I don't have much time for blogging this week, but I was saddened yesterday to read about the death of Javier Ortiz. I'd become a dedicated reader of his daily column in Spain's youngest daily newspaper, Público, although I'm aware that before this paper began he had a full life as a writer, journalist and political activist. Amongst many other things, he managed to write his own obituary; which you can read here. He wrote with an admirable clarity and directness, with no fear of tackling issues from a position which placed him against the mainstream. In addition he proved that it's possible to survive the El Mundo experience without having your intelligence slowly sucked away. Whilst so many of the mediocre journalists live to be 100, it seems that those of the kind we really need don't survive so long.
Graeme South of Watford. Javier Ortiz. 29 de abril de 2009.
Traducción de la PWJO al castellano.
No tengo mucho tiempo para dedicar a mi blog esta semana, pero ayer me entristeció leer que Javier Ortiz ha muerto.Me había convertido en un entregado lector de su columna diaria en el periódico español más joven, Público, aunque soy consciente de que, antes de que este diario naciera, ya tenía una larga carrera como escritor, periodista y activista político. Entre otras muchas cosas, se las arregló para escribir su propio obituario, que puedes leer aquí. Escribía con una claridad y una franqueza admirables, sin miedo a hablar de asuntos que le posicionaran en contra del pensamiento dominante. Además, probó que es posible sobrevivir a la experiencia de El Mundo sin perder lentamente la inteligencia. Si bien muchos periodistas mediocres viven hasta los cien, parece que los que realmente necesitamos no resisten tanto.
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