El otro día me pasó algo que (creo) es la primera vez que me sucede: alguien citó un texto que hacía referencia a un incidente (brutal) que Eduardo Chillida protagonizó allá por 1949 en París y no me acordaba que ese texto era un comentario que Ignasi Alvarez había dejado en este blog.
No voy a decir quién fue la persona que me puso sobreaviso, porque no sé si le hace gracia o no aparecer aquí. Él pensaba que era un artículo escrito por Javier Ortiz.
Todo comenzó en febrero de 2006. El diario Berria publicó una entrevista que Irune Berro le hizo a Nestor Basterretxea. Entre otras cosas, Basterretxea dijo (traducido) lo siguiente:
“Algún día alguien escribirá “El otro Chillida”. Era capaz de hacer cualquier cosa para aparecer por encima de los demás. Hizo todo lo posible para quitarnos del medio. Era un fascista. Su padre fue uno de los hombres de Mola en Gipuzkoa. La gente no conoció al verdadero Chillida, no sabe quién fue, o puede que sí, pero no tenemos memoria histórica. Es una pena, porque sin memoria no somos nada. Sin memoria, los antiguos fascistas son los actuales demócratas”.
Hubo algún que otro comentario en el citado apunte, pero no demasiados.
Sin embargo, Ignasi Alvarez tradujo del catalán un fragmento de La meva capsa de Pandora, las memorias del pintor Xavier Valls (padre del socialista francés Manuel Valls, alcalde de Évry; actualización del 16 de mayo de 2012: ahora es Ministro del Interior) que dice así:
“El 26 de junio de 1949 se celebraba en la Cité Universitaire el tradicional 'Garden Party' de fin de curso. Como cada año, los pabellones de los distintos Estados izaban bandera propia. Recuerdo aquel domingo por la mañana, unos cuantos compañeros tumbados en el césped del parque viendo ondear, por primera vez desde hacía años, la "enseña nacional" en el pabellón español. Oriol Palà se puso furioso con razón, pero nosotros le aconsejamos que no hablase tan alto porque, a unos metros de distancia, estaban Eduardo Chillida y Pablo Palazuelo, que comían aparte y habían dicho, poco antes, que Franco no había liquidado del todo a esos "rojos separatistas". Por la tarde empezaron las fiestas en los pabellones y, en el de España, el director Maravall mandó servir horchata, hecha con un saco de chuflas traído expresamente de Valencia. De pronto se oyó un fuerte escándalo, seguido de gritos provenientes de la habitación en el primer piso de un estudiante llamado Peres y que no había cerrado con llave. Jaume Sunyer, Lamote, Perico y yo mismo subimos corriendo las escaleras y nos encontramos por los suelos a Jordi Anguera, a quien Palazuelo daba patadas, mientras sangraba porque un diente le había perforado el labio inferior. Suerte que los doctores Lamote y Perico, altos y fuertes, impidieron que Chillida diese el empujón final a Oriol Palà para defenestrarlo cuando ya tenia un pie en el alféizar para alcanzar la bandera española y sacarla de su palo. Una vez en el suelo, Chillida continuaba dando patadas a Oriol por todo el cuerpo; ya venían más compañeros cuando los dos siniestros 'cruzados de Cristo Rey' se esfumaron dentro del piso de los Maravall que les dieron cobijo. (...) Nada supimos durante mucho tiempo de los dos agresores, pero, cada vez que uno de ellos exponía en la Galería Maeght, yo iba poco después y, al firmar en el libro, como es costumbre en París, bajo mi nombre escribía: 'Aún me acuerdo del Garden Party de 1949'. No servía de nada, pero me satisfacía no haber perdido, como tantos otros, la memoria. Aquí no discutiré la fama artística de Chillida, pero sí el cambio forzado de camisa por el hecho de que, en esa galería, exponía gente más bien de izquierdas, como Braque, Calder, Miró i otros artistas prestigiosos. Lo que me subleva es que, en la Plaça del Rei de Barcelona, haya una escultura -no de las más afortunadas de Chillida, por cierto- encargo de la alcaldía socialista. ¡Cuánta agua ha pasado, lamentablemente, bajo los puentes!"
[ Años después, en 1976, Valls coincide en una fiesta en Madrid con Chillida, y mantienen un breve diálogo en presencia de otras personas ]
"Expliqué con pelos y señales la brutal agresión y Eduardo Chillida me escuchaba de pie. En medio del silencio que se hizo, el escultor me contestó que lo había sentido mucho, pero que había actuado bajo el influjo del ambiente familiar porque su padre era militar. Dando un puñetazo en la mesa, le dije que, a nuestros veintiséis años de entonces, era demasiado cínico dar la culpa al 'papá' y que, si todos los hijos de militares hubiesen sido como él, habrían quedado bien pocos españoles."
Lo reseñado no necesita demasiado comentario. Pero me recuerda lo escrito también unos meses después, en mayo de 2006, por Javier Ortiz: Vidas ejemplares.
Bizitza eredugarri horiek, apunte hau euskaraz.
Comentarios
El primer comentario en la entrada anterior era mío y con aquellos datos que se daban, lo mantengo.
Con los nuevos datos la cosa cambia, aunque es verdad que me gustaría saber la versión de "la otra parte", ya imposible porque está muerto.
De todas formas sigo pensando que la gente tiene derecho a cambiar a lo largo de la vida y el pasado no tiene porque acompañar siempre a esa persona.
Escrito por: Ketari.2011/11/15 08:48:57.128000 GMT+1
http://ketari.wordpress.com
Gracias por el comentario.
Tres matices:
1.- No hay nuevos datos: provienen de un comentario dejado después del tuyo. Es de febrero de 2006.
2.- Muerto está Chillida, muerto está Xavier Valls, muerto está Javier Ortiz. ¿Crees que no hemos tenido tiempo de conocer sus opiniones a lo largo de su vida?
3.- Totalmente de acuerdo con la última frase. Pero, ha de ser válida para todo el mundo.
Escrito por: iturri.2011/11/15 09:41:48.745000 GMT+1
Sobre 1: Decía con los datos que ponías en el Post, ese comenatrio es posterior al mío.
Sobre 2: Yo a Chillida nunca le he escuchado esas opiniones, por lo tanto nos quedaremos sin saber su opinión, las entrevistas que le he escuchado no me cuadran con esas actitudes de matón de discoteca, pero bien es verdad que eran entrevistas cuando ya era mayor.
Sobre 3: Totalmente de acuerdo.
Escrito por: Ketari.2011/11/15 09:53:34.912000 GMT+1
http://ketari.wordpress.com
Una precision dada por Oriol Palà (que sigue vivo en Paris). La famosa Garden Party que cita Xavier Valls fue el domingo 29 de junio.
Escrito por: Eltet.2015/02/25 14:08:55.821286 GMT+1
Cuando menos, resulta altamente sospechosa esa veneración, tanto de Eduardo Chillida como de su esposa, Pilar Belzunce, por la personalidad del rey.
Recuerdo que mi padre , que en paz descanse, siempre pregonaba que las cosas hubieran sido muy distintas si los nazis hubieran ganado la guerra. Y añadía que, de haber sido así, muchos de los ahora "demócratas de toda la vida" andarían todavia brazo en alto.
No seamos ingenuos y mantengámonos siempre alerta!
Escrito por: Ramon Casas Peña.2022/09/18 11:00:34.683812 GMT+2