Fuera de juego
-¿Les ayudamos? -dijo Noelia.
-Paso -dijo Koldo-. Estoy reventado.
-Vaya caballeros.
Frente al portal, el hombre recogió las bolsas que les quedaban y las cargó en el maletero. Les vieron montarse en el Mercedes, arrancar y salir de la plazoleta.
-Se van los vasquetis -dijo Fichu.
-Se acaba el puente -dijo Salva.
El autor sitúa la escena a mediados de la década de 1990. Un puente de mayo en un pequeño pueblo burgalés. Fuera de juego es una novela coral cosida alrededor de tres chicos y una chica que están a las puertas de la adolescencia. Primera novela de Miguel Ángel Ortiz (con la segunda le han dado más cancha: La inmensa minoría; no la he leído, pero un lector tan exigente como Alberto Moyano la ha alabado con ganas). Es más, un jurado compuesto por casi 3.000 jóvenes le ha concecido el Premio Mandarache.
En ambas es el fútbol el elemento que teje la trama, el balón. El padre de Koldo, Pedro, regenta el Bar Rojo. Los padres están separados y la madre vive en Bilbao. Salva es el más aplicado: es a quien el cura quiere como monaguillo. Fichu y Noelia son las otras dos patas del cuarteto, tan revoltosos como Koldo. Son vecinos y tontean para ver si su amistad se convierte en algo más.
La novela toca muy bien los palos de esos años pre-adolescentes y lo hace de manera muy creíble; además, se lee rápido y fácil. A mí me han entrado ganas de leer la segunda.
También nos roban el fútbol
El pasado día 18 vinieron Ángel y María Cappa a presentar "También nos roban el fútbol" al Centro Cultural Ernest Lluch de San Sebastián.
En la fotografía, Ángel Cappa y Bixio Gorriz.
Gracias a los medios de comunicación, conseguimos hacer algo de ruido: Onda Cero, Radio Marca Donostia, Radio San Sebastián, Onda Vasca, Gara, Mundo Deportivo, Gorka Etxeberria en Teledonosti, crónica en Noticias de Gipuzkoa...
Me gusta la idea-fuerza que defienden los Cappa: que al igual que sucede con la cultura, la educación o la sanidad, también hay un intento de quitarnos el fútbol, el deporte. Sin embargo, siempre se mira al fútbol con desconfianza, como si la corrupción que lo rodea le fuera algo intrínseco. ¿Pero eso forma parte de la cultura del fútbol? ¿No será que el fútbol hace de espejo y agranda la imagen de nuestra sociedad?
Es claro que ese intento de robo está ahí. ¿Para siempre? ¡Vete tú a saber! ¿Qué podemos hacer para recuperarlo? En RealSocialismo! lo tenemos claro: la afición ha de organizarse.
Elefantes
Además de decir ¡Aúpa Bixio!, al comienzo del acto el realsocialista Oier Marigil echó mano de una frase de Pepi, la abuela de Ander Izagirre: "Cuidado con los elefantes, que parecen buenos pero son muy traicioneros. Que no te pisen un callo".
Al día siguiente, a mí se me arrimaron unos elefantes. En este caso venían en son de paz. Me encantó que el chófer de Dbus (la compañía municipal de autobuses) llevara sintonizada la emisora de Radio 3 con el programa dirigido por Carlos Galilea, "Cuando los elefantes sueñan con la música".
Esta semana, además, he visto esta imagen de la Galería de Arte VETUS, con frase de Banksy incluida: "Art should comfort the disturbed and disturb the comfortable" ("El arte debe confortar a los enfadados y enfadar a los acomodados").
Yo creo que el fútbol también debe cumplir ese papel.
Zergatik maite dudan futbola, apunte hau euskaraz.
Comentar