Hola, Javier: Nunca tuvimos trato directo. Te he seguido con el interés del neófito a través de tus opiniones sobre los variados temas que, en general, en los medios de comunicación, dibujabas. Tus posiciones nunca fueron equilibradas en el sentido de coincidir con ese latiguillo generalizado en izquierdas y derechas de lo “políticamente correcto”. Hasta el día de tu huída hacia el espacio has sido, quizás, sin pretenderlo, una especie de guía que ha marcado el norte del sentido común en tiempos de oscurantismo intelectual, acomodamiento ideológico y entreguismo razonado al sistema.
Te molestabas por cuestiones capitales, y también por cuestiones casi baladíes. Entre otras, por citar alguna, la sintaxis, la morfología, la gramática en el sentido añejo, que algunos tratan de humillar cada día sin razón, ni justificación que les proteja. Chapeau! Has actuado, en parte, como un Torrente Ballester reencarnado. Lástima que te has ido en el carro del silencio hacia la nada sin provocar polvareda alguna. Discretamente. Con elegancia y buen humor.
Espero que allá, en el reino del silencio, pidas cuentas claras a quien, supuestamente, nos dio la vida y nos organizó el mundo a su imagen y semejanza. No te cortes. Sé justo y recuérdale que las fatigas en la tierra son el infierno de las mayorías, para regocijo y poder de las minorías dominantes desde el principio de la Humanidad hasta la fecha. Una obra llena de maldades, injusticias y atrocidades.
La vida de los seres humanos es muy corta. La tuya lo ha sido. Pero has dejado una huella perenne en las conciencias de algunos y algunas que ha de servir para seguir la ruta de intentar remover conciencias y comprender que nuestros éxitos o triunfos cotidianos lo son a costa de una larguísima fila de supuestos perdedores y perdedoras, que abonan con sus miserias nuestros éxitos y presunciones más injustificados.
Agur, Javier. Te deseo lo mejor en casa de todos, sea cual ésta pueda ser.
Fede. Texto remitido para ser leído en el acto de homenaje a Javier Ortiz celebrado el pasado 8 de mayo en el Hika Ateneoa de Bilbao.
2009/11/28 06:01:00 GMT+1
Huella perenne
Escrito por: Fede.2009/11/28 06:01:00 GMT+1
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