El pasado 23 de enero este blog cumplió un año. Mi primer post consistió en una escueta descripción de un quilombo, que es como se titula esta bitácora. Me atrae no sólo la sonoridad de la palabra, sino su historia y simbolismo. Hoy trataré de explicarla un poco más.
Me gustaría destacar el origen subversivo de la palabra quilombo. Es este origen el que explica el carácter peyorativo que acabaron imponiendo las clases dominantes en Suramérica, y la expulsión de los quilombos de la Historia blanca y heroica. La Real Academia Española de la Lengua recoge la acepción originaria en la versión cubana de palenque y sobre todo en la venezolana cumbe. Sólo en esta última aporta el diccionario una visión positiva: Población formada por esclavos negros fugitivos en la que vivían como hombres libres.
Efectivamente, los quilombos en Brasil, palenques [1]en Colombia y Cuba, o cumbes[2] en Venezuela fueron los territorios donde se refugiaron los esclavos africanos fugitivos (cimarrones) en el medio rural, y donde desarrollaron sus propias comunidades, con organizaciones políticas autónomas, modos de producción particulares y una cosmovisión progresivamente sincrética. Hubo quilombos donde hubo esclavos, incluyendo las islas del Caribe (Haití, Jamaica...). Pese al significado de "lugar apartado y difícil" que se le asigna, no siempre fue así, y los quilombos o palenques no dejaron de tener contactos con las comunidades vecinas, incluyendo relaciones comerciales. Debido a los ataques de los colonizadores, era frecuente que los quilombos cambiaran de ubicación periódicamente.
Algunos quilombos acabaron constituyéndose como estados independientes, en el sentido africano clásico del término, como "confederaciones" de aldeas cuyos líderes locales se vinculaban a un rey común. El más conocido en Brasil fue el quilombo de Palmares, símbolo de la resistencia a la esclavitud. Este quilombo cubría un área muy extensa, entre las actuales Alagoas y Pernambuco, y en su apogeo llegó a contar con una población de unos 20 mil habitantes (quilombolas), dispersa en diversas aldeas o mocambos (Macaco, Subupira, etc.). Formado a partir de pequeñas comunidades, Palmares existió como una confederación durante todo el siglo XVII, encabezada sucesivamente por reyes como Ganga Zumba y su sobrino Zumbí[3], que gobernaron sobre los líderes locales. Empleando tácticas propias de la guerra de guerrillas, Palmares resistió militarmente las incursiones esclavistas y los ataques de tropas holandesas y portuguesas, hasta la decapitación de Zumbí en 1695. Al movimiento de rebeldía organizado por los esclavos a través de los quilombos se denomina quilombaje.
Otros quilombos-estado se desarrollaron en las selvas de Suriname: Saramacá, Djuka, Paramaka, Matawai, Aluku y Kwinti. El grado de organización política de estos quilombos fue superior al de experiencias similares del continente. Los seis "reinos" llegaron a reunir a más de cien mil personas en la selva surinamesa, los más numerosos de Suramérica. Cada uno disponía de su lengua propia, sistemas de parentesco diferenciados, su religión-cosmovisión (predominantemente animista) y su rey. El etnólogo José Jorge de Carvalho habla de una "verdadera reconstrucción cultural de sociedades africanas en las Américas".
África en América, pero una nueva África. Los quilombos constituyeron estructuras sociales complejas. La antropóloga María Laura Bergel describe el quilombaje como un "movimiento radical" y plural [4]. En Brasil, los quilombos "no sólo incluyen negros fugitivos, sino también indios perseguidos, mulatos, personas perseguidas por la policía en general, bandoleros, evasores del servicio militar, mujeres sin profesión, blancos pobres y prostitutas." Incluso en Suriname, donde la africanidad de los quilombos es completa y el componente multirracial mucho más reducido, lo africano, procedente de etnias y geografías muy diversas, se reconfigura en la nueva territorialidad americana.
Se ha tratado de minusvalorar la radicalidad política de los quilombos al no combatir la institución de la esclavitud, al estilo de los movimientos abolicionistas liberales, aunque eran habituales las razias en las haciendas y ciudades para aprovisionarse de bienes, hombres o mujeres que equilibraran la masculinidad del grupo. Esta argumentación parte de una premisa errónea: que los cimarrones consideraban el Estado colonial como una institución legítima a la que someterse como súbditos (o ciudadanos) y plantear reivindicaciones. Pero el movimiento de fuga o éxodo supone, en cambio, la construcción de una sociedad nueva, autónoma, diferente, ajena por completo a los objetivos modernizadores y depredadores del colonizador. En aquella situación de dominación, su misma forma de vida constituía todo un desafío al capitalismo esclavista y la mayor resistencia posible.
Sus formas políticas monárquicas (que poco tienen que ver con las instituciones monárquicas europeas) y sus sistemas de parentesco parecen excluir la democracia. Un marxista ortodoxo no dudaría en denunciar la opresión feudal y la necesidad de acabar con las formas tradicionales que obstruyen el progreso. Tal vez sea esta la razón por la que la izquierda haya evacuado por el inodoro de la historia dialéctica la rebelión esclavista, manteniendo hasta nuestros días el mito de que el final de la esclavitud se debió a que el capitalismo ya no necesitaba esclavos. Un determinismo [5] que ha perpetuado la visión, completamente falsa, del esclavo pasivo e indolente, a la espera del blanco abolicionista o del misionero (o por extensión, de las modernas ONGs).
Y, sin embargo...Sin embargo, lo cierto es que estos antiguos esclavos se sintieron libres, y defendieron ferozmente su independencia. Las fugas y defecciones, la resistencia quilombola, desestabilizaron continuamente el sistema esclavista hasta ponerle fin. Los quilombos acabaron siendo derrotados y diezmados. Pero como ha sucedido en tantas otras ocasiones, su resistencia fue transformadora. Así lo entiende una historia oral que ha continuado y sirviendo de inspiración a los movimientos de protesta negros del siglo XX en Brasil.
Esta historia tan peligrosa, tan poco ejemplar, ha quedado condenada al olvido, al menos en Europa. Sólo la lucha de los afrodescendientes, las investigaciones de historiadores y antropólogos, y relatos como el del escritor cubano Miguel Barnet (Biografía de un cimarrón, 1966), han permitido el reconocimiento de su historia y también de su vigencia.
Por ejemplo, en Brasil existen 2.228 comunidades reminiscentes de quilombos, como se denominan desde el reconocimiento de sus derechos territoriales por la Constitución brasileña federal de 1988. El gobierno cifra en 1.700.000 las personas que integran estas comunidades, aunque resulta difícil determinar con exactitud el número de descendientes de los quilombolas. Sin embargo, aunque leyes y decretos complementarios han tratado de hacer realidad este reconocimiento formal, en 2005 únicamente 70 comunidades se habían registrado en el Instituto Nacional de Colonização e Reforma Agrária (Incra). Como sucede con los pueblos originarios americanos, los derechos comunitarios sobre la tierra están en el centro de la problemática quilombola. El gobierno de Luis Inácio Lula da Silva se ha comprometido a favorecer el acceso de estas comunidades a servicios básicos y prestaciones sociales como la Bolsa Familia. Es pronto para un balance de esta política, aunque el reconocimiento efectivo de sus derechos choca frontalmente con algunos proyectos desarrollistas en curso.
El quilombo y su historia incomoda, no encaja en la trayectoria ineluctable del progreso. Como ese gran quilombo (en todos los sentidos) que a su manera sigue siendo África, nos recuerda que pueden existir proyectos de vida y de transformación social (por tanto, de modernidad), al margen de la modernización capitalista y de esa cosa que denominan Occidente.
Desde el quilombo se pueden plantear preguntas que nos conciernen a todos. Sobre la libertad, sobre la transformación de la sociedad aquí y ahora, sobre el control de nuestras propias vidas, sobre las tradiciones, sobre la construcción de un común entre razas, etnias y culturas diversas, sobre la territorialidad y el movimiento, sobre el desarrollo que subdesarrolla y somete a la naturaleza.
Este quilombo virtual desde el que escribo no aspira a ser más que eso: un pequeño refugio desde donde hacernos preguntas, desde donde poder cuestionarnos el mundo en que vivimos.
1 La expresión apalancarse, en el sentido de "Acomodarse en un sitio sin querer moverse de él" (RAE), probablemente derive de palenque.
2 Posible origen de la palabra cumbia. Según una versión, cumbé sería un ritmo y danza de la zona de Mbata (Guinea Ecuatorial española).
3 Como curiosidad, el cineasta brasileño Carlos Diégues dirigió dos películas sobre ambos personajes: Ganga Zumba (1963) y Quilombo (1984)
4 María Laura Bergel, Los quilombos y su influencia en la interpenetración cultural afro-brasilera: una aproximación antropológica, abril de 2006.
5 Yann Moulier Boutang denuncia, con razón, esta forma de razonamiento, este "teleologismo tautológico" o "funcionalismo de la predestinación" según el cual "todo lo que sucede en el mundo sirve para toda la eternidad a la dominación capitalista. El antagonismo se resume en la protesta siempre vencida e inútil.¡Nada de transformación!"(...)"Si la esclavitud desaparece, es porque su solución de reemplazo ya está preparada. Si el Estado del Bienestar se desarrolla, es para hacer trabajar mejor a la gente, etc.". Ver De la esclavitud al trabajo asalariado, capítulo 17: la transición brasileña: el mestizaje del mercado de la libertad.
Comentarios
Muchas Felicidades compartidas. No pares, sigue, sigue, continúa ilustrándonos forever, pejín.
Ahora, eso sí, personalmente prefiero los cortos -tipo jor-iturri-jesús cutillas- a los largos y plagados de notas a pié de página -tipo eugenio del rio-. En todo caso, todos-todos-todos tus artículos, al igual que los autores antes referidos, son brillantísimos.
Escrito por: alargaor.2008/02/11 21:00:7.007000 GMT+1
Escrito por: Samuel.2008/02/11 21:40:56.301000 GMT+1
www.javierortiz.net/voz/samuel
Excelente exposicion. Desde hace un tiempo atras estudio con avidez la historia de la diaspora Africana. La historia que nos ha sido negada, violada u olvidada.
Por este medio informo que estoy produciendo (soy maestro-teatrero) un espectaculo con un grupo de Batucada Puertorriqueño llamado RUMBA QUILOMBO. En mi afan de encontrar informacion sobre el significado del termino Quilombo me tope con este blog. Informo que es mi interes diseminarlo como parte de la promo del espectaculo. Claro dando total credito al origen del mismo. Ojala ello sirva para despertar curiosidades.
Mi correo electronico es: sonnyfalu@yahoo.com
GRACIAS.
Escrito por: Sonny Falú.2009/12/10 08:36:29.721000 GMT+1
Escrito por: Samuel.2009/12/12 23:23:51.679000 GMT+1
www.javierortiz.net/voz/samuel
Escrito por: Erika Quimbita.2010/01/10 22:18:40.777000 GMT+1
Estupendo el artículo. Yo también creo que la palabra "apalancarse" tiene su origen en la palabra "palenque".
Estoy haciendo un ensayo sobre la esclavitud africana en América Latina y este tipo de cuestiones me interesan mucho.
Gracias,
María
Escrito por: Maria.2010/02/26 11:56:32.970000 GMT+1
agradezco desde ya a quien me pueda dar alguna referencia
emma iribarne
asosciacion palmares uruguay
Escrito por: emma.2010/10/16 09:00:12.717000 GMT+2
Un saludo.
Escrito por: Samuel.2010/10/17 21:07:6.360000 GMT+2
www.javierortiz.net/voz/samuel
Estupenda iniciativa. Ojalá hubiese otras informaciones de ese tipo.
Escrito por: terumi.2011/08/22 16:15:43.049000 GMT+2
www.ufpr.br
Escrito por: CAROS CRISTIÁN ITALIANO.2011/09/28 13:50:55.068000 GMT+2
Estimado Samuel
Me alegra encontrar documentación de este género, pero quisiera poder preguntar algo más allá de esta verdadera historia sobre los Quilombos que el Cuba se reconocen como Palenques.
Me gustaría saber : ¿si los quilombos de Brasil surgiaron antes de la trata de esclavo de los prtugueses?
Ya que he escuchado que la palabra Quilombo surge en Angola, y allí existieron los quilombos que tanto se parecena las culturas que existían tanto en Africa como en América del Sur.
Que documentos usted puede ofrecernos por email sobre las fortificaciones de las tribus Made en Africa, ya que por lo que creo se parecen mucho a los palanques cubanos, esta es parte de mi tesis de defensa ya que donde vivo, nuestro Municipio recibió en nombre de Moa, y para mi entender este nombre es Africano y la existencia de un palenque en esta zona desde 1703 o posiblemente antes de la llegada de los europeos (Colón) ya este palenque o Quilombo llamado EL FRIJOL o Moa existía.
Es aquí donde queiro su ayuda en encontrar las raices no solo de los quilombos que fueron antes que los portuguese y los españoles y que vivieron en plena libertad y que llegaron a las costas de America Sur y América Latina (Martinica, Haíti, Jamica) cantes que Cristobal Colón. Necesito de su asesoría en este sentido, gracias por permitime comunucar con usted, reciba un saludo de la mayor de las Antillas. Gracias
Escrito por: Jorge Miranda López.2012/08/17 19:47:9.691000 GMT+2
Se me olvidaba el email en caso que otro colega quiera contestar a mis preguntas sobre la palabra Moa, génesis de los Quilombos, lugar ooriginarios, fotos etc
jmiranda@cil.moa.minbas.cu
Gracias
!Esperamos por sus email!
Escrito por: Jorge Miranda López.2012/08/17 19:53:6.307000 GMT+2
Respondiendo a su pregunta, los quilombos o palenques solo surgen con la trata esclavista de africanos, pues hacen referencia a las poblaciones de los esclavos huidos o cimarrones. No puede haber, por tanto, quilombos antes de la conquista por los españoles o portugueses, a menos que se refiera a emplazamientos indígenas preexistentes.
La palabra quilombo viene, efectivamente, del kilombo de los Imbangala angoleños, que en este caso parece que hacía referencia a una institución que unía a tribus de diferente linaje en una misma comunidad con fines militares.
Saludos.
Samuel
Escrito por: Samuel.2012/08/19 22:36:39.699000 GMT+2
www.javierortiz.net/voz/samuel