Esta mañana intentaba recordar si cuando éramos pequeños las zonas infantiles estaban acotadas de alguna forma. Tengo mis dudas, lo que me hace sentir aún más institucionalizado ante la mera sospecha de haber olvidado mi cautiverio. Lo que sí tengo claro es que el fenómeno ha ido a más. En todos los parques de todos los barrios de todas las ciudades existen esos corralitos con barrotes de colores.
Esta tarde paseaba por Leganés y me sorprendió ver, en el interior de uno de estos contenedores, una carretera pintada en el suelo para jugar a las chapas, así como unos campos de fútbol, también para jugar con chapas. Lo que se ve en la foto no es tierra, sólo lo parece.
No tengo hoy mucho más que añadir. Remito al título del post.
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