La mañana se levanta temprano y hay que ir a hablar de pandemia y de Carretero a la radio. Pronto me entero de la muerte de Javier Ortiz, periodista y compañero de este diario hasta el año 2000. Comenzar el día noqueado es mala cosa. Ortiz fue en este diario la forma disidente de comportarse para que todos fueran más listos. Ante él sólo había una forma de actuar: con argumentos. ¡Qué bien nos fue a todos! Su estilo siempre formará parte del estilo de estos 20 años, que celebraremos pronto. Ocupé su plaza como editorialista cuando decidió pensar desde fuera. Digo ocupé; Ortiz era insustituible. Fueron momentos de mucha tensión en su País Vasco querido, cuando el término «diálogo» estaba ahogado en bilis política ya que según cómo se utilizara tenía cierto tufillo dogmático. En todo, Ortiz siempre ponía el contrapunto para conducir la idea a aquel lugar que el diario había pensado que se debía llegar. Su muerte nos deja muy tocados a los que fundamos este periódico hace 20 años.
Alex Salmón. El disidente Javier Ortiz. 29 de abril de 2009.
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