Han pasado ya veinticuatro horas desde que me llegó la noticia de la muerte de Javier. Si en este mundo se requieren veinticuatro horas para certificar que alguien es persona, ¿serán necesarias también otras veinticuatro para constatar que alguien ha muerto, no?
Y sí, así es. En la web de Javier Ortiz no está ya el apunte que normalmente estaba listo todos los días a las 6:00 de la mañana. Está, sin embargo, el obituario escrito hace dos años (y que a tantos medios confundió ayer), un artículo que nos cita en Jamaica-Ítaca (y que todavía no he leído) y su última entrega para el diario Público (sobre las elecciones supuestamente europeas). Bueno, eso y casi 200 mensajes de condolencia. Tampoco los he leído aún, pero ya habrá tiempo de hacerlo tranquilamente.
Estos últimos días me estaba haciendo a la idea de que la mala nueva podía llegar en cualquier momento. Llevaba ya más de un mes largo en el hospital y su estado de salud era precario. Pero luego hay una llamada telefónica que te despierta a deshoras: ha sucedido algo. Y, claro, a esas horas las noticias nunca son buenas.
Anoche estuve viendo en el Victoria Eugenia la última película de un grande del cine llamado Haile Gerima, la larga epopeya titulada Teza. Este director es de la edad de Javier, año arriba, año abajo, y nos cuenta la historia reciente de su pueblo a través de los ojos de un médico que quiere regresar a Etiopía. Haile reside en los Estados Unidos, en Washington, desubicado según sus propias palabras, con la pretensión de salvar sus pertenencias de un incendio. Porque su única intención es contar la historia de su pueblo. ¿O es que acaso sólo Hollywood va a gozar de tal prebenda?
Ahora nosotros nos quedamos sin Javier: ¿quién nos contará lo que suceda por estos pagos, por esa Euskadi que llega hasta Calcuta? ¡Mierda! Pierdo una mezcla de padre, tío golfo y buen amigo. Nada será igual ya, aunque nos queden varios cientos de artículos con los que llenar el vacío.
Además, cuando estemos tan tristes como ahora, siempre nos quedará la posibilidad de oír su voz en esta entrañable entrevista que le hizo Vizcaíno
en el 2004. Ahí está ese Javier cercano que charla con un amigo. Tal y como le sentíamos quienes le conocíamos.
¡Lástima! Queríamos tanto a Javier. Te queremos tanto. Te seguiremos queriendo.
Agur, Javiertxo.Mikel Iturria. Queríamos tanto a Javier. 29 de abril de 2009.
Comentarios
Aupa, Mikel
Dudando muchísimoo entre las tres, me quedo con la de Tío Golfo, amén de amigo..../de kaixo lagum,.... inclusive de camarada.(pero esto último como en un sentido bastante más modelno) (...como sus textos). Bss, y musha pwjo en vena pa tos.
Escrito por: alargaor.2009/07/15 23:05:54.618000 GMT+2
http://minombre.es/alargaor