Ugrafías

Nunca se publicó El derecho a la presteza, de Pauline Lafarge, la hija política de Friedrich Engels. Pese a que sí fue famoso su teórico contrapeso, El derecho a la pereza, libro de Paul, yerno de Marx, ocurre a menudo que algunos elogios no tienen siempre una respuesta, en la práctica. Qué le vamos a hacer.

Hoy hubo huelga. Siempre me ha fascinado el ramillete de raíces que forman familia con esa palabra. Desde la desatada holgura a la alegre juerga, y de la pecadora holganza al puede que más lúbrico de los verbos -y sí, que del de holgar se derivó el de follar...; y de hecho aún el Monasterio de las Huelgas Reales podría sonar como vulgar sinónimo de un pretérito picadero para coronados y adláteres.

Y bueno, pero hoy lo que me erizó la indignación fue otra jugarreta trilera en los noticiarios, en cnn+, por más señas: los sesgados datos nos (des)informaban de <> (sic).

Pero ¡por favor! ¡qué habilidad tan poética!.. ¿qué han dicho, entonces? Remiremos el verso y veamos: Los trabajadores de las administraciones públicas ¿no? son ciudadanos. Y ¿entonces? Son 'algo distinto' a la ciudadanía, según el cronista. El matiz no es banal. Puede imaginarse al redactor construyendo la frase completa... <al resto de los ciudadanos>> Y luego esa elipsis regalada por arte de... -quizás de las prisas, quizás de las consabidas. Esa elipsis rotula e inocula el tópico del acomodado inoperante y ocioso que hoy ha hecho la puñeta al esforzado ciudadano que sí que ha trabajado, porque los martes lo normal es eso.

Viene a ser como esa entelequia de 'la clase política', que, también bajo mesa y bajo los prestos, constantes 'cue', sentencia que el resto de clases deben imitar a Franco en lo de 'no meterse en política'. Son hábiles, terroríficamente hábiles maneras de vendernos motos de gran cilindrada alienante, por no decir de tremenda retranca oligarcófila.

Pues va a ser que no. Que no bastará con holgar. Habrá que trabajar también, y también los días 'señalados' para hacerles las huelgas necesarias, en esos detalles. Pienso ahora en lo que Rafeel Chirbes nos comentó en Donostia hace un mes y pico. Lo que dice sobre el trabajo de escribir en la entrevista que se publicó aquí. Y qué importante el calibre de la palabra, qué decisivo si nos las marean con elipses y categorías aparentemente inofensivas; y cómo nos las endosan; y qué urgente, pues, seguir trabajándolas desde todas las resistencias al pensamiento único y contra sus  'pensamentiras'.

Me quiero aplicar el cuento, volver a la prestanza aqui. A diario nos acribillan, con palabras o por la falta de ellas, balaceras invisibles, pre-supuestos, muletillas ideológicas de peso. Y esta ugrafía en principio no quiere ser más que otra labor ciudadana. Personal, transferible, pero fruto de mi condición y de la defensa de mi condición de ciudadano. No soy ni un cero, ni una elipsis, ni un holgazán a la izquierda. Y voy a ugrafiarles, señores redactores y telepredicadores de esa religión apolitizante, apatizante y apabullante de sus parciales y partidistas 'partes informativos' . A ver qué se han pensado. Y bueno, a ver.

Agradecimientos: En la inspiración, a Krahe por su canción.
En el resto, a Javier, el de Jamaica, por haber sido.
Dejo la elipsis adrede, también.
Salud.