Anda revolucionado el patio capitalino por la resolución que hoy ratificará el Parlamento de Vitoria, en la que reclama al Gobierno central el cumplimiento íntegro del Estatuto de Gernika. Dicen los orates de la capital del reino que es una reedición del Pacto de Estella, una proclama independentista y un intolerable acto de desobediencia civil.
Vayamos por partes.
¿Es una reedición del Pacto de Estella? De ningún modo. Se trata de acuerdos de muy diferente naturaleza. Este tiene respaldo parlamentario; el de Estella se planteó al margen de las instituciones. Éste no cuenta con el apoyo de Batasuna; el de Estella sí. Lo que se demanda en éste es el cabal cumplimiento del Estatuto; en Estella ni se habló del Estatuto.
¿Es una proclama independentista? Para nada. El documento habla claramente de la necesidad de «compatibilizar la existencia del pueblo vasco como pueblo histórico con identidad propia» y «la territorialidad en la que ha permanecido», que no es otra que la del Estado español.
¿Es un acto de desobediencia civil? Tampoco. Sencillamente, el Parlamento de Vitoria reclama al Gobierno de Aznar que fije de aquí a dos meses el calendario al que piensa atenerse para completar las transferencias previstas en el Estatuto. ¿Cabe acusar al Legislativo vasco de impaciencia por pedir un mínimo de concreción en un asunto que lleva ya casi 23 años de demora?
No confundamos las cosas. Un acto de desobediencia civil fue, por ejemplo, el que realizó en 1980 el entonces presidente de la Junta de Andalucía, Rafael Escuredo, que se declaró en huelga de hambre para exigir al Gobierno central un referéndum en condiciones. Y el PSOE le aplaudió, y la UCD tragó. ¿Se imaginan ustedes lo que se diría de Ibarretxe si hiciera ahora algo así?
Lo que no sé si será un acto de desobediencia civil o incivil, pero sí en todo caso una burla del Estatuto de Autonomía que el Rey ratificó como Ley Orgánica el 18 de diciembre de 1979, es que después de más de dos décadas el Gobierno central siga haciendo dibujos para no respetar lo que allí quedó establecido.
Contrasta la bronca que se ha montado en Madrid en contra de lo acordado por el Parlamento Vasco con los comentarios que se oyen a ese mismo respecto en Cataluña. He escuchado a dos muy principales dirigentes de CiU y el PSC (Artur Mas y Joaquim Nadal) diciendo que, cuestiones de forma aparte, el Gobierno vasco tiene toda la razón. Ambos afirman que Cataluña está de hecho en las mismas: aún esperan allí que les transfieran 75 de las competencias que quedaron acordadas en el Estatut.
¿Al Gobierno de Aznar le gusta el Estatuto de Gernika tanto como dice? Tiene un modo muy sencillo de demostrarlo: cúmplalo.
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PD 1.- ¡Qué poco me aguantan las amenazas! Había dicho que iba a abstenerme de escribir en El Mundo sobre la «cuestión vasca» y creo que ya mañana mismo voy a saltarme a la torera mi decidido propósito, recogiendo este mismo comentario. Está claro que me pierden las ganas de no callar.
PD 2.- Me telefoneó ayer la jefa de Relaciones con los Medios de Comunicación de la Casa del Rey, Asunción Valdés, para informarme de que ya han cursado instrucciones al embajador de España en Londres para que exija a la revista Eurobusiness una rectificación de sus informaciones sobre la fortuna personal del monarca (ver el apunte del pasado día 9, que salió el 10 como columna en El Mundo). La señora Valdés me expresó el agradecimiento de la Casa del Rey por la honda preocupación que yo había mostrado ante la publicación de una noticia que podía menoscabar el prestigio de la Corona y yo, en idéntica línea de franqueza, le agradecí lo rápidamente que habían atendido mis recomendaciones.
Fue una conversación muy cordial pero, sobre todo, extraordinariamente sincera.
Javier Ortiz. Diario de un resentido social (12 de julio de 2002) y El Mundo, salvo las dos notas PD (13 de julio de 2002). Hay algunos cambios, pero no son relevantes y hemos publicado aquí la versión del periódico. Subido a "Desde Jamaica" el 26 de julio de 2017.
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