Javier Ortiz, conocido periodista, ha muerto.
En su obituario, que dejó escrito por anticipado, entre otras cosas dice lo siguiente: "...En fin, otro puesto de trabajo disponible".
Lamento contradecirle, pero no es así. La equivalencia entre Renta, Producto y Gasto de la que hablábamos ayer, le desmiente.
Javier, con su muerte, además de dejar un vacío muy sentido, ha abandonado también el mundo del consumo, es decir, el mundo del Gasto. Y quien deja de gastar, deja asimismo de generar renta, riqueza, producto, es decir, empleo.
Cuando un amigo se va, deja un vacío en el corazón de quienes le quisieron, pero no, por desgracia, ningún puesto libre que otro pueda ocupar.
Javier no volverá a comprar el periódico en la tienda de la esquina, ni a abonar su conexión a internet, ni a comer en aquel restaurante que le gustaba tanto. Javier, al irse, se ha dejado también, por el camino, pequeños trocitos de puestos de trabajo que él, quizás inadvertidamente, estaba sosteniendo...
Llevando el asunto al extremo, si todos nos fuéramos, de pronto y al unísono, no quedarían en España diecinueve millones de puestos de trabajo disponibles. Quedaría sólo un inmenso erial.
Donde no hay gasto no hay empleo.
En fin, pido perdón por traer a colación aquí un asunto tan poco "económico" como es la muerte de alguien, pero al leer la necrológica es lo primero en lo que he reparado.
Dencansa en paz, Javier. Echaré de menos tu blog.
José Luis Salvador. Comentario aparecido en el blog Wonkapistas. 28 de abril de 2009.
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