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2007/05/08 15:29:51.425000 GMT+2

Piedras entre balas y misiles

El País publica hoy un reportaje (así lo denomina el periódico) sobre la terrible lapidación, por parte de ocho o nueve hombres, de Doaa Aswad Dekhil, una chica de 17 años, cerca de Mosul (norte de Iraq). Según nos cuentan, la mujer asesinada es kurda de religión yazidí, y la pena se ha aplicado por haber transgredido el código de honor del pueblo, al enamorarse de un musulmán, tal vez kurdo, tal vez árabe. Si la noticia se ha difundido de forma destacada en medios occidentales se debe a la existencia de unas imágenes espantosas, grabadas en vídeo, que han circulado en Internet y ahora en televisión.

El asesinato ha provocado ataques contra la población yazidí por parte de grupos armados, dicen que islamistas. Es posible que este crimen esté siendo explotado para incitar masacres sectarias como las que se están produciendo fuera del Kurdistán iraquí.  

La noticia se añade al largo historial de atrocidades en Iraq, en las que se habla mucho de sectas pero poco de las vinculaciones políticas de unos y otros, y muy poco de las masacres realizadas por las tropas extranjeras. Esto explica las reacciones que han ido enviando los indignados lectores, y que pueden resumirse en la siguiente idea: los iraquíes (o los árabes, o los musulmanes, ¡aunque los autores de los crímenes no tengan nada que ver con ellos!, o abstrayéndonos aún más, "los moros") son unos salvajes. Unos apelarán a este argumento para justificar la ocupación extranjera; otros para alegar lo contrario, que no hay nada que hacer, que se maten entre ellos. No falta quien ha encontrado la prueba definitiva de la imposibilidad de cualquier tipo de entendimiento con alguien que tenga pinta de árabe, o que profese la religión musulmana.    

El País comete el error de calificar a los yazidíes como veneradores de Satán, con ánimo de resaltar el carácter atávico de los protagonistas de la historia. En realidad, el yazidismo constituye una religión preislámica en la que, como suele suceder en la región, comparte elementos con el judaísmo o el Islam. Creen que un Dios creó el mundo, y veneran a siete arcángeles, el más importante de los cuales es Melek Taus, que es la figura que suele asociarse a Satán por los detractores de esta corriente, pero que en el yazidismo no representa el mal, que se considera que forma parte de la naturaleza humana.  

¿Es realmente la religión la causa de este crimen?  No conozco el caso ni las costumbres de los yazidíes como para llegar a las conclusiones que insinúa El País. Linchamientos o "crímenes de honor" se dan en lugares tan diferentes como España, Guatemala, o Pakistán, que comparten, eso sí, el predominio de relaciones patriarcales de dominación. En lo que respecta al Medio Oriente, los crímenes de honor, ritualizados en público por vecinos o por miembros de la propia familia, aunque son habituales en países como Pakistán, no eran tan comunes en el Iraq de los años 80 del pasado siglo. Pero tras trece años de embargo y cuatro de guerra y violencia generalizada, estos crímenes han aumentado de forma espectacular, como señala la feminista iraquí Yannar Mohamed, la valiente directora de la Organización para la Libertad de las Mujeres en Iraq, en una interesante entrevista.  

Yannar menciona que uno de los principales peligros para las mujeres del Iraq ocupado, consiste en pasar por una comisaría iraquí, o por una prisión del ejército (ya sea iraquí o estadounidense), pues lo más probable es que acabe siendo violada y torturada. Es más, es el actual régimen iraquí, apoyado por Estados Unidos y la mal llamada "comunidad internacional", el que ha ratificado graves retrocesos en el reconocimiento de los derechos de las mujeres. 

Por último, el artículo incluye una amarga ironía. Cita a la "ministra de derechos humanos" del actual gobierno, gobierno corresponsable de buena parte de las violaciones de los derechos humanos cometidas en el país, como tal o vía milicias afines a uno u otro partido. Dice la ministra: "Nunca habíamos visto en Iraq un incidente de estas características, tan cruel y fuerte", y se queda tan ancha, como si no se repitieran a diario incidentes atroces en todo el país, y como si su gobierno no tuviera nada que ver en ellos. La tragedia de Doaa termina con un insulto.

Escrito por: Samuel.2007/05/08 15:29:51.425000 GMT+2
Etiquetas: pakistán mujer guerra kurdistan ocupación estados-unidos lapidación yazidíes manipulacion iraq islam | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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