2009/06/23 06:01:00 GMT+2
Jamaika gurea, nostra Jamaica, a nosa Jamaica, nia Jamaiko...
Javier.
¿Cómo escribir nada más? ¿Y cómo no hacerlo, a la vez?
No me dejaste sueños, maestro, sino pasaportes para entender la vigilia, hojas de una ruta eternamente infinita y lógicamente imperfecta, golpes certeros en el clavo que afianza la utopía de ese nuestro comunismo nonato de los comunes, los plebeyos, los de a pie, del jodido pueblo.
No me dejaste poco. Lo guardaré siempre.
Javier de los Estévez. Siempre joven. Siempre vivo. Siempre nuestro. Aunque no nos diste demasiado tiempo, te amamos.
Lo cierto es que no imaginé que fueras tan visceral como para que este trago fuera por asunto de vísceras. Siempre pensé que si te marchabas antes iba a ser 'on the road'... que algún cafre, con perdón de los cafres, te barraría el paso en uno de tus cotidianos kilometrajes, en una carretera al sur del Ebro -o por debajo, como decías tú, incorregible-. Podía así imaginar también que quedara en el aire sonando una última canción. Y que fuera, y cómo no, Jamaica Farewell...
Espero que goces en el todo. Sin esperanza y con
convencimiento, comme il faut. Siempre. Infatigable seguiré, aquí en la Babilonia de los que quedamos en pos de nuestra Jamaica anhelada. Gracias por mucho. Goza en el todo. Sin esperanza y con
convencimiento, comme il faut. Siempre.
Ahora, con la muñeca izquierda apoyada en un libro de tu puño y tecla, solamente puedo decir que no sé si hay alguien en el mundo del que pueda aprender y disfrutar más jamaicas de las que me has mostrado. Si lo hay, da igual. Siempre serás el primero y el último. El maestro del verbo y de la sonrisa. El mejor Jor. El único Jor. El bueno, jodidamente bueno, Javier Ortiz Estévez.
Pako Belmonte. Siempre Jamaica, y ni patria ni muerte. 28 de abril de 2009.
Escrito por: Pako Belmonte.2009/06/23 06:01:00 GMT+2
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2009/06/22 06:01:00 GMT+2
Güey foi a echar un güeyu a la columna (vamos llamala blog) de Javier Ortiz, como tolos días dende fai años. Nun m'alcuerdo cómo atopé a Ortiz, pero dende'l principiu interesóme'l so puntu de vista. Non porque fora el míu; ye que dafechu nun lo yera (en delles coses; en otres, sí). Participé n'aquel foru, "la patera", que abrieron los sos llectores
cuando entamaba too esto de los blogs y los foros (y que se abrió el día del mi cumpleaños, casualmente). Y ellí cambié de opinión muncho,
en munches coses.
Ortiz escribe tolos días, algunos dos veces, y
sólo se retrasa cuandu hay dalgún problema informáticu o causes de fuerza mayor (cuando morrió la má, por exemplu).
Últimamente dixera que taba malu. Y les columnes que salíen paecíen de eses "de nevera", que los buenos escritores tienen preparaes en reserva por si
nun puen escribir sobre la actualidá.
Güey vi que nun s'actualizaba el so blog. Cosa rara, porque naide escribe, como digo, de manera tan regular. Y ya pensé mal. Y póngome a echar un vistazu a la portada de El Mundo y dicen que morrió.
Nun sé mui bien qué escribir. Yo ya sabía que fai muncho dexó escrita la so necrolóxica, así que de xuru que va ser la que saquen güey, si conocíen a Ortiz. Y en homenaxe a un bon escritor y a una persona racionalista (contradictoria a veces, como tol mundu), nun voi facer más que escribir otra cosa que, anque paeza que non, vien a cuentu, porque yera
un amante de la llingua castellana, y pruyía-y escribir correutamente y que se escribiera correutamente (basta ver la so cabera columna).
Y lo que diba escribir yo ye, cómo no, sobre un titular de portada de El Mundo: "Descienden progresivamente las muertes en México".
El artículu enllazáu pon otru titular, pero semeyu:
Si el periodista que escribió eso sabe cómo facer que baxe el númberu de muertos, por favor, que me lo desplique. Tengo delles persones que
traer de vuelta.
Vamos echate de menos, Javier.
Guti. De resurrecciones. 28 de abril de 2009.
Escrito por: Guti.2009/06/22 06:01:00 GMT+2
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2009/06/21 06:01:00 GMT+2
Desde aquí queremos hacer nuestro particular homenaje a Javier Ortiz, un hombre libre, inteligente, con sentido del humor, que nunca se ha
vendido y que en los medios en los que ha trabajado siempre ha dado su opinión aun cuando ello le costara el puesto.
Javier, creo que tú no eras creyente y creías que después de esta vida no hay otra. En esto,
como en muchas otras cosas, no estamos de acuerdo, y esperamos que esta vez te hayas equivocado. Esperamos que alguna vez, dentro de mucho, coincidamos en el otro mundo. Mientras tanto, estamos seguros de que no perderás tu espíritu crítico y, sobre todo, tu sentido del humor.
Agur Jauna
Blog Euzkadi es la patria de los vascos. Javier Ortiz siempre con nosotros. 28 de abril de 2009.
Escrito por: Bildu.2009/06/21 06:01:00 GMT+2
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2009/06/20 06:01:00 GMT+2
El pasado martes 28 de Abril murió Javier Ortiz.
Mi memoria perezosa que se niega registrar nombres de personajes significantes, se quedó con el suyo hace ya más de diez años, cuando una buena amiga me contó que le había conocido.
Desde entonces le leí con intención. Fue el único columnista con el que nunca, nunca, estuve en desacuerdo. Incluso desde su extraña tronera en "El Mundo", desde la que se asomaba sin esconderse para
proclamar al mundo lo que El Mundo no quería decir. En los últimos dos años, "Público" fue su hogar.
Javier Ortiz era de esos periodistas que hicieron que nos enamoráramos de una profesión ya muy maltrecha. Formaba parte de esa estirpe idealizada, imposible, de contadores rebeldes y sin patrón, que decían lo que pensaban, y que pensaban lo que decían.
Javier Ortiz dejó publicado su propio obituario. Y seguirá escribiendo dentro de algunos de nosotros.
Adiós.
El Guionista Hastiado. Muerte de un periodista. 2 de mayo de 2009.
Escrito por: El Guionista Hastiado.2009/06/20 06:01:00 GMT+2
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2009/06/19 06:01:00 GMT+2
Pido perdón por invadir este espacio, escudándome en el anonimato, para hablar de mí misma (uno de los pocos temas sobre los que tengo algún conocimiento de causa). Si me he atrevido es porque Javier hablaba a menudo de mí. Casi a diario. Era mi negro.
Un negro tan eficiente como mal pagado. Bastaba el precio de un periódico y, con la habilidad de un prestidigitador, él convertía la maraña de mis pensamientos en un puñado de sólidas frases de sentido exacto. Que conste que he llegado a comprar algún ejemplar que me resultaba particularmente tóxico con el único propósito de leer su columna: un diamante entre la basura. El breve gozo de su lectura desembocaba habitualmente en un escueto "eso es" que lo res resumía todo. Luego tuve la fortuna de descubrir su blog, algo que contribuyó en gran medida a mejorar la salubridad de mi entorno. Nuevamente gracias.
Sigo leyendo a diario sus artículos recalentados y compruebo que aún no han perdido fuerza ni frescura, pero ya no es lo mismo. Será que la edad no perdona, o que alguna polilla me ha colonizado el alma, porque estoy descubriendo en ella algún que otro agujerito y un zumbido de fondo que parece preguntar ¿hasta cuándo?.
Ya que me he lanzado, quisiera compartir con sus chicas un abrazo conmovido y cómplice porque estoy segura de que ellas podrán entender que también yo lo amara. Lo amaba con el amor casto, distante y absoluto de Narciso por el lago cuya tranquila superficie devuelve su imagen mejorada.
No pongo en duda que está en Jamaica. Empiezo a preguntarme si Jamaica era él.
Más de un mes ya buscando y esperando al candidato a ocupar la plaza que el muy ladrón dejó vacante y no hay manera. A veces llego a atisbar una palmera por aquí, otras un poco de fina arena por allí, o un jirón de azul intenso por el otro lado, sin conseguir completar el puzzle de la postal. ¿Qué hago ahora? ¿Sigo esperando? A ver si voy a tener que empezar a explicarme yo sola a estas alturas.
En vista de que los candidatos no abundan, ¿alguien sabría indicarme por dónde se va a Jamaica?. Si así no fuera, aún me queda una esperanza loca. Creo recordar que eran al menos un par de miles las personas que leían a diario su blog. Tiene que haber entre ellas un montón de buena gente. Propongo que hagamos entre todos lo que él hubiera hecho. Hablemos por nosotros mismos. Llenemos de vida y frescura su blog, el blog de sus amigos.
Alguien que firma como Ursaminus nos hecho llegar este texto a través del e-mail. Muchas gracias por estas palabras.
Escrito por: Ursaminus.2009/06/19 06:01:00 GMT+2
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2009/06/18 06:01:00 GMT+2
Se ha muerto Javier Ortiz, y nos hemos quedao un poco más huérfanos, mientras tanto otros ni un mal resfriao oye. Con Javier compartí ratos en el mismo periódico Liberación, de corta existencia, aparte de inquietudes similares, estando él en la"competencia", o sea el MC... pero con el tiempo uno pasa ya mucho de esas cosas. Obras son amores y no buenas razones.
Luego vino el desencanto y la gran mayoria se fué pa casa. Esa historieta publicada en Butifarra!, revista de aquellos tiempos, trata un poco de eso...
Siempre quedará Jamaica! Salud y que la tierra te sea leve.
Venceremos!
Azagra. Crisis de militancia, crisis de fe (va por Javier Ortiz). 28 de abril de 2009.
Escrito por: Azagra.2009/06/18 06:01:00 GMT+2
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2009/06/17 06:01:00 GMT+2
Anoche murió Javier Ortiz, columnista de Público y periodista de larga trayectoria. Durante mucho tiempo, fue jefe de
Opinión de El Mundo, cuando El Mundo era ideológicamente otra cosa. Al derivar el periódico hacia posiciones por todos conocidas, se quedó con
una columna semanal como una especie de pequeño reducto de la izquierda rodeado de adversarios. Fue uno de los colaboradores exteriores que con
más interés recibió la salida de Público, con el que comenzó a colaborar casi desde el principio.
Mucho antes de todo esto, Javier, donostiarra, participó en varias publicaciones antifranquistas y pasó por prisión, época que él recordaba con una cierta distancia y sentido del humor. Había que
luchar aunque los que lo hicieran de verdad fueran muy pocos.
Lo conocí sólo en una ocasión, cuando ambos presentamos un libro del embajador nicaragüense en Madrid, Augusto Zamora, con cena posterior.
Coherente con sus ideas, nunca se embarcó en complicados giros ideológicos para acomodarse al momento. Si hablaba de la gente que tiempo atrás habían sido auténticos revolucionarios y ahora sólo
querían cambiar la moqueta del despacho oficial, lo hacía riéndose de la condición humana. Ni buscaba héroes ni se creía que a estas alturas podrían encontrarse.
Javier Ortiz estaba en la trinchera pero sin sectarismos ni los odios cainitas habituales en los más sectarios. Por eso, conversar con él, de política, libros y periodismo, fue un placer.
Un tipo que escribía tanto, que era un auténtico profesional de la escritura, no podía dejar que otra persona se ocupara de su necrológica. Lo hizo él y la dejó preparada para cuando fuera necesario.
Y todo para acabar con algo tan vulgar como la muerte. Por parada cardio-respiratoria, como queda dicho. En fin, otro puesto de
trabajo disponible. Algo es algo.
Ya le estamos echando de menos. Agur, Javier.
Iñigo Sáenz de Ugarte. Javier Ortiz. Guerra Eterna. 28 de abril de 2009.
Escrito por: Iñigo Sáenz de Ugarte.2009/06/17 06:01:00 GMT+2
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2009/06/16 06:01:00 GMT+2
Una de mis frases favoritas, de Oteiza,según creo, y que tanto le gustaba repetir al insustituible gran maestro del pensamiento crítico,
de la constancia, de la agudeza, y de la independencia periodística o artística cueste lo que cueste, se la debo a mi adorable y socarrón Javier Ortiz. Es la siguiente:
"Nunca arruines toda una brillante carrera de perdedor por un simple éxito de mierda”
Y qué me decís de la del final de su autobituario:
”…al menos os dejo un puesto de trabajo libre”.
Os juro que me encantaria que hubiese algún otro periodista de opinión que fuese la mitad de certero en los análisis; tan claro y simpático en sus escritos; tan honesto en su oficio, (y os hago
especial hincapié en cuál era su oficio: Escribir en los MEDIOS….) Javier fue el único capaz de decir lo indecible, incluso en su etapa en “El Mundo”.
Para Pedro Jota, Ortiz era su particular rara avis de “extrema izquierda” que tenía su público. Tanto que luego se fue por amistades a “Público”, a EiTB, y en todos ellos escribía y comentaba pasando de órdenes y de “sugerencias editoriales”…
Por ser como era, se ganó más de un warning… Pero se la sudaba, porque la razón lógica sólo tiene un camino. Y él no necesitó nunca padrinos, ni sobornos, ni puentes. Y porque ese pequeñajo de estatura física, era un gigante moral.
Fue miembro del Comité Federal del MC en los 70. Casi ná, cuando otros se rayaban con el posibilismo eurocomunista (cerciorismo derrotista) en el seno del Comité Central del PCE.
Era tan anti-ETA como pro-EuskalHerria, y muy buen amigo de sus amigos, abertzales incluidos, por supuesto. Defendía contra corriente la libertad de autodeterminación, de expresión, y de elección de todo tipo de candidaturas, le gustasen un pelo (o no) (más bien no) algunos planteamientos de exacerbados sectores sectarios.
Javier Ortiz era excepcional, insisto. De hecho siempre pensé que lo asesinarían por encargo, bien PP, bien PSOE, bien ETA, bien la OTAN, por su manía pedagógica de meter y remeter “el dedo en las llagas”.
Me consta que los del capullo jamás le perdonarán su insistencia en aclarar lo oculto del GAL bajo el mando del señor sin acritú y de alias
X.
Los que me conocéis, lo sabéis, Javier Ortiz era y será mi ídolo total. Ayer, hoy y siempre.
Comprendo que el sentido de la frase del éxito de mierda venga al pelo con lo de Rosa Aguilar. Pero hay millones de gentes capaces de hacer algo así: Ceaucescu, Lula, Daniel Ortega, Carrillo, Pérez Royo, Antonio Gutiérrez, El Fidalgo, el Arafat, el Comité Central del PC
Chino al completo… Y como estos últimos son muchos, ni sigo.
Ahora bien, como Javier Ortiz, nuestro JOR, muy pocos. O ninguno. Hoy quiero acordarme de Enric Durán, que por señalar a los bancos como los
culpables del peor sistema (el monetario) basamento y motor del injustísimo sistema capitalista, está hoy en la cárcel. ¡¡¡Aupa JOR, y Libertad a Enric Durán!!!! Gracias y besos.
Alargaor. La carrera de perdedor más brillante del mundo. 29 de abril de 2009.
Escrito por: Alargaor.2009/06/16 06:01:00 GMT+2
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2009/06/15 06:01:00 GMT+2
No quiso jamás ser nada y en su mano leyeron muchos amantes de la libertad su destino. Por su calidad alcanzó el horizonte solitario destinado a los mejores. Era la razón incontestable y fue víctima de la verdad. Supo vivir con grandeza hasta el final escaso. Tenía una fe apostólica y la transmitía con una cálida sonrisa transeúnte. Para él se había escrito la bienaventuranza de los que tienen hambre y sed de justicia. Andaba lejos del bullicio de la gloria y en compañía de los que sufrían. No vestía galas y, sin embargo, brillaba su presencia. Era gordo y calvo para disimular su aristocracia. Vivió y murió comunista no porque le acosaran las ideas sino porque le dolía el dolor. Exaltaba a los demás para soslayar la gloria. A los falsos reyes solamente les pedía que no le quitaran el sol. Convocaba la intimidad cuando sonreía desde la inocencia. Escribía con una pluma mojada en emoción y consuelo. En su alma vivían los demás con holgura confortable mientras a él le quedaba solamente un rincón para el sueño. Jamás agravió por remontar su propia estatura. Su inteligencia era de arroyo plácido. Fue combatido sin que la queja revelara la injusticia a que le sometían. Aceptó su destino porque lo había elegido sin ninguna duda. Decía que no creía en Dios por no presumir de amistad tan importante. Escribió porque era su forma de respirar con armonía. Jamás creyó en la perfección y eso le hizo noble. Vivió en el seno del humor porque creía en la ética. Era más bien bajo por no estorbar a los imbéciles. Cuando le precipitaron desde la montaña profesional pensaba en el grato prado último donde vivir consigo mismo. Fue santo patrón de los perdedores. Nunca reclamó nada porque ya lo poseía. Entró en el horno de los Macabeos para librarse del bárbaro frío exterior. Denunció áticamente a los poderosos. Y combatió hasta el final por la justicia. Se llamaba Javier Ortiz. Simplemente.
Antonio Álvarez-Solís. La muerte de un símbolo. Gara. 3 de mayo de 2009.
Escrito por: Antonio Álvarez-Solís.2009/06/15 06:01:00 GMT+2
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2009/06/14 06:01:00 GMT+2
Esta semana se ha muerto Javier Ortiz. Lo supe el martes por la mañana, merced a la llamada telefónica que Iñaki Anasagasti me hizo para comunicármelo. La noticia nos ha sorprendido a ambos, porque ignorábamos que llevaba un mes hospitalizado. Y como ha estado escribiendo hasta el final el artículo diario que firmaba en Público, nadie, a excepción de los más allegados, ha tenido conocimiento de su enfermedad, que la ha llevado con gran discreción.
Javier era un buen tipo. Un hombre de una pieza. Le gustaba ir a la contra y forjó su personalidad como periodista basándose en esa característica. Escribía lo que pensaba y pensaba lo que escribía. No se casaba con nadie. Tenía sus propias
opiniones y las expresaba y defendía con claridad y vehemencia. Fue un espíritu independiente y un pensador resistente.
Por su natural inclinación a navegar contracorriente, era una gran defensor de la causa nacionalista vasca en Madrid. “Si viviese en Euskadi -me confesó una vez- os criticaría
con rudeza. Pero como vivo en Madrid, donde todos os critican, me he convertido en uno de vuestros más acérrimos defensores”. Era su sino. Contradecir las verdades oficiales. Cuestionar las ortodoxias.
Transgredir las exigencias del Todo.
Le conocí y traté cuando gestionó, en la editorial Foca -de Ramón Akal- la publicación del libro Dos familias vascas: Areilza y Aznar
que Iñaki Anasagasti y yo escribimos en 2002. Fue un lujo conocerle y compartir con él impresiones y conversaciones. La publicación de aquel
libro constituía toda una osadía en un momento en el que las afiladas zarpas del Aznarato se clavaban sin piedad sobre todo lo que se apartase mínimamente del pensamiento único instaurado por la mayoría absoluta del PP. Pero a Javier le encantaban esos desafíos. Y en eso, el editor, Ramón Akal, no le iba a la zaga. Lo suyo es resistir ante los abusos. Plantar cara a los excesos del poder. Y el poder de Aznar se
definía precisamente por eso: por los excesos.
Me consta que, por aquella época, Ramón
recibió más de un aviso. “No te equivoces -le advirtió una voz seca, con el tono turbio de la mafia calabresa-. A ver qué publicas”. Pero Ramón y Javier, Javier y Ramón se crecían ante estas amenazas. Y no sólo publicaron el libro, sino que lo hicieron con cuidado y esmero.
Después he mantenido una excelente relación con Javier. A veces me llamaba para contrastar sus percepciones políticas con las mías y siempre era un placer escuchar sus análisis, siempre originales e irrespetuosos.
Su columna diaria era un soplo de aire fresco en el sofocante torrente de la producción periodística contemporánea.
Su muerte me ha dado mucha pena. Su chica, Charo, estaba rota cuando le visitamos en el tanatorio. Su dolor me partió el corazón. También saludé en el velatorio a Ramón Akal, que conciliaba la pesadumbre por la pérdida de un amigo, con el entusiasmo que habitualmente imprime a sus proyectos. Y está -lo constaté- repleto de proyectos editoriales.
Con la muerte de Javier, los nacionalistas vascos perdemos a uno de los principales valedores que teníamos en Madrid. Y no tenemos demasiados.
Adiós, Javier. Siempre te recordaré manejando diestramente paradojas y sarcasmos en la búsqueda de imaginarios heterodoxos.
Josu Erkoreka. Recordando a Javier Ortiz. 1 de mayo de 2009.
Escrito por: Josu Erkoreka.2009/06/14 06:01:00 GMT+2
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