Ha muerto Javier Ortiz, el columnista del sentido común, así que a partir de hoy ya no habrá una columna a la que agarrarse en tiempos de cinismo, hipocresía y deliberada ignorancia.
Javier Ortiz era un vasco sin pedigrí, un rojeras sin dogmatismo, un sentimental sin sentimentalismos, un racionalista con sentimientos.
Como tantos de su cuerda, peregrinó por diferentes medios de comunicación clandestinos y por indiferenciables medios de incomunicación legalizados, del folleto a la prensa, de la prensa a la radio, de la radio a la televisión, sin aspavientos, pero diciendo lo que tenía para decir.
Dejó El Mundo después de que le censurasen un artículo acerca de Emilio Botín, ese señor que nos gobierna sin que nos demos cuenta, para que no nos demos cuenta y aunque no abramos cuenta en una de sus sucursales.
Acabó en Público, un diario baratito –es lo mejor que tiene, por unos céntimos te enteras de tanto como con medios más caros: de nada.
Allí, Javier Ortiz, con su prosa clara y directa, dijo ese puñado de verdades que nadie más decía, aunque estaban a la vista de quien quisiera abrir los ojos...
No sé si dan cuenta, pero los que nacimos con el Generalísimo en estado de descomposición concreta nos estamos quedando huerfanitos. Se están muriendo los periodistas que sufrieron primero el exilio y la cárcel de Franco y luego la marginación mediática progresiva (que no progresista) por parte de quienes entendieron que la morrocracia capitalizada es un negocio que se desarrolla a base de dinero y de contactos –no de cultura, no de integridad intelectual.
Uno rebusca en la prensa diaria con esperanza de encontrar nuevos columnistas que maticen la realidad, pero no aparecen por ninguna parte. O nadie piensa críticamente, ni lee con discernimiento, ni escribe con precisión entre nosotros, o habrá que concluir que solamente los jetas, los enchufistas y los aduladores prosperan hoy día.
Javier Ortiz, con sus colaboraciones en la prensa diaria de tirada nacional, ayudaba a creer que aún había espacio, aunque fuera una columnita, para aportar sentido común, indignación ética e integridad personal.
Pero se ha muerto.
Vanitas. Huérfanos de Javier Ortiz. Diario de un esqueleto.
Una precisión, Vanitas. Javier no dejó El Mundo por esa columna. El artículo citado es de julio de 2001 y Ortiz continúo en dicho periódico hasta septiembre de 2007.
Comentarios
Escrito por: Joan.2009/08/27 17:14:15.750000 GMT+2
Siguiendo el enlace al final del texto Huérfanos de Javier Ortiz o en http://diariodeunesqueleto.blogspot.com/
Escrito por: PWJO.2009/08/28 12:04:56.033000 GMT+2
Escrito por: Andrés Garrido.2012/01/10 04:50:31.796000 GMT+1
http://andresgarrido.com