Ignoro si entre quienes se arremolinaron estos días en torno
a la sede del Tribunal Supremo para informar del proceso judicial
abierto contra el juez Baltasar Garzón, se encontraba Taysir Alony, un
periodista de origen sirio que conoció de cerca cómo trabaja el ahora
procesado y la propia Audiencia Nacional.
En una fecha tan
apropiada como la del 11 de septiembre de 2003 Baltasar Garzón dictó
desde el Juzgado Central de Instrucción número 5, un auto por el que
decretaba la prisión
provisional, incondicional y comunicada, de Taysir Alony por su presunta
vinculación con Al Qaeda. Vinculación que deducía de la relación
personal de Taysir con Imad Eddin Barakat Yarkas, "Abu Dahdah", y otros
sospechosos de pertenecer a la nebulosa organización, a uno de los cuales había entregado una determinada cantidad de dinero. El juez adoptó
esta medida tras retomar una investigación que había sido archivada en
2000 por falta de indicios criminales.
Pero en medio llegó el 11S y Garzón vinculó
el viaje que Taysir había efectuado a Afganistán como corresponsal de
AlJazeera a su causa contra Al Qaeda. El 21 de octubre de 2001, apenas
dos semanas después del inicio de la agresión estadounidense, Taysir
había realizado una entrevista histórica a
Osama bin Laden. En 2003 viajó a
Bagdad como reportero de la misma cadena para cubrir una nueva invasión y
estuvo cerca de las inmediaciones del Hotel Palestina cuando un tanque
estadounidense asesinó a José Couso y Taras Protsyuk. Volvió a España de manera voluntaria para responder a las acusaciones de Garzón.
Entonces empezó un
calvario judicial, con otros jueces, con idas y venidas de la prisión y
con una precaria salud, que culminó con la condena por la Audiencia
Nacional, el 26 de septiembre de 2005, a siete años de prisión por ese
cajón de sastre que se llama "colaboración con organización terrorista". En la sentencia se decían cosas como ésta: "Sus méritos periodísticos anteriores a la entrevista con Ben Laden –además de no acreditados- no pueden ser la causa de su contratación por una televisión de difusión extraordinaria en el mundo árabe como Al Yazira y con sede en Qatar." Da igual lo que dijera la propia cadena, ninguno de cuyos directivos estaba imputado en la causa. "Hay un elemento perverso, kafkiano en la acusación de Alony", escribió Leslie Crawford para el Financial Times en 2006, cuando el Supremo confirmó la condena.
El caso llegó al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que finalmente condenó esta semana
al Estado español a pagar a Taysir, en concepto de indemnización y
costas, 16.000 euros por no haber respetado las garantías procesales de
un juicio justo. La ínfima repercusión mediática contrasta con el
espectáculo que fue el macrojuicio. Según la sentencia del TEDH, España
violó el artículo 6.1 (derecho a un proceso equitativo por un tribunal
independiente e imparcial) del Convenio Europeo de
Derechos Humanos. La razón es que la juez ponente de la Sala que ordenó
la detención provisional de Alony en 2004,
Ángela Murillo -conocida por sus arrogantes salidas de tono- "era también la juez ponente de la sala que, el 26 de
septiembre de 2005, condenó al demandante", por lo que Taysir "podía
temer razonablemente que la juez Murillo tenía una idea preconcebida
del asunto sobre el cual ella tenía que pronunciarse ulteriormente en
tanto que miembro del tribunal y ponente de este último."
Es cierto que el TEDH no entra en el asunto de fondo y que descarta la
vulneración de otros artículos. Pero no por ello deja de ser relevante
su apreciación. Porque si primero el instructor y luego el tribunal sentenciador ataron cabos -hechos,
personas y datos- del modo en que lo hicieron es por esa "idea preconcebida"
que impregna toda la sentencia, y que no es otra que la consideración previa de determinadas personas como terroristas. Esa idea justifica que, por ejemplo, se asocie automáticamente la voluntad de cometer atentados al hecho de profesar una determinada ideología y que se mezclen con escaso rigor los términos muyahidines, talibán y Al Qaeda.
Así, a "Abu Dahda" se le condenó por integración en Al Qaeda
básicamente por su ideología islamista y por haber coordinado el envío
de voluntarios a Chechenia, Bosnia y Afganistán (una forma de importar en nuestra jurisprudencia la figura del "combatiente enemigo"). Pero nunca se probó su
participación en la preparación o comisión de ningún atentado, y de
hecho el Tribunal Supremo, contrariamente a la Audiencia Nacional, le
absolvió del delito de "conspiración para cometer el delito de homicidio terrorista",
en relación con los atentados de 11 de septiembre de 2001. El Supremo
tuvo que admitir que los indicios eran "inconsistentes, casi
inexistentes". No obstante, mantuvo el cargo de integración en organización terrorista, figura discutible cuando se trata de redes difusas con diversos grados de conexión. Este tipo delictivo permite obtener condenas cuando no se puede probar ningún hecho delictivo concreto y puede estirarse a voluntad. Es lo que le sucedió al ceutí Hamed Abderramán Ahmed, quien pese a haber estado secuestrado en el campo de
Guantánamo luego fue procesado por Garzón y condenado por la Audiencia
Nacional por haber viajado a Afganistán para apoyar al gobierno talibán (que no es lo mismo que Al Qaeda).
Aquí el Tribunal Supremo sí que le absolvió del delito de integración en banda armada: "[la
Audiencia Nacional] efectuó una interpretación de la declaración [única
prueba admitida] en términos que no permite la propia declaración
efectuada. En realidad se trató de una reinterpretación." (STS 829/2006)
No podemos acabar con Guantánamo -aunque cierre- ni cortar con las raíces que nos atan al franquismo sin realizar una crítica radical de esa "idea preconcebida" del enemigo, que fundamenta un "derecho de autor que se centra no en lo que éste haya hecho, sino en lo que pueda hacer en su condición de terrorista" (STS 829/2006) y que "reinterpreta" hechos y declaraciones a conveniencia. Como está experimentando el propio Baltasar Garzón, el que ayer fue amigo, o ciudadano, puede volverse de repente enemigo. Y como le dijo Juan Domingo Perón hace casi cuatro décadas a Pino Solanas, "al amigo, todo; al enemigo, ni justicia."
2012/01/22 00:55:1.224000 GMT+1
Una idea preconcebida
Escrito por: Samuel.2012/01/22 00:55:1.224000 GMT+1
Etiquetas:
derecho-procesal
tedh
antiterrorismo
derecho-penal
baltasar-garzón
taysir-alony
audiencia-nacional
| Permalink
| Comentarios (4)
| Referencias (1)
Referencias
...radecer a todos los que comentaron el artículo sobre la sentencia. En especial, a Samuel por recordarme el caso del periodista de Al Jazeera Taysir Alouny, al que había perdido la pista. O el vergonzoso procesamiento (por Garz...
Referenciado por: Cuando los jueces no saben sumar | GUERRA ETERNA 2012/02/13 17:34:38.082000 GMT+1
Comentarios
El caso es que este juez, al parecer -vaya la presunción de inocencia por delante- es de aquellos que piensan ..."si no tengo prueba yo te la fabrico porque tú y yo sabemos que eres culpable" y añadiría "forastero". Y estaria bien añadido ya que esa, es la ley del Oeste.
No tengo ni idea de como empezó lo del caso por el que están juzgando hoy a Garzón ni por qué están a la puerta de los juzgados Pilar Bardem y Llamazares apoyándole, lo que si sé seguro es que si de verdad (cómo le he oído decir al propio Garzón), grabó las conversaciones entre delincuente y abogado dentro de la institución penintenciaria, sin que estos tuvieran conocimiento, no solo la prueba es inadmisible sino que el juez ha incurrido en delito y no me vale que diga que solo escuchó lo referente al caso y no la estrategia de defensa u otras cosas personales. Y me da igual que sean unos fachas corruptos que se van a salir con la suya, sr. Llamazares, como si son asesinos en serie... y ademas fachas de extremísima derecha, Esa conducta en un juez es delito. Como es delito presuponer que eres terrorista porque ummmmmm, lee El Coran, o ummmmm es amigo de uno que es vasco y que una vez quemó un contenedor (que ya se sabe que no es lo mismo quemar un contenedor en Bilbao que en la Avda Trinidad en La Laguna, aquí eres un matiento en Bilbao un terrorista) Eso podemos presuponerlo ud. y yo sra. Bardem, un juez no porque ...es delito.
Escrito por: flamboyan.2012/01/22 21:13:20.968000 GMT+1
Con este aluvión y acumulación de juicios rápidos, rapidísimos es sobre todo el corrupto cuerpo judicial el que ha querido hacer guerra contra Garzón quitándoselo de en medio ya que tanto para la derecha como para el sector llamado progresista es insoportable. Pero se ha equivocado esta élite haciendo piña en el caso que hoy nos ocupa al querer utilizar de guillotina un asunto tan delicado y que cala tan hondo en el sentimiento colectivo español y mundial como es el de "la memoria histórica".
Les bastaba con el juicio anterior que a mi entender sí que desmitifica la figura, pero como toda bestia que prueba la sangre quisieron más y el remate tocó hueso. Hoy Garzón es aclamado y llevado como bandera por instituciones muy serias internacionales que lo elevarán a la "memoria histórica" para siempre y en este caso concreto con toda justicia.
p.d. pido disculpas a todos aquellos jueces que afanosamente se desviven dia a dia por impartir una justicia ciega e imparcial, está claro que mi comentario va dirigido a una élite corporativista pues es evidente que al juez de Icod de los Vinos, pongo por caso, el que siga ejerciendo o no el juez Garzon se la trae al pairo, digo yo.
Escrito por: flamboyan.2012/01/24 12:16:14.272000 GMT+1
Escrito por: xosé.2012/01/25 15:50:31.580000 GMT+1
Escrito por: antoio orozco.2012/10/29 08:52:50.540000 GMT+1
urele con avichuela