Un activista iraquí residente en Estados Unidos, Raed Jarrar, se ha tomado la molestia de traducir al inglés el borrador de acuerdo sobre la "presencia temporal y las actividades de las tropas estadounidenses y su retirada" que se está negociando entre Estados Unidos y el gobierno iraqui de Nuri Al Maliki. Este documento fue filtrado por la prensa árabe, y publicado en inglés por Jarrar en agosto, sin mucho eco por estos lares, a pesar de su importancia. Meses antes el diario The Guardian ya había publicado otro borrador,el del acuerdo marco de cooperación entre ambos paises.
El acuerdo se refiere exclusivamente a la presencia de las tropas estadounidenses en el país, sin referencias a otras tropas extranjeras como las británicas. Pese a que el artículo 26 prevé una fecha de retirada de tropas (ante la insistencia de Nuri Al Maliki, que ya ha mencionado el año 2011), en realidad dicha fecha se aplicaría a lo que denomina como "tropas de combate", pero no a otras fuerzas que no entren en dicha categoría, siempre según la interpretación estadounidense, claro. También se prevé el mantenimiento de bases militares estadounidenses (instalaciones, según el texto), cuyo número se determinará probablemente en otras normas de aplicación o en algún anexo.
Es decir, que nada garantiza que la fecha de retirada de tropas que se pueda anunciar en el futuro suponga el fin de la presencia estadounidense en el país. De los textos filtrados (¿por funcionarios iraquíes?) se deduce que Estados Unidos quiere seguir controlando el espacio aéreo iraquí (y bombardeando cuando estimen conveniente, como en la era Clinton o en 1999-2003), manteniendo un gobierno en la sombra (la embajada estadounidense con su millar de funcionarios), bases militares, y tropas militares y mercenarias que, aunque no patrullen las calles iraquíes como ahora, continúen interviniendo cuando y donde les venga en gana.
No sólo se hacen remakes en Hollywood. También en Washington faltan guionistas con imaginación. El hedor colonial del "acuerdo" es tan fuerte que recuerda convenios similares de un pasado imperialista no tan lejano, en especial al tratado anglo-iraquí que fue impuesto por el imperio británico en 1930. La similitud se extiende incluso al aspecto formal: en ambos casos se trata de un mero intercambio de notas entre dos gobiernos.
En lo que se refiere a Estados Unidos, el precedente más célebre es la Enmienda Platt que se incluyó en la Constitución de Cuba de 1902, y que en la práctica convertía a Cuba en una dependencia norteamericana. También en este caso se preveía que "los Estados Unidos [pudieran] ejercitar el derecho de intervenir para la conservación de la independencia cubana" (sic). Esta Enmienda fue la base legal del mantenimiento de la posesión estadounidense de la bahía de Guantánamo tras la invasión de 1898, del mismo modo que el acuerdo americano-iraquí facilitará el mantenimiento de no sé cuántas instalaciones y Guantánamos.
Existen, sin embargo, diferencias interesantes. En esta ocasión el acuerdo no se da tras una clara victoria militar, sino en medio de un contexto bélico regional que lastra la economía y el poder de los Estados Unidos. El gobierno de Estados Unidos ha estado presionando desde 2007 para que este año se firmara sí o sí este acuerdo sobre la presencia de sus tropas. Pero Maliki, fortalecido a nivel interno y en parte por la debilidad estadounidense (política como militarmente), pretende, como he señalado, que se incluya una fecha de retirada de tropas, algo que el tándem Bush-Cheney (pero también MacCain) habían rechazado hasta ahora. De modo que el nivel de presencia militar estadounidense que finalmente se acuerde puede que sólo sirva para que continúe la sangría, pero no para asentar el dominio con el que sueñan los buitres, que no halcones, de Washington.
Comentarios
Escrito por: Dados.2008/09/09 01:21:59.464000 GMT+2