólo» que por distintos métodos.
La actitud de los partidos nacionalistas vascos, ERC y BNG es tan antigua como la propia Constitución. Algunos parecen haber olvidado que incluso, en el caso de Euskadi, la mayoría de la población no dio respaldo al texto constitucional, de modo que se ve mal qué podrían celebrar sus representantes.
Hacen trampa. Cuando elogian la Constitución con encendidos ditirambos, se fijan en exclusiva en el reconocimiento que esa ley fundamental hace de los derechos y libertades de la ciudadanía. Tal como presentan la cuestión, se diría que quien no aplaude todos y cada uno de los artículos que componen la llamada Carta Magna es enemigo de los derechos civiles y de las libertades democráticas. Olvidan que la Constitución no sólo sanciona esos derechos y esas libertades; también coloca en los altares otros derechos, incluyendo el de las Fuerzas Armadas a intervenir para garantizar opciones políticas que deberían considerarse, como todas, sujetas a la libre determinación de las gentes.
Quienes tienen conocimiento y memoria saben que ese extremo no se decidió tras arduo debate entre los parlamentarios constituyentes, sino que llegó a las Cortes ya escrito. Y que el portador del texto ajeno se limitó a decir: «Esto es lo que hay», dando a entender que, si no se aceptaba, en alguna Brunete nada mediática podían empezar a oírse los motores de los tanques.
Así que menos cuento.
La más chirriante de las paradojas surge cuando se recuerda -yo lo recuerdo, al menos- que esos partidos que no acuden a celebrar la Constitución y que son mirados con desconfianza por el actual establishment fueron de los que más hicieron -y más pagaron- por defender las libertades en tiempos de la dictadura franquista, mientras que muchos de los que ahora los anatematizan no movieron un dedo en pro de los derechos civiles o, incluso, militaron en las filas de quienes los aplastaban.
Así se escribe la Historia. Que, como es bien sabido, siempre la escriben los vencedores.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (7 de diciembre de 2004) y El Mundo (8 de diciembre de 2004). Hemos publicado la versión del periódico. Subido a "Desde Jamaica" el 11 de julio de 2017.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/12/07 06:00:00 GMT+1
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2004/12/06 06:00:00 GMT+1
-¿Y quieres que pierda España, aunque sea frente a Estados Unidos?
Era ayer por la mañana y mi buen amigo Gervasio Guzmán es que ni se lo creía.
-Sí -le contesté-. Y, además, si venciera Carles Moyà, no ganaría «España» frente a «Estados Unidos». No tienes más que ver cómo viste, cómo se mueve, su modo de hablar, para comprobar que ese mocetón es un producto típicamente colonial. Está colonizado hasta la médula. Tendrá el pasaporte que sea, pero es estadounidense en cuerpo y alma.
No es que ese aspecto de la cuestión me importara gran cosa, pero tampoco quería dejarlo pasar por alto, más que nada por señalar las contradicciones de eso que el profesor Aznar, de la Universidad de Georgetown, llama «el antiamericanismo primario».
De todos modos, mi afán derrotista no iba por el lado del hecho diferencial español. Mi problema es que acababa de contemplar las anonadantes consecuencias de la victoria de la Selección Española de Fútbol-Sala en el Campeonato del Mundo de la especialidad y tenía un perfecto hartazgo de patriotería autosatisfecha. Me veía venir una segunda ración de lo mismo, corregida y aumentada.
Que es lo que acabó viniéndome pocas horas después por tierra, mar y aire, o sea, por prensa electrónica, radio y televisión.
Cada vez soporto peor la naturalidad con que se lleva por estas tierras de España la doble moral del internacionalismo verbal y la patriotería visceral. Todo el mundo se declara «ciudadano del mundo» en cuanto se topa con un nacionalismo que no es el suyo, pero, así que le dan la ocasión, se inflama de amores patrios y blande banderas cual poseso.
Según una encuesta que publica hoy El Mundo, el 75% de los ciudadanos españoles considera que Cataluña es parte «esencial e inseparable» de España. Hay gente que es la monda. No quiere saber nada de Cataluña, tiene un paquete de aquí te espero a los catalanes, tuerce el gesto si oye hablar en catalán... pero no acepta la idea de que Cataluña pudiera dedicarse a lo suyo por su cuenta. Aunque también es cierto que hay toneladas de gente que opina tan sólo después de enterarse de qué es lo que se supone que debe opinar.
-¿Te lo tomarías igual si fuera el equipo de Euskadi? -me objeta Gervasio en plan malicioso.
-Acuérdate -le respondo- cómo dije en su momento que no quería que el equipo de mi pueblo, la Real Sociedad, ganara la Liga. Las exhibiciones de petulancia colectiva me disgustan. Todas.
Pero admito que, si llevo mal todos los nacionalismos, en general, llevo peor el nacionalismo español, en concreto. Y ello por dos razones: una de principios; la otra práctica y tirando a funcional.
La de principios: el nacionalismo español es impositivo. La encuesta que publica El Mundo -aunque me la crea de aquella manera, conociendo cómo se hacen estas encuestas- lo deja claro: la mayoría considera que vascos y catalanes deben ser españoles aunque no quieran, por narices.
La práctica: el nacionalismo español es el que me afecta más, porque paso la mayor parte de mi vida rodeado de quienes lo exhiben.
Alguna vez lo he escrito: si paso un cierto tiempo en Euskadi, en seguida empiezo a mosquearme con el nacionalismo primario vasco, con todo su acompañamiento ritual de «no hay sitio en el mundo más bonito que Donosti», «como se come aquí no se come en ningún lado», «dónde vas a encontrar una calidad de vida como la nuestra», «los vascos es que somos muy sencillos y muy trabajadores», etcétera, etcétera. Pero ahí está la cosa: que no suelo pasar mucho tiempo por allí, sino por las tierras en donde, así que te descuidas, te dicen eso de «español, un orgullo; madrileño, un título», «España, ¡casi ná!», «de Madrid al cielo», «la española cuando besa es que besa de verdad» y chorradas por el estilo. Lo cual me sulfura hasta extremos que cualquier día van a requerir tratamiento médico.
Por resumir: yo es que me llevo mejor con los perdedores.
Nota de régimen interno.- Observaréis que se ha producido un notable descenso en el número diario de visitantes de esta página. Como cuando se registra un ascenso importante lo comento, me parece de rigor tomar igual nota de lo contrario. ¿Razones posibles? 1ª) El 1 de diciembre hubo un problema de conexión que provocó un fuerte descenso de las visitas contabilizadas, lo que afectó notablemente a la cifra media; 2ª) En seguida nos ha venido este macropuente, que ha alejado a bastante gente de los ordenadores desde los que conecta habitualmente; y 3ª (y nada descartable): puede que las cosas que cuento vayan interesando menos.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (6 de diciembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 11 de julio de 2017.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/12/06 06:00:00 GMT+1
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2004/12/06 07:00:00 GMT+2
Arnaldo Otegi perdió anteayer la oportunidad de desmarcarse de la violencia de ETA y de demostrar que, cuando afirma que la política debe ocupar el puesto de mando dentro de la izquierda abertzale, lo sostiene en serio y que él y los suyos están dispuestos a hacer lo necesario para que así sea.
De manera oblicua y entre líneas, lo que Otegi vino a decir es que ETA actúa para demostrar que posee capacidad operativa y para tener más bazas a la hora de la negociación. Pero eso, que hubiera tenido algún sentido antes del discurso del velódromo de Anoeta -ese significado di yo a la colocación de dos bombas poco antes del acto de presentación de la nueva estrategia de Batasuna-, aguanta poco y mal después de eso. Arruina los intentos que hace su organización ilegalizada para mejorar las malas relaciones que tiene con las otras fuerzas parlamentarias para facilitar la distensión y, si es caso, abrir las puertas a su vuelta a la legalidad electoral. A la vista de lo sucedido, el PSOE -que es el partido que más cuenta a tales efectos- no va a aceptarle que se haya inaugurado ninguna nueva etapa.
Los petardos del viernes tampoco envían ningún mensaje particular al Gobierno de Zapatero, que sabe bien que ETA cuenta con la gente y el material bélico necesarios para atentar. Las exhibiciones de ese género pueden valer para la ciudadanía de a pie o para cerrar la boca a algunos comentaristas políticos despistados -o despistantes-, de ésos que dan a ETA por muerta para hacerse los ocurrentes, pero no para el Gobierno, que sabe a qué atenerse.
Tengo el convencimiento de que, si Zapatero no está ya negociando en firme con ETA, es, en lo esencial, porque no ha recibido de ella un mensaje concordante con el que el propio Otegi lanzó en Anoeta, en el que le comunique que quiere pactar su desaparición y que el orden del día de la correspondiente negociación se circunscribirá a las condiciones de su «desmilitarización», con la situación de los presos y los exiliados como asunto central.
El gesto crispado que mostró anteayer Otegi y su negativa a responder a las preguntas de los informadores fueron las mejores pruebas de que, dijera lo que dijera -que supongo que era lo único que podía decir-, sí se sentía desautorizado por los autores de los atentados.
Que en ETA hay mar de fondo es un hecho. Existe un tira y afloja entre quienes creen que ha llegado ya la hora de decir adiós a las armas, y de hacerlo antes de que la cosa se ponga aún peor para ellos, y quienes consideran que hay que seguir dando leña al mono hasta que cante, cualquiera sabe qué.
Que los petardos del viernes, con su estrambote en Almería, sean expresión de esa tensión interna o no es lo que no sé. Lo deduzco, sin más.
Javier Ortiz. El Mundo (6 de diciembre de 2004). Columna basada en el apunte Otegi en off-side, publicado un día antes. Subido a "Desde Jamaica" el 29 de abril de 2018.
* Nota del autor: Es copia del artículo publicado por El Mundo el 6 de diciembre de 2004. Pese a no ser ni miércoles ni sábado, días en los que salen sus columnas, El Mundo solicitó ayer a Ortiz que escribiera, para cubrir una baja. Como sucede siempre que no publica en la página 2, sino en la 4 o 5, el cintillo de la columna no es Zoom, sino El Horno, nombre que Ortiz dio al billete diario que publicaba en El Mundo, allá por 1989.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/12/06 07:00:00 GMT+2
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2004/12/05 06:00:00 GMT+1
Otegi perdió ayer la oportunidad de desmarcarse de la violencia de ETA y de demostrar que, cuando afirma que la política debe ocupar el puesto de mando dentro de la izquierda abertzale, lo sostiene en serio y él y los suyos están dispuestos a hacer lo necesario para que así sea.
De manera oblicua y entre líneas, lo que Otegi vino a decir ayer es que ETA actúa para demostrar que posee capacidad operativa y para contar con más peso a la hora de la negociación. Pero eso, que hubiera tenido sentido antes del discurso del velódromo de Anoeta -ese significado di yo a la colocación de dos bombas poco antes del acto de presentación de la nueva estrategia de Batasuna-, aguanta poco y mal ahora. Arruina los intentos de la organización ahora ilegal de mejorar sus relaciones con las otras fuerzas parlamentarias de cara a facilitar la distensión e incluso su vuelta a la legalidad electoral. A la vista de lo sucedido, el PSOE -que es el partido que más cuenta a tales efectos- no va a aceptar que se haya inaugurado realmente ninguna nueva etapa.
Los petardos de anteayer tampoco envían ningún mensaje particular al Gobierno de Zapatero, que sabe muy bien que ETA cuenta con la gente y el material bélico necesarios para atentar. Las exhibiciones de ese género pueden valer para la ciudadanía de a pie o para cerrar la boca a algunos comentaristas políticos despistados, de ésos que dan a ETA por muerta, pero no para el Gobierno, que sabe a qué atenerse. Tengo el convencimiento de que, si Zapatero no está ya negociando en firme con ETA, es, en lo esencial, porque no ha recibido de ella un mensaje concordante con el que el propio Otegi lanzó en Anoeta, en el que le comunique que quiere pactar su desaparición y que el orden del día de la correspondiente negociación se circunscribirá a las condiciones de su «desmilitarización», con la situación de los presos y los exiliados como asunto central.
El gesto crispado que mostró ayer Otegi y su negativa a responder preguntas de los informadores fueron las mejores pruebas de que, dijera lo que dijera -que probablemente era lo único que podía decir-, sí se sentía desautorizado por los autores de los atentados. Que en ETA hay mar de fondo es un hecho. Existe un tira y afloja entre quienes creen que ha llegado ya la hora de decir adiós a las armas, y de hacerlo con la máxima dignidad que quepa antes de que la cosa se ponga aún peor para ellos, y quienes consideran que hay que seguir dando leña al mono hasta que cante gregoriano, si se tercia. Lo de que los petardos de anteayer, con el estrambote de ayer en Almería, sea expresión de esa tensión interna o no es lo que no sé. Lo deduzco, sin más.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (5 de diciembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 11 de julio de 2017.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/12/05 06:00:00 GMT+1
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2004/12/04 06:00:00 GMT+1
Qué gran idea, hacer la puñeta a varios cientos de miles de habitantes de Madrid, que se iban ayer tan felices a pasar el macropuente por cualquier lado, a norte, sur, este y oeste, y colapsar su salida con un puñado de petardos. (*)
Si el propósito de los autores de esos atentaditos fuera que la causa vasca no tenga ni un simpatizante en la capital del Reino, habría que admitir que están en la buena vía.
Pero qué va. Lo que buscan es hacer ruido. Y si para hacerlo hay que fastidiar a la población española, pues eso: que se fastidie. Que por algo es española, o vive en España, o lo que sea.
He dicho «los autores de esos atentaditos», y no ETA, porque tengo mis serias dudas de que se trate de actos decididos colegiadamente por los órganos de dirección de ETA. En contra de lo que he leído esta mañana en algún periódico, no creo que el objetivo de los petardos fuera tocar las narices a Rodríguez Zapatero. A quien están buscándole las cosquillas es a Arnaldo Otegi.
Me consta que hay una parte de ETA, bien situada en los órganos de dirección, que está en la línea marcada por Batasuna en el mitin de Anoeta y que desea que «el conflicto» pase a tener un tratamiento pura y exclusivamente político. Me han dicho que entre esos dirigentes de ETA y el Gobierno de Zapatero hay ya algún contacto. No sé si será cierto. Otros me han asegurado que no hay contactos directos, pero sí a través de intermediarios. Eso me parece más probable.
En todo caso, es evidente que quienes han colocado en estos últimos días un par de bombas lapa simuladas en Euskadi y quienes pusieron los petardos de ayer en Madrid no están por esa labor. Quieren boicotear esa salida, un tanto al modo de quienes en Irlanda se autodenominan IRA Auténtico, que perpetraron la carnicería de Omagh. (**)
Hay ahí un tira y afloja que, como experto que me considero en estos asuntos, he de declarar que no tengo ni la más mínima idea de cómo acabará.
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(*) Los madrileños que fueron atrapados por el monumental atasco que sucedió a los atentaditos no tienen ni idea de lo que es un atasco de verdad. Para atasco, el que pillé yo a la altura de Villena, donde estuve parado dos horas -¡dos horas!- por culpa de la incapacidad de los encargados de retirar de la calzada unos cuantos vehículos que se habían visto implicados en un accidente.
(**) Disfrutad de verdad de las delicias de la intoxicación informativa en su más elevado y delirante estadio entrando en http://ar.geocities.com/laotraverdad/aq1.html. Os encontraréis con un texto en el que se cuenta cómo Ben Laden, el IRA Auténtico, ETA y los terroristas kosovares trabajan en consuno a través de una ONG irlandesa denominada "Agencia de la Misericordia y el Consuelo".
Javier Ortiz. Apuntes del natural (4 de diciembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 11 de julio de 2017.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/12/04 06:00:00 GMT+1
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2004/12/03 06:00:00 GMT+1
El Gobierno de Rodríguez Zapatero ha aceptado que las comunidades autónomas tengan una representación directa, única y rotatoria, en los consejos de ministros de la UE en los que se aborden materias con más claras repercusiones para la gobernación territorial.
Se avanza así en una dirección hacia la que venían señalando desde hace tiempo los gobiernos de varias comunidades, incluyendo alguno del PP.
En su momento, cuando el Ejecutivo de Ibarretxe presentó esa reclamación, señalé hasta qué punto resultaba peregrina la idea aznariana según la cual acceder a algo así equivaldría a dejar vía libre al separatismo. Todo lo contrario: lo que se pedía es que la comunidad autónoma vasca tuviera un hueco dentro de la representación española ante la UE. Menos separatista, imposible.
La reivindicación vasca tenía un sentido práctico. Dos, mejor dicho.
Uno, y por poner un ejemplo: si se va a debatir en Bruselas sobre la costera de la anchoa, casi mejor que en la reunión esté presente alguien que conozca el asunto bien a fondo. (Lo cual, por supuesto, vale lo mismo para Andalucía y el aceite, para el País Valenciano y los cítricos, para Castilla-La Mancha y el girasol, etcétera.)
Segundo objetivo práctico al que apuntaba la reivindicación vasca (aunque éste de modo algo más oblicuo y con una finalidad más política): suponían sus autores que, en la medida en que la voz de Euskadi se vaya haciendo oír en los foros continentales, mejor podrán combatirse los tópicos existentes sobre «lo vasco» y más se facilitará la extensión de la idea de «la Europa de los pueblos».
Pero hay un punto del acuerdo alcanzado por el Gobierno de Zapatero y la representación de las CC. AA. que me resulta particularmente chocante. Han convenido que quienes vayan en nombre de las CC. AA. a las reuniones de la UE no actúen en defensa de su comunidad autónoma en particular, sino del conjunto de todas ellas, en general. Habrán de alcanzar acuerdos previos para acudir a esos encuentros con un punto de vista único.
Oído lo cual, mi pregunta es: entonces, ¿qué pinta la representación del Estado? ¿No se supone que el Gobierno del Estado acude a la UE para defender los intereses conjuntos de todas las comunidades autónomas? ¿O deberemos suponer que el Estado tiene intereses distintos al de la suma de las poblaciones de los territorios que lo integran?
A nada que se reflexiona sobre ello, resulta obvio que seguimos enredados en las viejas contradicciones puestas en marcha durante la Transición. Lo que tenemos aquí no es ni un Estado federal ni un Estado centralista, sino un Estado federal y centralista a la vez.
O sea, un engendro.
Pero de verdad que me alegro de que se entre por esa vía. Cuanto más evidentes se vuelvan las contradicciones, más acuciante se volverá la necesidad de encararlas.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (3 de diciembre de 2004) y El Mundo (4 de diciembre de 2004), salvo las notas inferiores, las cuales únicamente se publicaron con el apunte. Hemos publicado la versión del periódico. Subido a "Desde Jamaica" el 11 de julio de 2017.
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Nota 1.- Mi apunte de ayer sobre José Antonio Aguirre contenía un error de bulto, que varios lectores se han apresurado a señalarme: Aguirre no fue nunca presidente del EBB del PNV. Sólo el despiste producido por escribir mientras trataba de resolver un pequeño desastre informático desde la habitación de un hotel -en fin, cosas que suceden- explica que cometiera un error tan tonto, porque sé de sobra que el PNV siempre ha separado las funciones de dirección gubernamental y de partido. De hecho, se produjo un episodio curioso cuando Aguirre, elegido lehendakari, rechazó estar sometido formalmente a la disciplina del partido y los responsables del EBB le obligaron a hacer un juramento secreto ante la virgen de Begoña. Quizá algún día cuente esa historia, si viene al caso. Aguirre fue durante años y hasta su muerte la máxima autoridad moral dentro del PNV, pero no su presidente.
Otros lectores me han señalado otros presuntos errores del breve retrato que hice del primer lehendakari.
Alguno me ha dicho que nunca colaboró con los anarquistas. Según mis noticias, sí lo hizo. Tuvieron un cenetista en el organismo clandestino encargado de representar al Gobierno Vasco en el interior. Era, en concreto, un taxista de Donostia.
Otros me han señalado que su colaboración con los comunistas fue efímera. Pero, aparte de que yo no haya escrito que esa colaboración tuviera un carácter estable y permanente, tampoco me referí en exclusiva al Gobierno. Sus contactos con el PCE nunca se interrumpieron por completo.
Alguno más se ha extrañado de mis referencias a la colaboración de los Servicios del PNV con la CIA y me ha preguntado que de dónde me he sacado eso. Ahora no tengo tiempo de extenderme, pero créanme: es un asunto que está más que documentado. Y hasta novelado, como saben bien los lectores del extinto Vázquez Montalbán.
Nota 2.- Os regalo una frase tomada de un documental sobre Pierre Desproges, genial humorista francés fallecido a edad lamentablemente temprana: «El heroísmo es el único modo de llegar a ser célebre cuando se carece de talento».
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/12/03 06:00:00 GMT+1
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2004/12/02 06:00:00 GMT+1
Hoy por la mañana se presenta en Bilbao la reedición de De Guernica a Nueva York pasando por Berlín. Como director de Foca, la colección editorial que ha asumido la reedición de la obra del primer lehendakari del Gobierno Vasco, me tocará participar en el acto, cuyo contenido fundamental será un parlamento del actual lehendakari, Juan José Ibarretxe. Escribo estas líneas desde una habitación del hotel Carlton, que es donde va a tener lugar la presentación y que es el sitio donde tuvo su sede el Gobierno de Aguirre durante el poco tiempo que pudo sobrevivir en Euskadi desde la aprobación del Estatuto, en octubre de 1936.
De Guernica... (escrito con esa grafía, lo mismo que los apellidos del autor, porque así los escribió él) es una obra muy interesante, que relata la peripecia rocambolesca por la que atravesó Aguirre hasta instalarse legalmente en el exilio. Es eso, pero es también el retrato del político que fue Aguirre quien, tanto en su papel de lehendakari del Gobierno como en el de presidente del Euskadi Buru Batzar (es decir, la Ejecutiva Nacional) del PNV, revolucionó el mundo del nacionalismo vasco.
En mi criterio, Aguirre metió al PNV por varias sendas nuevas, esencialmente distintas de las marcadas por el fundador del partido, Sabino Arana Goiri. En primer lugar, extendió la atribución de la nacionalidad vasca a todos los ciudadanos y ciudadanas de Euskadi, con independencia de su origen geográfico y del de sus ancestros. En segundo lugar, y al margen de sus propias convicciones religiosas, dio un importante impulso al laicismo dentro del nacionalismo vasco, en la línea por la que llevaban abogando ya desde algunos años antes los militantes de Acción Nacionalista Vasca (ANV). En tercer lugar, fue partidario de la colaboración con las fuerzas republicanas españolas, cosa que no habían hecho sus antecesores, lo que les llevó a distanciarse de la lucha por la instauración de la República y a aliarse en varias ocasiones con los reaccionarios carlistas. En fin, no tuvo ningún inconveniente en trabajar codo con codo con comunistas y anarquistas, pese a las proclamas internacionalistas -a veces ingenuamente internacionalistas- de los unos y los otros.
Cada una de esas opciones suyas le trajo problemas internos, algunos de ellos bastante graves.
El personaje tuvo sus grandes luces, pero también sus sombras. Una de ellas, que también daría con el tiempo no pocos quebraderos de cabeza, fue la colaboración de la estructura clandestina del PNV -lo que en la jerga interna denominan los Servicios- con la CIA y el MI6 británico. Esa colaboración, más o menos comprensible durante la II Guerra Mundial, se convirtió luego en una pesada carga, porque la CIA animaba al PNV a sumarse a la lucha contra el comunismo mundial y, en consecuencia, a dejar tranquilo a Franco, aliado en esa lucha. Esa colaboración, a la que algunos dirigentes nacionalistas se opusieron (Juan Ajuriaguerra, en especial), está en el origen de importantes crisis del PNV, algunas de ellas arrastradas hasta los años 70 y 80 del pasado siglo.
En resumen: que el personaje vale la pena, lo mismo que el libro. Aunque, como editor, me esté mal decirlo.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (2 de diciembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 11 de julio de 2017.
Nota: conviene leer la nota del apunte del 3 de diciembre: Dos Españas en Bruselas.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/12/02 06:00:00 GMT+1
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2004/12/01 07:00:00 GMT+1
Tras tragarme el discurso inicial y buena parte de las posteriores respuestas que proporcionó José María Aznar durante su asistencia a la Comisión Parlamentaria del 11-M (por cierto: ¿por qué es obligatorio llamar a eso «comparecencia»?), mi resumen final fue que no sólo no había logrado enterarme de nada que no supiera ya sobre lo sucedido entre el 11 y el 14 de marzo, sino que tampoco había conseguido enterarme de nada nuevo sobre Aznar. Llegó incluso a hastiarme, con su inveterada tendencia a presentar sus conjeturas («Tengo la sensación...», «Me pregunto...», «No hay que descartar...», «Cabría imaginar...») como si fueran argumentos de peso. Por mucho que el careo se prolongara -y cuidado que se prolongó-, aquello era todo el rato más de lo mismo.
O eso me pareció.
Pero puede que no fuera así. Porque luego estuve escuchando los comentarios radiofónicos sobre la sesión parlamentaria y descubrí que otros habían visto y oído montones de cosas de las que yo ni me había enterado. Cosas, además, totalmente contradictorias: Aznar había estado brillante, Aznar había estado aburrido, Aznar había dado a sus oponentes una paliza total, Aznar no había acertado a responder a ninguna pregunta clave, Aznar capeó con estoicismo las impertinencias más intolerables, Aznar fue acorralado por algunos parlamentarios que lograron forzarlo a evidenciar su soberbia... Y así todo.
Confirmé de ese modo algo que no por sabido me resulta menos preocupante: la gente no ve sino lo que quiere ver.
Pero eso no es lo peor. Lo peor es que cree que lo que ve es la realidad completa, compacta, perfecta y sin fisuras.
Antes de que se iniciara la sesión parlamentaria, de buena mañana, oí a otro comentarista radiofónico afirmar no sólo muy serio, sino incluso muy crispado, que la tesis de que el atentado del 11-M fue obra de Al Qaeda «ya no se la cree ni el PSOE». Me pareció un caso fascinante de subjetivismo: no sólo confundía sus propias ideas fijas con la realidad, sino que daba por seguro que los demás también participamos de sus ideas fijas, sólo que lo disimulamos. Hay gente que no sabe ni lo que tiene ella misma en la cabeza -no aprecia la importancia de la psiquiatría, y es pena-, pero se cree experta en lo que ocultan las mentes ajenas.
Resulta curioso el juego que se monta entre los comentaristas políticos y el gran público. «Me gusta mucho lo que opina usted», me dijo el otro día una señora muy simpática después de una conferencia. «Eso va a ser porque confirma lo que piensa usted», le respondí bromeando.
Y es que a menudo no buscamos ideas nuevas, sino ratificaciones. Y hacemos mal. Mejor que oír repetido lo que ya hemos pensado por nuestra cuenta es enterarnos de cómo ven otros lo que sucede. Así, haciendo acopio de piezas diferentes, podemos tratar de completar ese endiablado rompecabezas que constituye la vida real.
Javier Ortiz. El Mundo (1 de diciembre de 2004). Columna basada en el apunte El color del cristal, publicado un día antes. Subido a "Desde Jamaica" el 29 de abril de 2018.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/12/01 07:00:00 GMT+1
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2004/12/01 06:00:00 GMT+1
El Gobierno de Rodríguez Zapatero remueve el agua para que se forme espuma y no se vea lo contaminadas que están las aguas que circulan por debajo. La oposición mayoritaria del PP -¿mayoritaria o única?- agita también el agua para hacer como que hace y disimular que no tiene nada que decir sobre buena parte de lo esencial, porque su política y la del PSOE, vistas en sus rasgos fundamentales, se parecen como una directiva de Bruselas a otra directiva de Bruselas.
La actualidad noticiada está llena de asuntos de poco fuste, cuando no de ninguno. Que si Bono ha ido a una cafetería del centro de Madrid a disculparse por la bronca que montó un sargento al que se le ocurrió hacer un absurdo simulacro. Pues qué bien. Que si Moratinos insiste en que el Gobierno de Aznar estuvo del lado de los golpistas anti-Chávez hasta que no le quedó más remedio. Y qué; ya lo sabíamos. Profundice un rato en las relaciones entre Felipe González y Carlos Andrés Pérez y verá qué risa. Que si el Gobierno le pide a la jerarquía católica que se atenga a los hechos y no denuncie proyectos de ampliación de la ley del aborto y de legalización de la eutanasia porque no hay tales. Ah, pues qué mal: estaría mucho mejor que los hubiera. Cháchara. «Words, words, words», que decía el chico de Stanford-on-Avon (*).
Los jefes del PP montan unos pollos ridículos en el Congreso y hacen declaraciones tan peregrinas como la que publica hoy la prensa: dicen que la Comisión Parlamentaria del 11-M debe seguir hasta que se sepa «toda la verdad». Pero una afirmación así sólo puede hacerla con fundamento alguien que ya conoce «toda la verdad». Y si el PP la conoce, ¿por qué no nos la revela, acompañándola de las pruebas pertinentes? Lo que en realidad están diciendo es: que siga el circo y que se hable de mis especulaciones, tan interesadas como carentes de base, porque así voy manteniendo la tensión y parezco algo.
Porque ése es el asunto: los dos partidos muestran idéntico interés en mantener una tensión muy aparatosa, pero en buena medida artificial y, sobre todo, insustancial. Me recuerdan a las peleas de catch que veía de niño en la televisión francesa -no sé si las seguirán retransmitiendo- en las que cuatro tipos enormes fingían darse los golpes más terribles y en realidad no se hacían ningún daño.
En eso se está convirtiendo la política: en peleas de catch tan espectaculares como inocuas.
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(*) No fue el único. Siguiendo su estela, Pete Seeger escribió en 1967 una hermosísima -y muy melancólica- canción, cuya letra, para uso de conocedores de la lengua inglesa, decía lo que sigue:
WORDS, WORDS, WORDS
Words, words, words
In my old Bible
How much of truth remains?
If I only understood them,
While my lips pronounced them,
Would not my life be changed?
Words, words, words
In Tom's old Declaration
How much of truth remains?
If I only understood them,
While my lips pronounced them,
Would not my life be changed?
Words, words, words
In my old songs and stories
How much of truth remains?
If I only understood them,
While my lips pronounced them,
Would not my life be changed?
Words, words, words
On cracked old pages
How much of truth remains?
If my mind could understand them,
And if my life pronounced them,
Would not this world be changed?
Words and Music by Pete Seeger (1967)
Javier Ortiz. Apuntes del natural (1 de diciembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 11 de julio de 2017.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/12/01 06:00:00 GMT+1
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2004/11/30 06:00:00 GMT+1
Tras tragarme el discurso inicial y buena parte de las posteriores respuestas que proporcionó ayer José María Aznar durante su asistencia a la Comisión Parlamentaria del 11-M (por cierto: ¿por qué es obligatorio llamar a eso «comparecencia»?), mi resumen final fue que no sólo no había logrado enterarme de nada que no supiera ya sobre lo sucedido entre el 11 y el 14 de marzo, sino que tampoco había conseguido enterarme de nada nuevo sobre Aznar.
Por mucho que el careo se prolongara -y cuidado que se prolongó-, aquello era todo el rato más de lo mismo. O eso me pareció.
Pero puede que no fuera así. Porque luego estuve escuchando los comentarios radiofónicos sobre la sesión parlamentaria y descubrí que otros habían visto y oído montones de cosas de las que yo ni me había enterado. Cosas, además, totalmente contradictorias entre sí: Aznar había estado brillante, Aznar había estado aburrido, Aznar había dado a sus oponentes una paliza total, Aznar no había acertado a responder a ninguna pregunta clave, Aznar capeó con estoicismo las impertinencias más intolerables, Aznar fue acorralado por algunos parlamentarios que lograron forzarlo a evidenciar su soberbia... Y así todo.
Confirmé de ese modo algo que no por sabido me resulta menos preocupante: la gente no ve sino lo que quiere ver. Pero eso no es lo peor. Lo peor es que cree que lo que ve es la realidad completa, compacta, perfecta y sin fisuras.
Antes de que se iniciara la sesión parlamentaria, de buena mañana, oí a otro comentarista radiofónico afirmar no sólo muy serio, sino incluso muy crispado, que la tesis de que el atentado del 11-M fue obra de Al Qaeda «ya no se le cree ni el PSOE». Me pareció un caso fascinante de subjetivismo: no sólo confundía sus propias ideas fijas con la realidad, sino que daba por seguro que los demás también participamos de sus ideas fijas, sólo que las disimulamos.
Es curioso el juego que se monta entre los comentaristas políticos y el gran público. «Me gusta mucho lo que dice usted», me dijo el otro día una señora muy simpática después de una conferencia. «Eso va a ser porque confirma lo que piensa usted», le respondí bromeando.
A mí no me interesa demasiado que me confirmen lo que ya había pensado por mi cuenta. Me gusta más enterarme de cómo ven otros la realidad. Así, haciendo acopio de piezas diferentes, trato de completar el rompecabezas que representa la vida real.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (30 de noviembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 12 de julio de 2017.
Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/11/30 06:00:00 GMT+1
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