"... los mismos nadies que salieron hace casi diez años a la calle a gritar “que se vayan todos” regresaron hoy para garantizar que se queden los que están. Lo cual no es una paradoja, sino una consecuencia." lavaca, 28 de octubre de 2010
La Casa Rosada, Buenos Aires, 27 de octubre de 2010.
REUTERS/Martin Acosta
Néstor Kirchner recicló el "que se vayan todos", que permitió su llegada accidental desde la Patagonia a la presidencia de Argentina en 2003 con sólo un 22 % de apoyo electoral, en una nueva institucionalidad. No tiene sentido criticarle por no haber sido lo que nunca pretendió ser, a menos que se parta de una visión idealizada de ese mutante que es el peronismo. Sus dos principales objetivos políticos fueron recuperar la legitimidad del Estado y (re)construir el viejo concepto de "burguesía nacional" frente a la transnacionalización inducida por la globalización neoliberal. En el primer punto tuvo bastante éxito, algo que hasta la derecha de su país se ve obligada a reconocer en voz baja aunque denuncie por conveniencia la falta de seguridad jurídica. Lo segundo se quedó en un capitalismo oligárquico (¿acaso hay otro?) en el que la especulación financiera que había salido por la ventana volvió por la puerta de atrás del agronegocio exportador. Un simpatizante como Mario Wainfeld escribía ayer en Página 12: "Kirchner deja el centro de la escena en un país gobernado y gobernable. Con una economía y una situación social sustentables, con previsibilidad política". Sólo si tenemos en cuenta la grave crisis política, económica y social que asoló el país en las postrimerías del menemismo, podrá entenderse muchas de las decisiones que tomó, empezando por la anulación de las leyes de punto final y de obediencia debida.
El 29 de mayo de 2006 pude ver en directo, por un canal argentino de televisión, una escena que nunca hubiera podido producirse en España. El presidente Néstor Kirchner se disponía a pronunciar un discurso en el Colegio Militar con motivo del Día del Ejército, frente a miles de militares. Días antes militares retirados habían organizado un acto conmemorativo en homenaje a las víctimas de la guerrilla de los años setenta y en el que se justificó la represión de la dictadura. Se esperaba por tanto que Kirchner adoptara un tono firme, pero acabó sorprendiendo por la dureza de su tono y por su desaire a la cúpula militar al abandonar luego el palco y no asistir al desfile. "Como Presidente de la Nación, no les tengo miedo". "No queremos al Ejército de los que mataron a sus hermanos". Ya en 2004 había ordenado a un teniente general, delante de la prensa, que retirara los retratos de los generales Videla y Bignoni. Kirchner repitiría luego el "no les tengo miedo" frente a empresarios y medios de comunicación.
Con esta retórica contundente se ganó el apoyo de muchos movimientos populares, como las organizaciones de derechos humanos, de las asociaciones de Madres y de las Abuelas de Mayo. La condena de la dictadura formaba parte necesaria del rechazo a la devastadora política económica neoliberal que aquélla había inaugurado, pero la oficialización de la memoria también sirvió para ignorar otras violaciones de los derechos humanos. No hubo ruptura, pero sí un giro importante que hizo que hasta los funcionarios del Banco Central privilegiaran "la paz social" -lo que incluía restaurar controles a la entrada y salida de capitales- al control de los precios, algo que en Europa, pese a la crisis rampante, sigue siendo el objetivo principal del Banco Central Europeo. Ganarse a los movimientos, o cooptarlos, significaba pacificar la sociedad argentina y acabar con la autoorganización de los pobres incluyendo a sectores que hasta entonces habían estado en los márgenes del sistema. Ex piqueteros, ex montoneros, sindicalistas y hasta ambientalistas fueron ocupando puestos clave en la administración, para horror de parte de la burguesía porteña. Estábamos en presencia de una nueva gobernabilidad basada en la "razón populista", por usar la expresión de Ernesto Laclau, afín al kircherismo.
Kirchner -y su equipo de gobierno- tuvo el mérito de haber comprendido algunos de los cambios que se habían producido en su país, pero también en el contexto internacional, del que supo aprovecharse. Frente al declive de la presencia estadounidense, ocupado con dos guerras en Iraq y en Afganistán, hizo de la necesidad virtud: se arrimó a los nuevos gobiernos progresistas sudamericanos y con ellos intentó impulsar un nuevo tipo de integración regional, en parte por necesidad, como sucedía con la dependencia argentina del gas boliviano o de la financiación venezolana. Porque la patria grande cedía frente a la chica cuando aquélla amenazaba lo que quedaba de la industria local (importaciones brasileñas) o la estabilidad política interna (crisis de las papeleras con Uruguay). El momento estelar fue el nacimiento del Unasur, organización de la que acabó siendo secretario general.
Los cambios económicos con respecto a la etapa previa a 2001 incluyeron la congelación de las tarifas de los servicios públicos privatizados (en manos, sobre todo, de empresas españolas), la mayor reestructuración de deuda de la historia, la desvinculación del Fondo Monetario Internacional -previo pago de una deuda considerada por muchos como ilegítima u odiosa-, intervención estatal para controlar los precios en la cadena alimentaria o, ya con Cristina Fernández de Kirchner, la recuperación del control público de los fondos de pensiones y la asignación universal por hijo. La demanda internacional de productos como la soja y otros cereales transgénicos y el mantenimiento de un peso argentino devaluado favoreció la expansión de las exportaciones y tasas de crecimiento del PIB del 8% hasta el año 2008. Cierta redistribución del ingreso vino de la mano de incrementos salariales en numerosos sectores y planes sociales que permitieron reducir el porcentaje de población que vive bajo el umbral de la pobreza desde más del 50% hasta el 13 % que ahora declaran las cifras oficiales (que se basan no en términos relativos como en Europa sino en función de una canasta básica), aunque otras organizaciones sitúan al 30 % de la población por debajo de dicho umbral. Las desigualdades en el ingreso, aunque se redujeron ligeramente bajo el mandato de Néstor Kirchner, han continuado hasta hoy con una persistencia que les da un carácter estructural. Sea como fuere, esta política de impulso del crecimiento y de la demanda interna suscitó el aplauso de economistas como Mark Weisbrot, que prefieren ignorar las consecuencias sociales y ecológicas del extractivismo y la primarización en los que se basa dicho crecimiento.
La mejora de los datos económicos y la estabilización política del país, usando como parámetros el descalabro menemista o la memoria de la dictadura, acallaron muchas voces críticas en la izquierda o las colocaron en una difícil tesitura. Y no han faltado sombras que se han alargado hasta hoy. La muerte de Néstor Kirchner prácticamente coincide con el asesinato, hace una semana, del trabajador tercerizado Mariano Ferreyra a manos de una patota sindical vinculada al poder estatal. Para los miles de nadies que hoy dieron su adiós al ex presidente, en cambio, Néstor Kirchner no dejó de darles un espacio, una voz. Que, no lo olvidemos, se habían ganado antes.
Comentarios
Un quilombo,es una república de negros cimarrones,sobre todo en el nordeste de Brasil,donde estuvo el famoso Quilombo dos Palmares,dirigido por el esclavo Zumbí.
Sus orígenes se remontan a los negros que en Angola huían de los arabes y portugueses en el siglo XVI que los capturaban para venderlos en América.
Muchos capturados,huyeron en Brasil para el "Quilombo" y esa palabra pasó a expesar a un lugar sin gobierno y en desórden.
Los gaúchos ,que no gáuchos de Rio Grande en el sur de Brasil,que son el mismo grupo en Uruguay y Argentina llamado gáuchos(ver el acento para pronunciar),trajeron la palabra al lenguaje orillero de Buenos Aires y Montevideo,donde se adaptó a los prostíbulos,formados en los primeros tiempos coloniales,por negras libertas,que se prostituían.
Para los argentinos,un Quilombo,es un desórden.(Tesis sobre el oríen de los quilombos del autor en 1977).
Dicho esto,lo que has escrito en tu entrada está bien para un argentino,con una salvedad,no hay absolutamente ninguna prueba de que "una patota vinculada al poder estatal"asesinara a Ferreyra.
Es un grupo mafioso de la Unión Ferroviaria,sindicato que no está vinculado al "kirchnerismo"y si a los "gordos"de la vieja CGT.Los dirige Pedraza,un delincuente condenado por estafa,ex militante del PCA,luego colaborador de la dictadura,del Justicialismo con Cafiero,luego con Menem,en un pricipio con Kirchner(a través de Duhalde) y ahora vuelto al redil de la vieja CGT peronista.
Como verás,hasta lo puedes acusar de ser "prosoviético" si es que se te ocurre...
Los post en un blog,deben tratar de ser más serios que los medios corruptos de comunicacion que nos indigestan,sino,somos más de lo mismo.
Pedraza es parte del "quilombo"argentino,es un mafioso como tantos que lo mismo ofrecen a sus "aparatos"armados para formar la triple A,comandos de mano de obra desocupada,alcahuetes de la poli,barras bravas del fútbol y sostén a palos de polìticos de toda laya.
Su negocio es la droga,reventa de entradas,trata de blancas(o negras),raptos,secuestros,desarmaderos de coches,etc.
La serie The Wire norteamericana o los Soprano muestra que no son un fenónemo nacional,desde el Caucaso,hasta Shangai y desde Ciudad Juarez hasta La Matanza son esa marginalidad que usa el capitalismo.
Un saludo
Alfredo
Escrito por: Alfredo.2010/10/31 09:17:53.278000 GMT+1
http://tribulacionesdeunsudaka.blogspot.com/
Gracias por las observaciones y comentarios. Conozco la historia de la palabra quilombo, por eso la uso. Me gusta esa relación entre el significado originario, que reivindico, y la expresión peyorativa que ha quedado en Argentina y otros lugares.
Sobre el asesinato de Ferreyra, seguramente me he expresado mal. En primer lugar, Ferreyra murió en un acto de protesta que fue atacado a tiros por patotas de la Unión Ferroviaria apoyados por barrabravas de clubes de fútbol. Hay testigos de sobra. En segundo lugar, la "vinculación" de la que hablo no es una relación orgánica o jerárquica en la que el asesino haya recibido órdenes desde arriba. No he querido decir eso. Tampoco he dicho que los sindicatos mafiosos sean un subproducto exclusivamente argentino ni creado por el kirchnerismo. Como dices, Pedraza apoyó a Kirchner como a tantos otros. Me refería al Estado, porque no es un actor inocente en esta historia (ni, ya que lo mencionas, en la del capitalismo). Gracias al Estado se mantiene el negocio de la subcontratación en el sector ferroviario, cuyas condiciones rechazaba Ferreyra y en el que participa activamente la burocracia sindical. Dicho sector está privatizado, pero desde 2002 se mantienen congeladas las tarifas, motivo por el cual el Estado subvenciona a los concesionarios del servicio. Los concesionarios subcontratan o tercerizan buena parte de las actividades que se subsidian a una veintena de seudo empresas que han creado ellos mismos, y en las que participan los citados sindicatos. Luego las sobrefacturan al Estado, mientras que los subcontratados reciben un salario (2000-2500 pesos) muy inferior al establecido por convenio (5000-8000 pesos). La diferencia se reparte entre concesionarios y sindicatos y se defiende, si es necesario, a tiros.
Un saludo.
Escrito por: Samuel.2010/10/31 11:25:9.439000 GMT+1
www.javierortiz.net/voz/samuel
Escrito por: Fernando.2010/10/31 12:06:12.137000 GMT+1
www.rompiendomuros.com
Salud!
Escrito por: Samuel.2010/10/31 12:53:40.170000 GMT+1
www.javierortiz.net/voz/samuel
Lo que ha dicho Solanas (y muchos otros) es que el gobierno de los k ha estado avalando la política de tercerización, lo que equivale a sostener una precarización que reditúa a las empresas concesionarias, y de ahi se desprende toda clase de corrupción. En este sentido, no dejemos que embarren la cancha declamando que Pedraza no tiene relación con el gobierno, cuando han publicado fotos del día del asesinato que muestran al secretario de transporte con este burócrata sindical Pedraza.
El link de la entrevista a Solanas es este.Los últimos que se van a enterar de dónde viene la palabra quilombo son los argentinos que solo miran al mundo desde su ombligo untado de dulce de leche (que creen que es invento argentino) Lo digo como argentino escarmentado.
Escrito por: marcos.2010/10/31 21:56:3.560000 GMT+1
Muy bueno tu artículo y muy bien explicada la relación, indirecta, entre el asesinato de Ferreyra y el Gobierno Nacional.
Mi opinión es igual; el Gobierno Nacional tiene culpabilidad al haber apañado, durante éstos 7 años, las mafias sindicales como la del servicio ferroviario (entre otras).
Muchas gracias y saludos.
Escrito por: Sebastián.2010/10/31 22:02:26.031000 GMT+1
Por cierto, que el enlace de la entrevista de Solanas no aparece o no funciona.
Saludos.
Escrito por: Samuel.2010/11/01 01:42:33.258000 GMT+1
www.javierortiz.net/voz/samuel
Creo que fue un error mio y por eso no apareció el link con la entrevista a Solanas (tema de la tercerización)Aca lo copio:
http://www.infosur.info/n/solanas-el-gobierno-avala-la.html
Saludos Samuel
Escrito por: marcos.2010/11/02 19:21:6.272000 GMT+1
Escrito por: Samuel.2010/11/03 09:45:40.293000 GMT+1
www.javierortiz.net/voz/samuel
¿Que es China ex-popular sino la tercerizacion mundial?
En España el boom de la construcción es otro ejemplo de tercerizacion que se llama "subcontratas redobladas".
Las reformas cubanas serán lo mismo,muchachos,ya no se puede creer en nadie.
Escrito por: Alfredo.2010/11/14 10:20:46.060000 GMT+1
http://tribulacionesdeunsudaka.blogspot.com/