Es triste comenzar un blog con la muerte de una persona. Pero eso ha sido lo que me ha llevado a ello. Minutos antes de comer me enteré del fallecimiento de un periodista de esos que aprecias, de los que lees cada día y te hace ver las cosas de otra manera. Hablo de Javier Ortiz, un hombre que relataba sus pensamientos con una claridad pasmosa y se expresaba sin tapujos. En unas 100 líneas de periódico, dibujaba un universo, sencillo y crítico. El argumento era su poder.
Era un crítico que criticaba y que sabía criticar. De esos hay pocos.
Sútil, enamorado de la prosa y constante en su trabajo, Ortiz soñaba con cambiar el estado de las cosas. Soñaba con un mundo más justo que se apagó, al menos para él, con una parada cardio-respiratoria. Trabajó hasta el último instante y escribió su propio obituario en el diario donde trabajó hasta el último suspiro.
Aurelio Estrella. Comienzo por el final. 29 de abril de 2009.
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