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2009/07/15 06:01:00 GMT+2

Queríamos tanto a Javier

Han pasado ya veinticuatro horas desde que me llegó la noticia de la muerte de Javier. Si en este mundo se requieren veinticuatro horas para certificar que alguien es persona, ¿serán necesarias también otras veinticuatro para constatar que alguien ha muerto, no?

Y sí, así es. En la web de Javier Ortiz no está ya el apunte que normalmente estaba listo todos los días a las 6:00 de la mañana. Está, sin embargo, el obituario escrito hace dos años (y que a tantos medios confundió ayer), un artículo que nos cita en Jamaica-Ítaca (y que todavía no he leído) y su última entrega para el diario Público (sobre las elecciones supuestamente europeas). Bueno, eso y casi 200 mensajes de condolencia. Tampoco los he leído aún, pero ya habrá tiempo de hacerlo tranquilamente.

Estos últimos días me estaba haciendo a la idea de que la mala nueva podía llegar en cualquier momento. Llevaba ya más de un mes largo en el hospital y su estado de salud era precario. Pero luego hay una llamada telefónica que te despierta a deshoras: ha sucedido algo. Y, claro, a esas horas las noticias nunca son buenas.

Anoche estuve viendo en el Victoria Eugenia la última película de un grande del cine llamado Haile Gerima, la larga epopeya titulada Teza. Este director es de la edad de Javier, año arriba, año abajo, y nos cuenta la historia reciente de su pueblo a través de los ojos de un médico que quiere regresar a Etiopía. Haile reside en los Estados Unidos, en Washington, desubicado según sus propias palabras, con la pretensión de salvar sus pertenencias de un incendio. Porque su única intención es contar la historia de su pueblo. ¿O es que acaso sólo Hollywood va a gozar de tal prebenda?

Ahora nosotros nos quedamos sin Javier: ¿quién nos contará lo que suceda por estos pagos, por esa Euskadi que llega hasta Calcuta? ¡Mierda! Pierdo una mezcla de padre, tío golfo y buen amigo. Nada será igual ya, aunque nos queden varios cientos de artículos con los que llenar el vacío.

Además, cuando estemos tan tristes como ahora, siempre nos quedará la posibilidad de oír su voz en esta entrañable entrevista que le hizo Vizcaíno en el 2004. Ahí está ese Javier cercano que charla con un amigo. Tal y como le sentíamos quienes le conocíamos.

¡Lástima! Queríamos tanto a Javier. Te queremos tanto. Te seguiremos queriendo.

Agur, Javiertxo.

Mikel Iturria. Queríamos tanto a Javier. 29 de abril de 2009.

Escrito por: Mikel Iturria.2009/07/15 06:01:00 GMT+2
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2009/07/14 06:01:00 GMT+2

Sit tibi terra levis

Suena el despertador, me incorporo, pongo la radio y entro en la ducha. Cuando salgo, Xabier Lapitz interrumpe la tertulia de Boulevard de Radio Euskadi. "Ha llegado a la redacción una muy mala noticia" anuncia el conductor del programa, "Javier Ortiz ha fallecido". Un nudo en mi estómago. Javier Ortiz, natural de Donostia, columnista, ha fallecido esta noche a los 61 años de un parada cardiorespiratoria. Siempre he sentido una admiración sincera por él y le he seguido por internet, radio, prensa y televisión. Nunca le conocí personalmente aunque guardo una anécdota a través de la red. Cursaba la asignatura de Franquismo, Transición y Democracia en la UPV, y me tocó hacer una exposición pública de los gobiernos de Felipe González. Sabía que Ortiz había publicado un libro que llevaba por título "El Felipismo de la A a la Z", pero era incapaz de encontrarlo en ninguna parte. Le escribí. Me respondió. Me envió su libro y aprovechó para impartir una magistral lección sobre la diferencia entre "haber" y "a ver". Nunca volví a olvidarlo.

No me extenderé sobre la biografía de Javier Ortiz. Hombre previsor donde los haya, dejó escrito su propio obituario que reproduzco a continuación.

Ander Rodríguez. Sit tibi terra levis. 28 de abril de 2009.

Escrito por: Ander Rodríguez.2009/07/14 06:01:00 GMT+2
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2009/07/13 06:01:00 GMT+2

El disidente Javier Ortiz

La mañana se levanta temprano y hay que ir a hablar de pandemia y de Carretero a la radio. Pronto me entero de la muerte de Javier Ortiz, periodista y compañero de este diario hasta el año 2000. Comenzar el día noqueado es mala cosa. Ortiz fue en este diario la forma disidente de comportarse para que todos fueran más listos. Ante él sólo había una forma de actuar: con argumentos. ¡Qué bien nos fue a todos! Su estilo siempre formará parte del estilo de estos 20 años, que celebraremos pronto. Ocupé su plaza como editorialista cuando decidió pensar desde fuera. Digo ocupé; Ortiz era insustituible. Fueron momentos de mucha tensión en su País Vasco querido, cuando el término «diálogo» estaba ahogado en bilis política ya que según cómo se utilizara tenía cierto tufillo dogmático. En todo, Ortiz siempre ponía el contrapunto para conducir la idea a aquel lugar que el diario había pensado que se debía llegar. Su muerte nos deja muy tocados a los que fundamos este periódico hace 20 años.

Alex Salmón. El disidente Javier Ortiz. 29 de abril de 2009.

Escrito por: Alex Salmón.2009/07/13 06:01:00 GMT+2
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2009/07/10 06:01:00 GMT+2

Gracias, Javier

Enciendo el ordenador y, tras revisar correos y algún periódico, acudo a mi cita diaria con la columna/entrada de Javier Ortiz en su blog. Es una rutina para él dejarnos a sus lectores al menos un escrito al día, y también para nosotros leerlo y desintoxicarnos con él de las decenas de textos sumamente condicionados por los intereses de los de siempre que acabamos de repasar en otros medios. El suyo, con sus errores -pocos- y sus aciertos -muchos-, es un espacio de libertad.

Lamentablemente, el que aparece hoy, es en principio, el último escrito de Javier, que falleció ayer. Se trata de sus obituario, escrito por él mismo, y con su humor habitual. Esta mañana, sin embargo, no ha conseguido hacerme sonreir. Te vamos a echar muchísimo de menos Javier. Gracias por todo.

Juan Enrique Tur. Gracias, Javier. 28 de abril de 2009.

Escrito por: Juan Enrique Tur.2009/07/10 06:01:00 GMT+2
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2009/07/09 06:01:00 GMT+2

Javier Ortiz ha muerto

Hace ya muchos años había una facultad de Ciencias de la Información de la Complutense. Y había una asamblea y había unos colectivos de facultad. Y un par de veces al año, esos colectivos intentaban organizar unas jornadas en torno a lo que llamaban "El Conflicto Vasco" porque ocasionalmente se cerraban periódicos en el País Vasco y a algunos alumnos de ciencias de la información les parecía que merecía la pena discutir sobre ello. Al decanato no se lo parecía. Al contrario, esas jornadas solían ser prohibidas con una velocidad si cabe mayor con la que se cerraban periódicos. La libertad de expresión en el seno de un conflicto como el vasco no tenía- al parecer- interés en una facultad de ciencias de la comunicación. Ese asunto quedaba reducido al final a, bien, cuestiones de terrorismo y del terrorismo, pues tampoco había que hablar.

El caso es que algunas veces (pocas) esas jornadas colaban, se celebraran. Y se discutía sobre terrorismo, libertad de expresión, democracia, medidas de excepción, etc. Y en muchas de esas jornadas (de las que se podían celebrar y de las que no) participaba Javier Ortiz.

Javier Ortiz era (y es) periodista. Y tenía una opinión fuerte, sólida e interesante sobre el conflicto vasco. Era una de las pocas, de las poquísimas voces públicas que hablaba de estas cuestiones en los medios de comunicación que no eran del País Vasco (allí también)

Lo hacía de forma directa y con lucidez. Como cuando hablaba de cualquier otro tema.

Hoy Javier Ortiz ha muerto y ha dejado escrito su obituario.

Malos tiempos para la lírica.

Guillermo Zapata. Javier Ortiz ha muerto. 28 de abril de 2009.

Escrito por: Guillermo Zapata.2009/07/09 06:01:00 GMT+2
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2009/07/08 06:01:00 GMT+2

Música para Javier

Esta funda desgastada corresponde a un disco de Javier Ortiz, y tras ella hay una simpática historia que ahora explicaré:

Corrían los años setenta cuando un joven Ortiz paseando por Barbés –el barrio parisino en el que por entonces vivía- escuchó la música que salía de uno de los muchos cafés argelinos de la zona. Aquella canción que sonaba la había oído antes por la radio y le había entusiasmado; se llamaba A Vava Inouva y era de un tal Idir, un tipo que había conseguido un éxito inusual para un cantante argelino en la France de la época.

Javier, que siempre fue un melómano impenitente, había intentado hacerse con el disco por los medios convencionales –o sea, yendo a una tienda para comprarlo- sin llegar a conseguirlo. Pero, como bien sabemos, nuestro querido amigo no se daba por vencido fácilmente, y al oír la canción decidió probar una nueva estrategia para lograr el deseado disco. Ni corto ni perezoso entró en el café y entabló conversación con el dueño mientras metía monedas en la máquina de discos para escuchar el tema una vez tras otra. Los detalles de la conversación no los conozco, pero sí sé de buena tinta que tras rechazar diversas ofertas de compra, el buen hombre acabó abriendo la máquina de discos y regalándole el single al persuasivo Ortiz.

Javier, conservó ese disco como oro en paño, y cuando hace unos meses Idir dio un concierto en Barcelona me mandó el viejo vinilo para que se lo dedicara. La sorpresa de Idir al ver aquel ejemplar –que ni él mismo conservaba- fue considerable y después de reírse francamente tras conocer la historia de su adquisición le escribió una cariñosa dedicatoria agradeciendo su interés.

Mi relación con Javier, llegó a través de la música de Idir; después de leer en su página web una reseña de A Vava Inouvá le envié un comentario al que respondió amablemente. A partir de ahí se desencadenó un intercambio de discos, de ideas, de afectos y se consolidó una amistad que se ha mantenido durante estos años.

Valga como recuerdo del inolvidable amigo, el compartir con vosotros esta anécdota de sus andanzas que es bastante expresiva de su amor por la música, de su extraordinario tesón y de su inmensa capacidad de seducción.

Para ti Javierete y para todos los que te queremos, dejo por aquí esta versión de A Vava Inouva.

Maria Zaloña aka Marieta. Música para Javier. 28 de abril de 2009

Escrito por: Maria Zaloña.2009/07/08 06:01:00 GMT+2
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2009/07/07 06:01:00 GMT+2

Javier Ortiz

El pasado martes 28 de abril falleció en Madrid Javier Ortiz, columnista.

Desde entonces tenía guardadas en el borrador estas líneas, que he ido modificando, rehaciendo y volviendo a dejar como estaban, sin tener muy claro si al final verían o no la luz. No en vano, irónico y previsor, Javier dejó escrito su propio obituario.

Lo conocía, sí, pero poco. Fundamentalmente de leerlo, pero también de compartir algún espacio de debate, de coincidir en alguna movida... e incluso de acompañarle en la presentación, en Murcia, de uno de sus libros.

Y eso,... me lo reencuentro ahora entre los recortes de sus artículos en El Mundo y en Público (pero no solo) o en tres de los lomos que pueblan mis lejas ("El felipismo de la A a la Z", "Diario de un resentido social" y "Repensar la prensa", éste con Enrique Gil Calvo y Manuel Revuelta).

En el repaso desordenado por recortes y revistas me viene a la cabeza la idea de que compartíamos, con otras personas, cierta dificultad para soportar lo que se piensa... Y automáticamente un engranaje de la memoria se activa: ¿De dónde he sacado yo esa idea? Una cita, seguro. Viaje a mi rudimentario banco de citas -esa tesis sin terminar- y wualá: Suplemento del diario Liberación dedicado a otro vago y maleante, Michel Foucault.

Tiene a veces uno la impresión de deambular por tierra de nadie, en una especie de extraterritorialidad que no es sólo física, sino también temporal, además de estética, política, ética,... Y en esa tierra de nadie ejerce de trapero que recoge, al alba del día previo a revoluciones que nunca llegan, jirones de ideas y escritos, hojas de periódicos y viejas revistas... Y ahí está también Javier Ortiz, en esas muestras de aquel periódico o en los ejemplares (heredados, encontrados en librerías de viejo...) de publicaciones como Saida.

Busco en los catálogos en las bibliotecas universitarias esa y otras revistas. Nada o casi nada. ¿Es posible la memoria sin registro? Sin duda, pero exige de nuestra parte esfuerzo... y de una afectividad que bebe de la misma fuente de la que emanan los cariños hacia personas que, notamos, nos van dejando...

Ese algo de empeño tiene, entre otras direcciones y caminos a seguir, el de pasar de vez en cuando por www.javierortiz.net ... Y para los sentimientos, nada mejor que seguir... Eso... pensar, escribir, resistir...

Carlos S. Olmo Bau. Javier Ortiz. 6 de mayo de 2009.

Escrito por: Carlos S. Olmo Bau.2009/07/07 06:01:00 GMT+2
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2009/07/06 06:01:00 GMT+2

Tener la última palabra

No podemos escapar de ella, no podemos ignorarla porque está ahí, como ese pecadillo de juventud que nos persigue, como el primer amor que se esfuma dejándonos a merced del platonismo, como esas palabras mágicas que no dijimos a tiempo y que nos separaron de alguien para siempre. Ella planea sobre nosotros y juega a esconderse para que la olvidemos. Nos da regalos: instantes de plenitud, aromas de bebés nuevos, orgasmos, caricias. Esperanzas de eternidad que nublan la consciencia y el entendimiento. Tanto, que la mayoría de las veces, cuando reaparece, nos encuentra desnudos, indefensos, muertos de miedo. Esta mañana me ha erizado la piel comprobar cómo la única manera de escapar a su juego es mirarla de frente, hablarle a los ojos, nombrarla y arrebatarle su velo de palabra maldita. Javier Ortiz se fue esta madrugada y ha dejado escrito su obituario, entre tierno y cómico, cualquier cosa menos resignado. Él ha sabido ser el último en tener la palabra, reírse un poco de ella, quitarle el velo y nombrarla. No dejar que otros dijeran lo que podía escribir él mismo. Estás ahí y te espero. La muerte.

Fátima Vila. Tener la última palabra. 28 de abril de 2009.

Escrito por: Fátima Vila.2009/07/06 06:01:00 GMT+2
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2009/07/05 06:01:00 GMT+2

Una lágrima

Hay un vacío, un abismo,

el silencio, o los silencios.


Hay los que callan,

lo que tú no callaste;

los que silencian

lo que tú no silenciaste.


Están ahí.

Hay otros, pero no son tú.


Hay una pena que roe, que raspa,

que duele y escuece,

que navajea las entrañas.


No soy yo el huérfano,

sino la vida, el universo,

y los que quisieron ser alumnos

de una enseñanza hecha con palabras,

dardos, resentimientos del corazón,

del alma y de los ojos que se cierran

para pensar, para sentir, para encontrar.


Sonaron los acordes de la añoranza,

de la espera inmensa, de la rabia,

de la ironía desarmada.


Suena ahora el silencio. Lloran las sonrisas.

Ríen los llantos. Y la luz se hace oscura.


Hoy tengo yo una lágrima

que no sabe adónde va.


Quizá a Jamaica.

Marat. Una lágrima. 3 de mayo de 2009.

Escrito por: Marat.2009/07/05 06:01:00 GMT+2
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2009/07/04 06:01:00 GMT+2

S´ha mort Javier Ortiz

Fa pocs minuts, mirant les notícies per Internet, m'ha impactat llegir que s'ha mort Javier Ortiz. M'ha afectat, sincerament. I sé que açò pot sonar estrany, donat que es tracta d'algú a qui no coneixia personalment (tan sols el vaig veure una vegada durant una xerrada a València i no vaig intercanviar cap paraula amb ell).

Vaig descobrir aquest periodista al diari El Mundo, allà per l'any 1992 ó 1993, no n'estic segur. Sí recorde que tornava de la Facultat en tren i llegia el periòdic. Una columna em va cridar l'atenció: parlava sobre la malenconia. Deia que, segons els governants del moment -manava el PSOE a l'Estat Espanyol-, defensar certes idees utòpiques conduia a la malenconia. Em sona que era una crítica de Felipe González a Julio Anguita, un dels pocs -l'únic?- polítics honestos dels últims temps. Javier Ortiz feia un elogi de la malenconia, com a producte d'aspirar a un món més just. Aquella columna seua em va arribar, em va fer reflexionar; dies després la rellegia. A partir d'aquell moment, vaig començar a seguir-li la pista al periodista basc.

Ortiz escribia dues columnes setmanals a El Mundo: dimecres i dissabte. Jo les devorava. De tant en tant, també publicava algun article més llarg; a mi se'm feia curt sempre.

L'any 2000 vaig descobrir que s'havia creat una pàgina web.

Quan la vaig visitar per primera vegada, no feia molt que aquesta havia sigut encetada. Ell escribia tots els dies. Per a mi va ser com un regal -o un regal, sense el "com": poder llegir a Javier Ortiz tots els dies! Allò es deia "Diario de un resentido social" i, amb el temps, he pensat que va ser precursor dels actuals blocs.

En setembre de 2007, va nàixer un nou diari d'àmbit estatal: Público. Javier Ortiz s'hi va incorporar al projecte, amb la seua constància habitual: una columna diària.

A la seua pàgina web, o bloc, el periodista ha anat incloent, al llarg dels anys, les columnes publicades a El Mundo i a Público, però també altres textos que no apareixien a cap lloc més. De vegades es tractava d'escrits més personal i íntims.

Ortiz ha sigut un referent per a mi. Els seus escrits m'han incitat sempre a la reflexió; i he incorporat molts dels seus punts de vista a l'hora d'analitzar diferents aspectes de la realitat política i no política.

En la versió digital de Público, on he llegit la notícia, diu el següent: "Consciente de que era algo que "sabía muy bien que sucedería", dejó escrito en su blog su propio obituario, que reproducimos a continuación."

Potser açò done lloc a pensar que Javier Ortiz havia escrit el seu obituari recentment, conscient dels seus problemes de salut. Cal dir que no és així. Ell va escriure eixa necrològica el dia 24 de gener de 2007, dia del seu aniversari. En aquell moment es trobava perfectament. La seua intenció era evitar que, arribat el moment de la seua mort, no apareguera un obituari "burocràtic i de circumstàncies". Efectivament, hui, al seu bloc, apareix la necrològica que ell volia.

Els que hem seguit a Ortiz sabíem que el seu estat era més que preocupant. El dia 28 del mes passat va descriure, a la seua web, la seua fotuda situació. Es trobava a l'hospital i, des d'allí, ha seguit escribint les columnes per a Público. Jo tenia l'esperança que es recuperara, fixant-me en que els seus textos eren tan lúcids com sempre i seguien estant atents a l'actualitat. Per exemple, fa quatre dies -fa quatre dies!- parlava sobre el fitxatge de Rosa Aguilar per part del Govern d'Andalusia.

Com deia abans, no vaig arribar a conéixer a Javier Ortiz en persona. Sí que em va respondre algun que altre correu, tractant temes d'actualitat. En tot cas, la notícia ha fet que em pose trist. Una pèrdua important. Se'n va una persona que, a més de lúcida i irònica, era bona.

Per a finalitzar, deixe ací un text que ell va escriure fa molts anys i que hui apareix al seu bloc. És una declaració de principis; porta per títol "Sueño con Jamaica".

Adéu, Javier...

Vicent. S`ha mort Javier Ortiz. 28 de abril de 2009.

Escrito por: Vicent.2009/07/04 06:01:00 GMT+2
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