Falleció hace ya dos días. Era columnista del diario Público, pero yo ya le seguía desde bastante antes. Conocí hace algunos años sus Apuntes del natural dentro de su blog personal en el que dejaba esas reflexiones en las que a veces, y no pocas, me he visto reflejado. Le seguía desde que aún estaba en nómina de El Mundo, donde era una rara avis visto el trasiego del diario de PedroJota durante la pasada legislatura. Siempre quiso mantener un sustrato progresista en sus escritos, por lo que no dudó en aceptar la oferta de Público. La bitácora que abrió en su versión digital aún está en mi sección de blogs periodísticos. Quizá su ingenio no le daba para una columna diaria, algunas de las cuales se olvidaban a los pocos segundos de ser leídas, pero no por ello dejaba de ser para mí, junto con otros, una lectura casi cotidiana.
Le distinguía una elegante mordacidad, tal era que conseguía golpear con dureza sin por ello perder ese toque de exquisitez. Sabía comunicar sin recurrir a complicados artificios retóricos, siendo sencillo a la par que contundente, y con la habilidad de saber poner palabras de forma ordenada e ingeniosa a los pensamientos más nebulosos que uno pudiera tener. Sabía comunicar, pienso que esa era su mayor virtud profesional.
Además, fue una de las inspiraciones que llevaron a éste que suscribe a empezar su andadura digital. Una gran pérdida.
Flashman. Adiós a Javier Ortiz. 29 de abril de 2009.
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