No recuerdo el momento crucial en que dejé de pensar que mis padres no se enteraban de nada -allá por el trayecto entre los doce y los dieciséis- y empecé a creer que eran la ostia. A tenor de lo visto, la relación con los padres pasa obligatoriamente por esos trances, salvo que una fuerza mayor se interponga (y no hay fuerza mayor a los quince que la arrogancia propia).
Para esa segunda fase de adolescencia las discusiones políticas habían mermado notablemente; y salvo algún exabrupto en el telediario, rara vez lograba seguir las teorías de mi padre. Fue en alguna de esas ocasiones en las que comentó que "no lo digo yo; lo dice Ortiz, que no sé cómo puede seguir en El Mundo".
Creo que fue ahí que visité su blog; y comencé a leer sus artículos esporádicamente. Con el tiempo, y más allá de la evidente coherencia ideológica que manteníamos, de Ortiz me fascinó una virtud que me parecía inédita: la sensatez. Al menos en su versión, nunca supeditada a las líneas editoriales. Y efectivamente, empecé a entender a mi padre y a preguntarme qué hacía en El Mundo. Haciéndonos caso, en 2000 pidió una excedencia.
Cuando Público salió a la luz anunciando su colaboración, en 2007, fue el motivo para cambiar de prensa diaria; a pesar de que sus artículos, como siempre, se podían seguir leyendo en su web. Y hasta hoy, que me he encontrado su Sueño con Jamaica.
Podría decir más, pero mucho de lo que quería comentar ya lo han hecho José Antonio Pérez (brillante, en Mi mesa cojea) y Pepa Bueno. De ella cito:
"Durante años, rastreé los periódicos donde escribió, de la breve experiencia de Liberación a sus años en El Mundo porque no podía empezar el día sin leerlo. Yo solía decir entonces que leer a Javier Ortiz era como tomarse un café negro y sin azúcar. Si eso no te espabila, ya no hay nada que te espabile".
No sé cuánto tiempo se mantendrán sus Apuntes del natural en la web, pero se deberían editar como asignatura para la Secundaria. Ayudaría a entender muchas cosas.
Yo le seguiré leyendo.
Figurante con frase. Apuntes "al" natural. 29 de abril de 2009.
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