Se ha consumado la farsa judicial del macrosumario 18/98. Con la sentencia de la Audiencia Nacional se consagra la teoría garzoniana del "entorno" (o de la "contaminación"), según la cual las organizaciones procedentes de los movimientos sociales de la izquierda independentista vasca o bien están controlados orgánicamente por ETA, sobre la base de una división del trabajo jerárquicamente establecida, o bien comparten fines y objetivos y por tanto pueden considerarse colaboradoras con la banda terrorista. Teoría que ni siquiera es original, ya que cuenta con un precedente conocido: el teorema Calogero por el cual se reprimió a la izquierda radical italiana de los años setenta.
A partir de ahora, basta que los miembros de ETA posean documentos donde simpaticen con determinadas causas o acciones para criminalizar a cualquiera que las apoye públicamente, aunque se opongan claramente a la estrategia armada de la organización, como ha sido el caso de muchos de los condenados a durísimas penas. Particularmente lamentable -y peligrosa- es la redacción de la sentencia relativa a la desobediencia civil, en relación con la Fundación Joxemi Zumalabe.
Este despropósito judicial supone una vulneración gravísima de las libertades, y no tiene nada que ver con la lucha contra ETA, sino con objetivos políticos evidentes. Para una breve descripción de la caótica instrucción y del juicio surrealista que ha durado 16 meses, recomiendo las siguientes lecturas.
Macroproceso 18/98: La instrumentalización del derecho. Amalia Alejandre y Jose Manuel Hernández, abogados de Madrid, observadores en el Sumario 18/98 por EH Watch.
Conclusiones provisionales sobre el juicio oral - Por EH Watch*
* Euskal Herria Watch está integrado por abogados de diferentes países que se han reunido para supervisar procesos judiciales como el macrosumario 18/98.
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