Llevaba tiempo queriendo escribir sobre Hamas y el dilema que tanto este movimiento de resistencia como el libanés Hizbulá plantean a la izquierda europea. Prácticamente no hay condena de los bombardeos que no incluya una declaración de rechazo a Hamas, no vaya a ser que asocien a uno con los terroristas. En Gaza, la distinción entre la población llamada "civil" (mujeres, niños) que merece nuestra solidaridad y los varones armados que merecen nuestra desaprobación opera en el mismo sentido. Apoyo a los palestínos sí, pero...
He asistido a dos manifestaciones contra la agresión a Gaza. En Tenerife y en Bruselas. En Tenerife algo así como la mitad de los escasos congregados eran palestinos. En Bruselas, donde hoy ha desfilado una gran multitud, la inmensa mayoría de los participantes eran de origen magrebí, turco, libanés, iraní, palestino, negroafricano, etc. Se echaban en falta una mayor participación de otros belgas, de otros europeos. En la marcha se podía apreciar que la criminalización de Hamas por parte de la Unión Europea obedece casi más a consideraciones de política interior que de política exterior. Una práctica, la del divide et impera, que me parece que está teniendo más exito en la Europa continental que en el Reino Unido.
Muchos europeos que se califican como progresistas o de izquierdas deberían reflexionar seriamente sobre la incomodidad que le produce la compañía de gentes que lo que en el fondo están exigiendo es que se les trate como seres humanos de igual calidad que cualquier otro sin dejar de ser como son. Sobre el significado del hecho colonial (en Palestina, en las mentalidades europeas) y el significado de la resistencia. Mucho me temo que la islamofobia está más arraigada de lo que queremos admitir. Cuanto mayor es la visibilidad de signos identitarios vinculados a "lo musulmán", más "peros" se añaden al apoyo a una resistencia justa y legítima.
Manifestación en Bruselas - Domingo 11 de enero de 2009. Foto: Samuel
He traducido un texto de Esther Benbassa y François Burgat que plantea la cuestión de manera acertada. Fue escrito en 2006, con motivo de otros ataques sobre Gaza, poco tiempo después de que Hamas ganara las elecciones legislativas en los territorios ocupados. Hoy leo que John Brown hace algo parecido en su blog, donde también cita a Burgat. Espero que ambos textos sirvan para pensar.
[Por cierto, tal día como hoy
hace 17 años tuvo lugar el golpe de Estado en Argelia que derogó otras
elecciones e inició la guerra de la junta militar contra el movimiento
islamista. Y el 9 de enero decenas de miles de jóvenes argelinos salieron a la calle para apoyar a los palestinos y desafiar la prohibición del gobierno.]
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No al boicot de Hamas
Esther Benbassa y François Burgat
Libération, 5/6/06
* La negación de la legitimidad del movimiento palestino frena la marcha hacia la paz
"¿Por
donde pasa la frontera entre el Islam y el terrorismo, el musulmán
frecuentable y el agente de Bin Laden, el buen « ciudadano » y el
villano «
comunitarista », el palestino que resiste a una despiadada ocupación
militar y el « partidario de los integristas » ? De la lectura de los
discursos dominantes en Europa y en Francia, se nos hace cada vez más
dificil de decirlo: para ser un interlocutor aceptable, parece que un
musulmán debe ser no solamente « laico », sino también abdicar, copa de
vino en mano, los signos de su pertenencia religiosa y/o cultural. Si
no, los miedos que suscita son capaces de desestabilizar algunos
elementos de la intelligentsia
francesa, hacer tambalear sus principios sacrosantos (República,
ciudadanía, laicidad, etc.) o llevarles a emplearlos de manera poco
rigurosa y sesgada.
La larga lista de razones de tipo
humanitario para retomar el apoyo a la economía agonizante de la
Palestina ocupada ya ha sido puesta sobre la mesa. ¿Todavía es
necesario reafirmar su pertinencia y sacudir la hipocresía y el
inmobilismo de Francia y de Europa? Pero la mera gestión « humanitaria
» sigue siendo insuficiente y, llegado el momento, contraproducente.
Exige contorsiones diplomáticas y jurídicas intolerables: esquivar el
resultado de uno de los raros escrutinios celebrados en un país árabe
(bajo estrecha supervisión internacional) para que no sea
contestado.
Hamas « rechaza reconocer Israel ». Pero diez años
después del reconocimiento de la OLP, ¿dónde se encuentra el
reconocimiento recíproco de un Estado palestino por Israel, cuyas
fronteras fluctúan según la conveniencia de sus mayorías electorales y
de las anexiones en Cisjordania? Hamas rechaza el abandono de la
violencia, se nos asesta cotidianamente a modo de análisis. Sin
embargo, durante dieciocho meses, declaró una huelga explícita que
mantuvo. ¿Qué decir en cambio del recurso sistemático a los asesinatos
« selectivos » (ejecuciones extrajudiciales),
de las casas destruidas por centenas, del cañoneo incesante de la gran
prisión « cerrada» de Gaza ? Hamas, finalmente, « no quiere reconocer
los acuerdos de paz ». ¿E Israel, que no los respeta desde hace años,
desde la Hoja de Ruta al plan saudí de 2002 (aprobado por la Autoridad
Palestina, la Unión Europea, Estados Unidos y la ONU)? Todo esto no
significa, desde luego, que no haya que incitar a Hamas (cuyo
desarrollo en otra época habría sido alentado por Israel para dividir
el campo palestino) a abandonar definitivamente los hábitos del
terrorismo por los de la negociación y a reconocer a Israel. Pero para
ello hay sin duda otras vías que la negación pura y simple de su
legitimidad.
¿Cómo
se ha llegado con semejante inconsciencia a justificar el boicot de las
urnas y, de la misma manera, a escamotear el derecho internacional,
entre otras cosas? ¿Cómo el unilateralismo de la acción occidental
logra triunfar tan fácilmente? Mirándolo de cerca, si el rechazo de
justicia que hacemos a « sus » urnas y a « nuestros » principios
democráticos no suscita más protestas es porque mobiliza de nuevo la
magia de los miedos instintivos del otro que « habla musulmán », y
sería por tanto teócrata. Tampoco en Israel hay separación absoluta
entre el Estado y la religión. ¿Basta ello para declararlo no
democrático
? Su fundación también fue precedida por actos terroristas judíos
contra el ocupante británico. ¿Descalifica para siempre a los israelíes
para crear un Estado moderno? ¿Y qué decir del peso de estos partidos
ortodoxos y ultraortodoxos (no especialmente feministas ni tolerantes
hacia las lesbianas-gays-bisexuales-transexuales) sin los cuales toda
coalición parlamentaria es a menudo imposible?
Cuando
se trata de musulmanes, principios éticos y políticos no operan de la
misma manera. « ¿Puede ser de los nuestros aquel que rechaza beber su
copa como los demás? » A esta pregunta, de
Philippe de Villiers a Charlie Hebdo, pasando por sectores enteros de
la derecha y de la izquierda parlamentaria, un vasto « frente nacional
» responde enérgicamente no. De hecho, Hamas no amenazaría solamente la
existencia del Estado más poderoso de la región, sostenido por la
primera potencia mundial. Pondría también en peligro la «
modernidad », la racionalidad de las « Luces » y, argumento supremo que
se reitera sin cesar, ¡los derechos de las mujeres y los de todas las
minorías! Ahí residen los motivos no confesos de las medidas adoptadas
contra el nuevo gobierno palestino. Todo ello sin preguntarse por qué
los palestinos votaron por Hamas. Y sin medir los riesgos de una guerra
civil que hundiría al país en la miseria y en un callejón sin salida.
Nuestro
apasionado interés por la « liberación de las mujeres musulmanas »,
amenazadas por los « integristas », acaba insensiblemente, en el caso
de Palestina, anteponiéndose a la defensa de la humanidad la más
elemental. Ellas sólo merecen nuestra atención humanista a causa de la
naturaleza de la amenaza que se identifica: la violencia machista de
estos hombres barbudos que sin embargo ellas han elegido de forma
masiva, y no la de los bulldozers o las de las balas del ejército que
perpetúa su ocupación. Estas mujeres y sus próximos, ¿son asfixiadas
económica y financieramente, expropiadas de sus viviendas o eliminadas
por las balas del ejército de ocupación? Poco importa: conservamos
intacta nuestra conmoción para « luchar contra el integrismo » de
Hamas. A riesgo de avalar la humillación y la miseria que resultan de
la suspensión de la ayuda internacional y de la confiscación de las
tasas aduaneras por Israel, y que claramente no pretenden hacer recular
el integrismo ni el terrorismo sino, por el contrario, alimentarlo.
Los
proyectores de algunos de nuestros « periodistas de investigación » y
las « Luces» de nuestros grandes filósofos mediáticos se guardarán bien
de aclarar este lado de las tinieblas de nuestro tiempo. Desde que, en
la Argelia en guerra, la esposa del general francés Jacques Massu
explicaba a las argelinas que Francia debía quedarse allí para «
quitarles el velo » y por tanto liberarlas, esta « tribalización de lo
universal » que constituye la desviación y la instrumentalización del
combate de las mujeres al servicio de las lógicas de dominación
continúa con el mismo ardor y, desgraciadamente, la misma eficacia.
A
golpes de cañón, sin pan y, sobre todo, sin respeto, no se «
moderniza » a nadie. Nuestras ideas « iluminadas » necesitan
pragmatismo, más que estos fantasmas que agitamos para justificar
políticas de las que Occidente ha sido tan ávido en el siglo XX y a las
que continúa siendo aficionado en el siglo XXI, susceptibles de llevar
al callejón sin salida de la confrontación sin fin. "
2009/01/11 20:54:59.441000 GMT+1
La cuestión Hamas
Escrito por: Samuel.2009/01/11 20:54:59.441000 GMT+1
Etiquetas:
gaza
israel
islamismo
hamas
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Comentarios
Un abrazo
Escrito por: algarabía.2009/01/13 00:59:57.146000 GMT+1
algarabia.blogia.com
Estoy cada vez más convencido de que en esta guerra Israel y (cierto) Occidente (y en otro extremo AlQaeda -en paralelo-), se comportan según la fidelidad a una estética. Los árabes, hablando en plata, les resultan feos, mal vestidos, desagradables, absolutamente horteras y fuera de moda. Al mismo tiempo les atrae sentir que se enfadan, para castigar más duro. Es algo profundamente sexual, en el fondo, es una gran violación colectiva: violación de los cuerpos, del imaginario, de la dignidad. Y en realidad, quieren limpiar el crimen matando a la víctima.
Es posible que escriba sobre esto, in shâ' Allah.
Escrito por: abenyusuf.2009/01/13 18:03:2.621000 GMT+1
http://abenyusuf.wordpress.com
Escrito por: jesus cutillas.2009/01/15 14:00:45.686000 GMT+1
Jesús, gracias por la observación sobre el gas. Sin embargo, pienso que no es este el factor más relevante en la cuestión palestina. Para empezar, en cuanto al expolio de recursos naturales, en tierras de Palestina/Israel tiene más importancia el agua que el gas.
Me parece que tu lectura economicista yerra el tiro. No es que se ataque a los pobres por motivos estéticos. Es que bajo el capitalismo, se acumula riqueza sometiendo a otras personas, a pueblos enteros si es preciso, como sucede con el colonialismo. El factor humano es tan decisivo o más que el gaseoso o mineral. Saludos.
Escrito por: Samuel.2009/01/15 14:31:32.445000 GMT+1
www.javierortiz.net/voz/samuel