Recuerdos

Avui des de l’editorial del Catipen, volem retre homenatge a un amic que ens acaba de deixar. Javier Ortiz va morir la matinada del 28 d’abril. Fa poques setmanes, ens havia acompanyat a l’entrevista d’aquest programa, i ens va oferir la seva visió sobre la situació política al país basc. Els que no el coneixíeu, teniu encara la oportunitat de fer-ho, llegint els seus escrits , als que podeu arribar des de l’enllaç que hem penjat al blog del Catipen.

Quan Ortiz era pràcticament un adolescent, Jorge Oteiza, li va donar un consell que el nostre amic va seguir fil per randa tota la seva vida:

"No arruines tu carrera de fracasado por un éxito de mierda”, li va dir.

I així va ser. Cap éxit de merda va aconseguir desviar-lo del camí que ell havia triat. Malgrat que no li van faltar les oportunitats de canviar de jaqueta, va optar per mantenir-se fidel a les seves conviccions i denunciar tot allò que rebutjava de la realitat existent, declarant amb orgull la seva condició d’inadaptat als temps de mediocritat, immediatesa i individualisme que li van tocar viure.

Javier va ser capaç de fondre romanticisme i realisme amb una lucidesa gens habitual. La seva reivindicació d’un món tan probablement impossible com irrenunciable és, segurament, la millor referència per a no abandonar-se.

I no aconseguirem trobar millors paraules per explicar la seva particular visió de la vida que aquest entranyable fragment de “Sueño con Jamaica”, que Ortiz va escriure l’any 93, i amb el que acabarem l’editorial d’avui.

"Mi Jamaica, esta Jamaica en la que hoy sueño, me vale porque es quimera, porque ocupa el espacio del no-aquí, porque me ayuda a imaginar que podríamos ser otros".

"Y sueño, y me voy a Jamaica para mejor sentir mi distancia ante lo que veo: Calles grises, gente triste. Y sueño con Jamaica para reclamar de mí más alegría, para pensar que todos podemos romper con todo, que somos capaces de no acudir puntuales a las citas, de reírnos de los estudios sociológicos que explican la muerte, de creer que el porvenir que nos espera no está condenado a ser de por vida un tiempo para el llanto".

"Jamaica o muerte. Venceremos!!!"

Adéu-siau Javier. Buenos sueños, amigo!!!

Bona nit a tothom i fins la propera setmana.

Editorial de Catipen, programa de Ràdio Vilassar de Dalt. 4 de mayo de 2009.

Hubo una época de mi vida en que mis preocupaciones eran principalmente tres: sexo, buenas drogas y mucho rock&roll. Tambien tenía la frecuente preocupación de encontrar trabajo, pero esa era una preocupación intermitente que estaba determinada por la duración de los contratos laborales que iba amarrando. Sin embargo las otras tres preocupaciones (más bien ocupaciones) eran constantes y obsesivas.

En esas estaba cuando un buen amigo me hizo saber de la existencia de un tal Javier Ortiz, periodista comprometido con su profesión y de firmes convicciones izquierdistas, coherente, lúcido y poseedor de un humor fino y mordaz. Alguien que jamás regaló, y mucho menos vendió, una sola línea de sus escritos al Poder. Un escritor de verdades molestas. Un rara avis de persona y periodista, vamos.

El pasado martes día 28 Javier Ortiz falleció en la misma forma que él mismo ya había pronosticado en su auto obituario.

Ha fallecido un referente para mí. Y lo que más me jode de su fallecimiento es que Javier Ortiz jamás sabrá cuánto ha influido en mi vida su forma de pensar, cuanto ha influido en que en mi cerebro se desarrollaran ideas de las que yo únicamente poseía la semilla. Él fue de los primeros en añadir abono y agua.

Agur, Javier. No sabes cuánto me alegro que lo lograras: impedir que "un éxito de mierda arruinara toda una vida de clamorosos fracasos" “¡Nunca malogres tu carrera de perdedor con un éxito de mierda!” (Jorge Oteiza).

Enlaces a escritos y obra de Javier Ortiz:

Sus libros.

Diario de un resentido social.

Apuntes al natural. Sitio que, desde el fallecimiento de Javier, sus amigos están actualizando.

Columnas en el periódico El Mundo (2003-2005)

Columnas en el periódico El Mundo (2006-2008)

Recopilaciones literarias.

Conferencias, charlas e intervenciones públicas (2000-2006).

Prólogos, presentaciones y reseñas de libros de otros autores.

Entrevista a Javier Ortiz en el programa de radio Más Que Palabras.

José Manuel de Pablos. Agur Javier. 1 de mayo de 2009.

La Isleta del Moro, abril 2009

Javier Ortiz falleció el día 28 de abril, dándole tiempo a celebrar su último día de la república. Yo celebré con unos cuantos de sus amigos, en el bar que frecuento, que resulta que también él frecuentaba en sus visitas a Cantabria, el Rvbicón, sus escritos y su contribución al desarrollo de las ideas y hacer de este país y este mundo un territorio habitable.

Él soñaba con Jamaica, como yo con el Mediterráneo. Me parece memorable su artículo, del que extracto una frases, "Sueño con Jamaica" (publicado en El Mundo el 14 de abril -Día de la República- de 1995):

"Tal vez esa Jamaica en la que estoy soñando no exista. Tal vez esto que os estoy contando sea sólo el fruto de películas y carteles de turismo asomados a los escaparates de las agencias de viaje.

"Nunca he estado en Jamaica, y es probable que nnca la vea. Me da igual. Mejor que sea así".

"Mi Jamaica, esta Jamaica en la que hoy sueño, me vale porque es quimera, porque ocupa el espacio del no-aquí, porque me ayuda a imaginar que podríamos ser otros".

"Jamaica o muerte, venceremos".

Javier Vila. Javier Ortiz soñaba con Jamaica. 8 de mayo de 2009.

Esta madrugada ha fallecido Javier Ortiz, un periodista al que no había más remedio que seguir a poco que te cruzases con una de sus columnas. Vamos a echarlo mucho de menos, a él, a su humor socarrón de vasco y a los análisis que nadie más hacía sobre la política española y, particularmente, sobre la vasca.

En el enlace de abajo encontraréis el obituario que él mismo dejó escrito y algunas de sus columnas. Añado también la dirección de su blog, en el que contaba aquello que no tenía cabida en sus columnas, y que a menudo resultaba más cercano, interesante y complejo que su material publicado, y que perseverantemente mantuvo incluso en el hospital.

Hasta siempre.

• Sueño con Jamaica – El dedo en la llaga.

José Vicente Araújo. Ha muerto el escritor Javier Ortiz. 28 de abril de 2009.

En esta época en la que los periódicos sobreviven vendiendo edredones y cafeteras, quizá hemos olvidado que la primera promoción de El Mundo (hablo de memoria, pudo ser la segunda o la tercera) fue una historia del comunismo. En esta época más confusa que difusa, Javier Ortiz, fallecido ayer, destapaba incoherencias y anacolutos con una prosa clara, irónica y razonada.

En la pequeña gran historia del periodismo, quizá dentro de unos años tan solo sea recordado por el capicúa y ocurrente obituario que nos ha brindado para despedirse; brillante, aunque anecdótico. Espero que no. En esta necrológica podemos resaltar muchas pinceladas, pero conviene fijarse en cómo empieza: "Falleció ayer de parada cardio-respiratoria el escritor y periodista Javier Ortiz", y en cómo termina: "Javier Ortiz, escritor y columnista, nació en...". Antes que periodista, escritor.

Improviso una lista de escritores periodistas. En cine los llamaríamos autores, gente con un sello propio, con estilo. Ayer, ya ayer, Joaquín Vidal, Feliciano Fidalgo, Francisco Umbral, Eduardo Haro Tecglen, Javier Ortiz. ¿Y hoy, ahora? No vale mentar al gran Enric González a las primeras o las segundas de cambio. Hay más.

Leandro Pérez Miguel. Javier Ortiz, escritor antes que periodista. 29 de abril de 2009.

Ha muerto Javier Ortiz, ha muerto un buen hombre. Lo conocí hace poco tiempo en una tertulia de amigos, en una de esas tardes-noches largas y placenteras, tomando unas copas y paseando por estas calles escondidas y mágicas de Córdoba. Escucharlo, comentando con un amigo común con un profundo bagaje de experiencias vividas, fue un verdadero placer. ¡Cuanta sabiduría encerraba! Lógicamente, fruto de su larga trayectoria periodística y de su compromiso con la realidad social y política de este país.

Su militancia comunista y su lucha antifranquista lo llevaron a la cárcel y al exilio. ¡Nunca se vendió! Siempre fue fiel a sus convicciones políticas que llevó a la esfera personal y profesional ¡Qué gran ejemplo nos has dejado!

Recordando a Alberti, se ha marchado un jinete del pueblo. Un profesional coherente y honesto que desde su caballo periodístico y planteamiento íntegro e insobornable de izquierdas, con su pluma clara y crítica, siempre luchó por intentar enterrar en el mar, por apartar de la vida pública política y social a tantos indeseables que bajo el paraguas de “elegido democráticamente”, cometieron las más viles fechorías, desde crímenes de estado, hasta enriquecimiento personal, fraude, guerras injustas, atentados gravísimos contra el medio ambiente, manejo de la economía a favor de los poderosos o privación de derechos civiles a ciudadanos libres.

En su dilatada trayectoria periodística en diferentes medios y en sus publicaciones no dudó en denunciar la fraudulenta transición de la que todavía estamos pagando las consecuencias, los escándalos de esta monarquía impuesta, convertida por arte de birlibirloque en una de las familias más ricas del mundo y la desvergüenza de una determinada clase política y sindical que, salvando honrosas excepciones, han llevado a la ciudadanía de este país a una apatía peligrosa y a una desmovilización tal que ya muchas personas no son capaces de luchar ni por sus propios derechos sociales y políticos que están perdiendo a pasos agigantados.

Como Machado, te has ido ligero de equipaje, sin hacer ruido, casi de puntillas. Nos has dejado huérfanos de una pluma, la tuya, necesaria en un turbulento mar de hipocresía periodística, servil y manipuladora. Pero nos dejas una profunda y rica herencia: tu voz, fiel defensora de la libertad y de la democracia real, tu palabra, valiente y llena de reflexiones lúcidas y tu eco, de dignidad e ingenio, seguirá rentumbando en nuestros corazones dónde nos quedará grabado para siempre.

Voy a seguir leyéndote, Javier; porque tu legado, mientras tengamos esta sociedad injusta y cruel con los más desfavorecidos, unos medios de comunicación controlados y manipulados al servicio de los grandes poderes económicos y unos partidos políticos que desprecian a la ciudadanía, será necesario y clarificador. Espero que esa escuela que has creado de dignidad y calidad periodísticas la recojan discípulos valientes que sean capaces de llenar, por lo menos en parte, el vacío informativo que tú nos dejas.

Con su último artículo, Tres tristes tercios, enviado a su periódico, “Público”, el mismo día de su muerte, demuestra por última vez su integridad profesional y su afán por seguir con nosotros. Estoy seguro que no se quería marchar, que habrá luchado al máximo, pero la muerte es muy traicionera y si te coge algo descuidado te lleva. Pero se ha ido con la cabeza muy alta y con la simpatía y el cariño de muchos miles de ciudadanos que te hemos admirado y querido.

Mi más sentido pésame a toda la familia. Un abrazo en el recuerdo para ti, Javier.

Juan García Ballesteros. A Javier Ortiz, un hombre bueno y necesario. La República. 30 de abril de 2009.

Hay tipos con buen sentido del humor. Son de esos con los que te gusta salir a tomar algo, porque sabes que te van a pegar su optimismo y su visión de la vida. De esos que contagian sus risas y que te hacen olvidarte de tus problemas.

No lo conocí, pero me da que Javier Ortiz era de esta clase de tipos. El periodista contestatario, respondón e inconformista murió hace muy poquito, pero sabiendo que el telón estaba próximo, dejó escrito su propio obituario, para que ningún becario tuviera que escribirlo. Aquí os lo dejo, un bonito ejemplo de buen sentido del humor. Yo de mayor (de muy mayor, a ser posible) quiero tener esta visión de las cosas.

Heitor. Humor negro. 28 de abril de 2009.

Javier Ortiz ha fallecido la pasada madrugada. Era un donostiarra blogger y periodista, entre otras muchas facetas como las que caracterizan a un hombre bueno con un alma grande e independiente.

Fue genial hasta en el detalle final: Para evitar que “cualquier gacetillero inútil” arruinara su muerte “con una necrológica burocrática y de circunstancias”, escribió su propio obituario (que redactó en 24 de enero de 2007). Seguramente sus razones fueron más vitalistas y generosas: facilitar el trabajo en las redacciones y brindarnos su última lección magistral de "buen humor" y de "síntesis final" a sus apenados lectores para guiar lo que nos quede de tránsito. Toda la comunidad blogger y periodista está de luto.

Hoy es el día de un único post, porque en estas horas nadie debiera publicar nada, excepto preparar cada cual su propio obituario y linkar la bella despedida del maestro Javier Ortiz en su declaración de principios: "Sueño con Jamaica". ¡Descansa en paz, amigo, la próxima vez que nos veamos casi estaremos a tu altura!

Mikel Agirregabiria. Homenaje a Javier Ortiz. 28 de abril de 2009

Esta madrugada ha fallecido Javier Ortiz. Lo ha hecho a los 61 años de edad en Alicante, donde tenía una residencia. Javier escribía diariamente para Público, y anteriormente yo le había conocido por sus disonantes columnas en El Mundo. Como muchos podréis apreciar, el link a su página es una de los que ofrezco en el lateral de la derecha, desafortunadamente ordenado alfabéticamente y no meritoriamente, como debía haber sido. Su columna, “El dedo en la llaga”, era una de las pocas imprescindibles que debía leer cada mañana. Su estilo, siempre desconfiado y quisquilloso, era inconfundible. Quizás se excedía en las puntillas que le sacaba a los matices del lenguaje, pero a día de hoy es algo totalmente perdonable.

Javier Ortiz argumentaba como nadie. Todos sus acusaciones o apuntes estaban perfectamente desarrollados, paso por paso, con una conclusión final que servía de escalafón final de su argumentación. A veces irónico. Otras, enfadado. Pero siempre con serenidad y un humor envidiable.

Javier llevaba dos líneas en sus escritos: sus columnas periodísticas y sus “Apuntes del natural“, que un día fueron columnas, y a día de hoy eran artículos personales para los que visitábamos su página. En ellos escribía cosas que no eran “importantes”, en el sentido de que nadie le pagaría por escribirlas, pero desde luego hoy, con perspectiva, veo que eran más de lo que pretendía ser. A lo mejor nos contaba que no se llevaba bien con los cables de su televisión, que había preparado un buen bacalao para sus amigos, que no le gustaba que le llamaran a casa los comerciales o ironizaba sobre los comentaristas de algún partido de fútbol.

Es curioso cómo funciona esto de internet. No conoces físicamente a una persona, pero eres capaz de sentir su pérdida como si se tratara de alguien cercano. A través de sus escritos he llegado a pensar que le conocía, y resulta que nunca voy a saber si realmente le conocía o no.

Hay gente que quiere conocer a Messi. Otro sueñan con estar con Metallica, a los Rolling o a U2. Otro quieren conocer a Fernando Alonso, a Pamela Anderson o a Barack Obama. Yo quería conocer a Javier Ortiz. Siempre me ha intrigado quién era realmente ese risueño hombre de barba y pelo blano, con pinta rechoncha y desenfadada, que leía diariamente y con quien mantenía una afinidad ideológica de calado.

Ahora sé que nunca llegaré a conocerle. Pero voy a hacer como él y voy a buscarle la parte positiva al asunto: así nunca me defraudará; siempre mantendré un recuerdo intachable de él.

Javier, allá dónde vayas, bidaia on!

PS. Javier ha muerto y nos ha dejado escrito su propio obituario (24 de enero de 2007). No os lo perdáis.

La Ramera Escarlata. Javier Ortiz: agur, compadre! 28 de abril de 2009.

Cuando este periódico cumplió su número 1.000, en agosto del año pasado, le llamamos para que nos escribiera el habitual panegírico que no superara las 20 líneas. La conversación superó los 45 minutos de reloj. En realidad, los 45 minutos fueron de monólogo del indómito periodista donostiarra, hablando de lo divino y de lo humano. Una muestra de su permanente vitalismo, como lo demuestra esa última genialidad suya que fue no dejar al albur de cualquier rellenapáginas su propio obituario y dejarlo escrito con más de dos años de antelación con ese irónico inicio de fallecimiento por parada cardio-respiratoria. Nadie mejor que él para explicar quién fue él en realidad.

Cuando en noviembre de 2007 falleció su hermano José Mari, recibimos en la redacción una esquela muy propia de quien nos dejó ayer. La esquela comenzaba con un "murió ayer en Donostia, a los 70 años, sin haber recibido sacramentos ni bendiciones apostólicas... ".

En el fondo, refleja el espíritu rebelde aquel joven donostiarra metido en todo tipo de publicaciones comunistas y antifranquistas que le valieron detenciones, cárcel y exilio. A la muerte de Franco, más de lo mismo, como el fallecido explica en su obituario prematuro que, al ser prematuro, obvió señalar que desde septiembre de 2007 fue la firma de referencia del periódico Público , donde recaló tras una dilatada trayectoria en El Mundo, que concluyó con desacuerdos quasigenéticos con el director. En Euskadi, alternaba sus intervenciones en EiTB y Radio Euskadi con sus colaboraciones con Noticias de Gipuzkoa y el resto de cabeceras de este grupo editorial. Ayer, de parada cardio-respiratoria, nos dejó uno de esos rara avis que todavía tenían la ilusión y la fe de pensar que el periodismo debería estar por encima de otros intereses menos nobles. Ayer, en los foros había cientos de comentarios con un denominador común, que era el reconocimiento a quien nos contaba día a día las verdades del barquero.

Guillermo Nagore. Las verdades del barquero. Noticias de Gipuzkoa. 29 de abril de 2009.