Inicio | Textos de Ortiz | Voces amigas

2009/06/05 01:24:42.861000 GMT+2

La paz según Obama

La inteligencia diplomática de Barack Obama es muy superior a la de sus predecesores, de eso no cabe duda. Su retórica, también. El discurso del Cairo, que continúa el pronunciado en Ankara, pretende simbolizar el cambio de política exterior estadounidense con respecto a los países de mayoría musulmana. Y, en efecto, podemos apreciar algunos cambios significativos junto con viejas querencias imperiales.

Frente a la estrategia de George W. Bush del Eje del Mal y la iniciativa del Gran Oriente Medio, Obama ha preferido dirigirse preferentemente a los musulmanes en general. Frente al discurso descarnadamente realpolitik de los neoconservadores, obsesionados con preservar la hegemonía estadounidense a toda costa, las palabras de Obama suenan más humildes: reconocen las limitaciones del poderío norteamericano, subrayan la noción soft power de interdependencia y evocan la tradición idealista del presidente Woodrow Wilson (1913-1921). Así como Wilson pronunció sus famosos Catorce Puntos al término de la Primera Guerra Mundial, Obama ha expuesto siete puntos con los que aspira a sentar las bases de un nuevo orden en su relación con las comunidades musulmanas de todo el mundo, pero especialmente de la región en la que su ejército se encuentra empantanado.

  • En lo que respecta a las guerras americanas de Oriente Medio, Obama reivindica el argumento demócrata ("liberal", en inglés) de la buena y la mala guerra, que en Europa fue asumido por los gobiernos y partidos socialdemócratas. A Afganistán fueron porque no tuvieron otra elección, mientras que en Iraq se tomó una mala decisión que desvió del objetivo principal, a saber, detener o acabar con los terroristas. En este punto, no hay grandes novedades en su doctrina política.
  • Sobre la situación en Palestina, Obama se compromete a un cambio de tendencia. Sin romper un ápice con el gobierno sionista, dijo sin embargo cosas poco habituales en un presidente estadounidense: los palestinos "sufren humillaciones diarias -grandes y pequeñas- como consecuencia de la ocupación. Que no quede ninguna duda: la situación del puebo palestino es intolerable". Eso sí, quienes deben abandonar la violencia son los palestinos, un insulto después del millar y medio de muertos en Gaza. Al menos en este punto introduce una novedad mucho importante: habla de "resistencia", aunque deba ser "no violenta", y compara la situación de los palestinos nada menos que con la esclavitud y segregación americanas, con el caso sudafricano. No sólo habla de dos Estados, sino del derecho a existir de Palestina.
  • En referencia a Irán, Obama, consciente del doble rasero que existe en torno a la cuestión nuclear, propone de manera vaga un desarme general y el uso pacífico de la energía nuclear bajo el Tratado de No Proliferación, y que todos los países de la región se unan en este objetivo, lo que puede entenderse como otro toque de atención para Israel.
  • Sobre la democracia, aunque apueste por el fomento de los "derechos humanos" en el mundo, habitual excusa intervencionista, admite que "ningún sistema de gobierno puede o debe ser impuesto a ningún país por otro", rompiendo -verbalmente- con la doctrina Bush del cambio de régimen.
  • Finalmente, Obama se refirió a la libertad religiosa, los derechos de las mujeres y el desarrollo económico, en términos no muy diferentes a los que emplea cualquier occidental en un país de mayoría musulmana, aunque con la delicadeza de de un funcionario de la ONU. Lo más interesante ha sido cómo ha marcado diferencias con la posición "laicista" europea, y especialmente francesa: "rechazo la opinión de algunos en Occidente que creen que una mujer que elije cubrir su pelo es menos igual, y sí creo que a la mujer a quien se niega una educación se le niega la igualdad."  

En definitiva, en su discurso Barack Obama ha dado, una vez más, una de cal y otra de arena, según desde dónde se mire. La cal es la ya conocida; en cambio, algunos granos de arena podrían ser interesantes si la retórica se correspondieran con hechos positivos.

En esto podría parecerse también al citado Woodrow Wilson, de quien se dice que George Clemenceau llegó a comentar que "habla como Jesucristo pero actúa como [el primer ministro británico] Lloyd George". Observación que sirvió para que Sigmund Freud y el diplomático William Bullit redactaran en su día un ensayo titulado "Thomas Woodrow Wilson: un estudio psicológico". En él sostenían que Wilson sufrió toda su vida una relación pasiva con su padre, ministro presbiteriano, y que trató de superar esta relación edípica precisamente mediante su identificación con la figura de Jesucristo, servil hacia el Padre y al mismo tiempo poderoso y autoritario como aquél. Diagnóstico que tal vez se aplique al mesiánico Obama, no lo sé, ya nos contará Slavoj Zizek.

Personalmente, creo que hay algo más que una divergencia entre hechos y palabras, y que estas últimas son importantes y reveladoras. En su discurso, Barack Obama no emplea en ningún momento las palabras terrorismo, terrorista o terror. Como su movilización se inspira más en la esperanza que en el miedo, el leitmotiv ahora es el extremismo, cuyo origen se sitúa de manera abstracta en una perversión del mensaje religioso, de toda religión, sin que sea privativo de ninguna. Terrorista o extremista, el efecto práctico es el mismo. Del mismo modo que el musulmán permite representar un Otro que ya no está afuera -de ahí las referencias a los musulmanes de América-, el extremista constituye su lado oscuro, un enemigo que se construye para trascender fronteras, las realidades históricas y políticas, y específicamente las resistencias armadas que se oponen a los proyectos imperiales en la región. Sin embargo, fueron las terrenales torturas de la policía egipcia, no una lectura desviada del Coran o un supuesto desconocimiento de las virtudes de la sociedad moderna occidental, las que alimentaron el odio de Ayman Al Zawahiri.

El enemigo universal del que habla Obama no se reserva ya para los americanos o los occidentales (terroristas islámicos, anarco-autónomos, etc.) sino se ofrece a todos. Entre el Choque de Civilizaciones y la Alianza hay más continuidades que rupturas. Lo que está proponiendo Obama, como antes hiciera Wilson y después Roosevelt, es una nueva gobernanza mundial, basada en determinados valores morales y, en última instancia, en el concierto de naciones y grandes potencias. Los extremistas son la condición necesaria para continuar construyendo una soberanía global al modo que insinuaron Antonio Negri y Michael Hardt en Imperio. Proyecto que difícilmente podrá ponerse en práctica de manera pacífica.

Escrito por: Samuel.2009/06/05 01:24:42.861000 GMT+2
Etiquetas: estados-unidos obama islam | Permalink | Comentarios (5) | Referencias (0)

Comentarios

Ya era hora de poder leer un análisis serio entre tanto cheerleader y tanto hooligan. No he visto que nadie denuncie el tono paternalista y el tinte neocolonial del discurso de Obama. Ni a nadie que se cuestione que se parte de un error (posiblemente intencionado), el de contraponer islam y Occidente, el de presuponer de forma más sutil pero igual de eficaz un choque de civilizaciones que requiere de una alianza de las mismas. Tampoco he visto a nadie que mencione que hay más de mil millones de musulmanes en el mundo y que es reduccionista y maniqueo caracterizarlos como una entidad monolítica, uniforme y definida a la que uno pueda dirigirse.Y tampoco he visto insistir, una vez más, en que las causas que enfrentan al llamado Occidente con el mundo arabe y/o musulmán tienen que ver con el colonialismo y el imperialismo, no con la religión, ámbito en el que entraría el "islam" a quien  supuestamente se dirigía Obama. En ese sentido, Obama, al igual que Bush, defienden la existencia de una guerra religiosa, una guerra de valores.
Para colmo de males, la pésima elección de la escenográfia, un país sumido en la miseria y la brutal represión que ejerce desde hace decenios el faraón Mubarak con la ayuda del salvaje aparato policial y militar, mancilla de inmediato el significado de términos como democracia y derechos humanos.
Como leía ayer, puede que los progres estadounidenses estén emocionados con el discurso (y los Bassets y Moratinos patrios), pero sólo hay que echar un vistazo a la blogsfera árabe y/o musulmana para ver que con unos espejitos y unas cuentas de colores no basta para convencer y, menos aún, para "ganarse los corazones".
Gracias, Samuel. Un abrazo

Escrito por: algarabía.2009/06/05 19:23:31.690000 GMT+2
algarabia.blogia.com

Me olvidaba otro elemento que nunca puede faltra, el orientalismo lewisiano: la ira de los musulmanes se debe a su incapacidad para aceptar y asimilar la "modernidad".

Escrito por: algarabía.2009/06/05 19:36:1.414000 GMT+2
algarabia.blogia.com

Sí, Algarabía, los aplausos a Obama provienen sobre todo de Europa, primero porque coincide más con la forma de hacer las cosas en política exterior de los gobiernos europeos, ahí está la entrevista de hoy a Javier Solana en El País. Y segundo, porque en Europa se ha pasado de rechazar la política de civilizaciones a asumirla de manera sui generis por razones de política interna. La categoría musulmanes facilita el control y la segregación de determinados grupos sociales.

De todas formas, sí me parece que hay más novedades en el discurso de Obama que lo que muestra la comparación de citas que publicas en tu blog.

Un abrazo.

Escrito por: Samuel.2009/06/07 21:05:34.464000 GMT+2
www.javierortiz.net/voz/samuel

Me temo que no me expliqué bien en el blog, Samuel. Debería haber titulado "La novedosa retórica de Obama sobre Palestina" porque mi intención era circunscribirme sólo a esa parte del discurso. Después de leer un centenar de veces que Obama había llegado donde no había llegado nunca un presidente estadounidense al mencionar el sufrimiento de los palestinos, vi que las hemerotecas lo desementían.

Un saludo.

Escrito por: algarabía.2009/06/08 12:29:54.331000 GMT+2
algarabia.blogia.com

Es verdad que tanto Obama como Bush hablan de dos Estados, Israel y Palestina, con los resultados que conocemos, y que tal vez se repitan ahora. No obstante, a diferencia de Bush, Obama ha equiparado el caso palestino con la segregación americana y el apartheid sudafricano. Que esto tenga alguna consecuencia práctica más allá de mostrar la habilidad diplomática del presidente, es otro cantar.

Un saludo

Escrito por: Samuel.2009/06/08 18:22:39.454000 GMT+2
www.javierortiz.net/voz/samuel

Comentar





Por favor responde a esta pregunta para añadir tu comentario
Color del caballo blanco de Santiago? (todo en minúsculas)