En el documental Un tal Eusebi, dirigido por Iban del Campo, hay un momento glorioso que hoy me viene al pelo. Eusebi es un jubilado barcelonés que pasa el tiempo haciendo dibujos a las vecinas, vecinos y turistas en general. El cortometraje tiene ya unos diez años, pero creo que aún vive. Hay un pescatero que colecciona (dice tener entre 700 y 800) dibujos de Eusebi. Éste es el diálogo que hay entre ambos:
-"¿Cuándo se valora la obra de un artista?"
-"Cuando se muere..."
-"Pues a ver si te mueres esta tarde..." le responde socarrón el coleccionista.
Podéis ver la escena a partir del minuto 18 de este vídeo.
No sé si en otros lugares se actúa de la misma manera con los recién fallecidos, pero en la España del CT (Cultura de la Transición) es para vomitar lo que se dice de las figuras políticas nada más fallecer ellas (y menos mal que Internet, ni que decir Twitter, ejercen de contrapeso).
El alcalde bilbaino Azkuna y el expresidente Suárez acaban de fallecer estos días. No les tenía demasiado aprecio, pero estaba dispuesto a guardar el mínimo respeto requerido. Porque, por ejemplo, no se puede mirar para otro lado al recordar el calvario que han vivido estos últimos años (el propio Azkuna dijo que no le deseaba ni a su peor enemigo el padecimiento que había tenido).
No he entendido por qué ha seguido Azkuna hasta el último momento en su cargo de alcalde. ¿Para crear un mito? ¿Quién ha alentado eso? Con respecto a Suárez, aquellos que le dejaron más solo que la una en 1981 le han dedicado frases pomposas y parece que le van a poner su nombre al Aeropuerto de Barajas. Como ha sido el Alzheimer quien lo ha derrotado, la gente más sensata aboga porque sería mucho mejor honrar su figura con una potente política de Estado contra dicha enfermedad.
Termino citando a Javier Ortiz. Un texto tuiteado por Pepe Rodríguez y titulado "Los muertos". Es del 2005. Quiero resaltar dos frases:
"Deberíamos llegar a un gran acuerdo colectivo sobre el uso de los muertos".
"A mí me importa un bledo hablar mal de los muertos, incluso cuando todavía están calentitos. Hace años, inicié una columna diciendo: «Ha muerto el tenista Vitas Gerulaitis. Era un imbécil».
Hildakoen beatifikazioak, apunte hau euskaraz.
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