Afirma la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, que “la violencia no puede convertirse en espectáculo”. Lo dijo en general, aunque entrando en la polémica suscitada por un programa en el que Antena 3 dio cancha a un tipo que pretendía reconciliarse con su expareja y que finalmente, al no lograr su propósito, optó por asesinarla.
Empezaré por las precisiones terminológicas, que casi siempre tienen mucha más miga ideológica de lo que aparentan.
¿La vicepresidenta quiso decir “la violencia no puede convertirse”, o más bien “no debería convertirse”? Porque poder, lo que se dice poder, vaya que sí puede, y la prueba está a la vista.
Supongamos que el terreno en el que quería situarnos Fernández de la Vega no fuera el del poder, sino el del deber. Pero ¿de qué deber se trataría? Los ejecutivos de Antena 3 tienen el deber imperativo y categórico de conseguir audiencia, para que el negocio no se les vaya al garete y, si propiciando programas como El diario de Patricia logran audiencia, habrán cumplido con su deber, y si no, se las tendrán tiesas con los dueños de la empresa. Sin el espectáculo de la violencia, fingida o real, no habría programaciones de televisión.
¿Reprueba la vicepresidenta que en las sociedades occidentales las cosas funcionen así? Lo ignoro, pero lo que sí estoy en condiciones de asegurar es que la política que hace su Gobierno no se rige por criterios muy diferentes. También se inclina ante las exigencias del guion y ante los índices de audiencia que se materializan cada cuatro años en las urnas. ¡Cuántas veces no habré oído a políticos de alto copete decir: “Vale, de acuerdo, eso sería lo justo, pero si lo hiciéramos nos crucificarían”!
¿En qué consiste el deber? ¿En hacer lo decente, lo que anima a la igualdad entre las personas, lo que cultiva la solidaridad entre los pueblos? ¿Cree la vicepresidenta que vender armas a regímenes opresores, como lo hace España con Turquía y con Marruecos, es ético? ¿Y estar a partir un piñón con el Gobierno chino, a lo que ella tanto ha contribuido?
¡El negocio de la violencia!
La que no viva de él, que tire la primera piedra.
Javier Ortiz. El dedo en la llaga, diario Público (26 de noviembre de 2007). También publicó apunte ese día: Augurios.
Comentarios
Escrito por: Alex Fransmestier.2007/11/26 07:38:43.575000 GMT+1
http://vestigis.wordpress.com
Escrito por: José Carlos.2007/11/26 09:12:37.394000 GMT+1
Qué decir de las alambradas entre Marruecos y "España"?
Escrito por: Antonio Gil.2007/11/26 16:55:33.813000 GMT+1
Ahí le ha dao, "la violencia no puede convertirse en espectáculo". Qué discurso tan facilón, tan de arengadora de masas abecerradas. Sí, mujer, no puede, por eso no existen las corridas de toros, los campeonatos de full-contact ni las manifestaciones de fascistas. Qué jeta.
Me da que no están acostumbrados a pensar en lo que dicen. Que abren la boca y tiran de guión, sin más. Total, qué más da.
Escrito por: Belén.2007/11/26 17:52:11.699000 GMT+1
Incluso muchos padres espolean a sus pequeños hijos para que sean "listos"... y es que han de salir a un mundo descomunal, no apto para frágiles identidades o ideologías a las que les tiemble la mano pensando en bien ajeno... o tal vez no sean tan frágiles?
Salud!
Escrito por: Juan Cosaco.2007/11/26 19:58:29.524000 GMT+1
http://juancosaco.blogspot.com/
Estimado Javier,
te descubrí hace poco y desde entonces te he leido con asiduidad. Quiero agradecerte tu lucidez y la oportunidad que nos das de leer y participar en este foro donde, normalmente, escribe un perfil de personas que es difícil de encontrar entre la mediocridad del día a día.
Casi siempre estoy de acuerdo en tus exposiciones -cosa que no me gusta demasiado- pero hoy aprovecho un resquicio que creo que te has dejado en tu argumentación y que, bajo mi punto de vista, invalida tus conclusiones.
La vicepresidente ha expresado -con mayor o menor acierto en sus palabras- su repulsa a un hecho que ha sucedido en televisión. Y que a ella le parece deleznable -o quizá no tanto, símplemente desagradable-. Argumentas básicamente dos cosas: i) las reglas de juego hacen que el directivo de Antena 3 programe lo que le venga en gana, o mejor, lo que considere que maximiza sus beneficios (entendidos como ingresos por publicidad menos coste de producir el espacio donde entra esa publicidad) y ii) a la vicepresidenta le desagrada un hecho nimio en comparación con otros temas graves en los que el gobierno participa directamente (venta de armas, etc).
El primero de tus argumentos está claro. El sistema premia al directivo de Antena 3 por elegir bien su parrilla, independientemente de los contenidos de la misma. Pero es labor precisamente del gobierno ponerle límite a sus capacidades de elección creando resortes que les prohíban a esos directivos -si así lo estiman necesario- el poner unos u otros contenidos. No entro a juzgar si eso es bueno o es malo, si es mejor ver Espinete o el Diario de Patricia, eso me da igual. Si el gobierno piensa que es mejor Espinete que regule qué tipo de programas van en qué franja horaria. Es su deber hacerlo si cree que eso evita situaciones desagradables (insisto, no digo que lo sean, digo si el gobierno cree que lo son). Dejemos que lo regulen si así les parece que luego ya decidiremos nosotros -lamentablemente sólo a través de nuestro voto- si en los temas que "se meten" son relevantes o son una soberana estupidez.
Tu segundo argumento me parece muy pobre. Argumentar que no se haga algo porque se puede hacer otra cosa mejor es demagogia. Si este tipo de argumentación tuviera validez nunca se haría nada y el debate se limitaría a defender cuál es la causa mejor. Me recuerda a esas organizaciones a las que se acusa de proteger a las ballenas, etc, diciendo que hay otras causas más "importantes" como salvar vidas humanas. Si poner ese tipo de contenidos en la tele les parece mal al gobierno que actúe para evitarlo. Si vender armas está "mal" que actúe para evitarlo. Pero ambas cosas son perfectamente independientes entre sí. Como mucho se le podrá criticar a la señora de hipocresía o de falta de arrojo para afrontar temas más relevantes e importantes que los contenidos de los programas.
Pero lo dicho, para decidir si los problemas que se están solucionando son relevantes o no ya estamos nosotros con nuestro voto. Para juzgar si el gobierno es hipócrita o no, también.
Como todos vivimos de la violencia en mayor o menor grado no hagamos nada (parece que viene a ser tu conclusión que he intentado refutar).
Un saludo a ti y a todos los lectores del foro,
J.
Escrito por: Javier B..2007/11/26 20:18:21.421000 GMT+1
Escrito por: Antonio Gil.2007/11/26 22:16:3.715000 GMT+1
Antonio, entendido, pero tampoco esperaba que la señora vice se quedase en hablar sobre el Diario de Patricia...
Escrito por: Javier B..2007/11/26 22:47:4.743000 GMT+1
En frases negativas hace, a veces, referencia a una imposibilidad moral: ‘No podemos abandonarle’.
Escrito por: Maurho.2007/11/26 22:51:5.429000 GMT+1
Lo veo como atacar a organizaciones que defendiesen a las ballenas y se cargasen focas, por ejemplo. Esa es la hipocresía del poder.
Escrito por: d.2007/11/27 01:17:31.953000 GMT+1
Escrito por: javier ortiz.2007/11/27 06:08:49.018000 GMT+1
La novia ninguneada por el novio: "No puedes tratarme así".
La mujer compasiva: "No podemos dejar a la tía Clotilde cenar sola en Nochebuena".
El hijo de la familia extensa: "No podemos dejar al abuelito en la gasolinera".
El político discursero: "No puedo dejar de reconocer ... bla bla bla".
El director de personal al que le quedan dos telediarios: "No puedo echar a López sabiendo que mantiene tres hijos y una madre enferma".
Escrito por: Maurho.2007/11/27 08:54:11.551000 GMT+1