Muchos partidarios de la agresión militar israelí contra la población de Gaza se quejan de que sus críticos comparen los crímenes del Tsahal con los cometidos por la Luftwaffe, la Wehrmacht o las de las SS en la Alemania nazi. Puede que no sea la comparación más acertada: sobre todo si comparamos Gaza solamente con los guetos y campos creados por los nazis.
Podemos encontrar parecidos razonables en el colonialismo europeo y el imperialismo de su retoño estadounidense. Gracias al magnífico artículo de Santiago Alba Rico, Palestina:el derecho de existir, por recordar la cita de Weil e insistir en esta genealogía. ¿Cómo no van a ser comprensivos con Israel los Estados que se arrogan la representación de la "comunidad internacional"? ¿Acaso no reivindican la herencia de las "naciones civilizadas", rehabilitando la empresa colonial -como Sarkozy en Francia-, codificando un nuevo derecho indígena para determinadas categorías de migrantes y consolidando un derecho penal del enemigo con la excusa infame de la "lucha contra el terrorismo" (1)? ¿No se reconocen los Estados Unidos en la formación progresiva del Estado israelí sobre los cadáveres de sus "indios", aunque su apoyo estratégico haya sido tardío (básicamente, a partir de1967)?
La muerte a distancia y la misma asimetría de la que tanto se habla tiene su origen en el militarismo colonial europeo. Otro texto brillante, esta vez del israelí Shmuel Amir, reconoce que una guerra en la que sólo existe un contendiente no es otra cosa que una matanza, y que la proporción de muertos de uno (israelíes) a cien (palestinos) "describe el típico balance de una guerra colonial". En el siglo XIX, Alexis de Tocqueville hacía esta descripción de la ocupación francesa en Argelia, en 1847:
"Desde el principio hemos reconocido que no teníamos contra nosotros un verdadero ejército, sino a la propia población. La observación de esta primera verdad pronto nos condujo al conocimiento de esta otra, a saber, que mientras esta población fuera tan hostil hacia nosotros como lo es hoy, sería preciso, para mantenerse en semejante país, que nuestras tropas permaneciesen allí en tiempos de paz en número equivalente al de tiempos de guerra, porque se trataba menos de vencer a un gobierno, que de contener a un pueblo."
La brutalidad del ocupante es aleccionadora. Sólo el civilizado puede sentir un miedo que justifique una guerra permanente que asegure su tranquilidad; pero el bárbaro debe ser disuadido, educado, mediante el terror. El infame Thomas Friedman lo acaba de explicar en The New York Times:
"Israel básicamente dijo [en el bombardeo del Líbano en 2006] que cuando se trata con un actor no estatal, Hizbulá, que anida entre civiles, la única fuente de disuación a largo plazo era exactamente causar suficiente dolor en los civiles - las familias y empleados de los militantes- para contener a Hizbulá en el futuro. "
La intervención colonial también sirvió en su momento de aprendizaje para la represión en la metrópolis. Si guerra exterior e interior suelen venir de la mano, en el caso de Israel encontramos últimamente iniciativas encaminadas a excluir definitivamente del sistema político a los árabes israelíes (palestinos que residen en Israel). Dos partidos árabes acaban de ser prohibidos. La Knesset sigue de este modo el consejo de Tzipi Livni de que los árabes merecen otro Estado que responda a sus "aspiraciones nacionales", una forma enrevesada de anunciar futuras limpiezas étnicas, negar derechos de ciudadanía y enterrar cualquier reivindicación del "derecho de retorno".
Tocqueville exclamó, continuando su reflexión sobre la colonización francesa en Argelia: "¡Dios nos libre de ver alguna vez a Francia dirigida por uno de los oficiales del ejército de África!" España lo ha sufrido durante cuatro décadas, después de una guerra de exterminio y educación mediante el terror. E Israel ha estado dominado por generales de estilo "africanista" desde el principio. Generales y elite que comparten la obsesión de los neoconservadores estadounidenses por la pérdida de hegemonía y el falso remedio de la huida militarista hacia adelante.
Hace meses planteaba mis dudas en torno a la polémica de la solución un Estado/dos Estados al conflicto palestino. Entonces creía que si bien la solución uniestatal era la más deseable, por cuanto implicaba necesariamente la descolonización externa e interna de Israel -el fin del sionismo-, tal vez no era la más factible, habida cuenta de la situación (geo)política existente y la relación de fuerzas que había entonces. Hoy la situación es muy diferente, y la deriva criminal de Israel parece alimentar un consenso sobre la necesidad -y posibilidad- de construir a medio plazo un único país (¿Israel?¿Palestina?) que reúna a judíos, árabes y otros migrantes. Immanuel Wallerstein habla, en un artículo donde hace gala de nuevo de una increíble capacidad de síntesis, de "crónica de un suicidio anunciado".
Concluyo con el citado Shmuel Amir:
"La raíz del conflicto israelo-palestino era y sigue siendo hasta la fecha las relaciones entre el ocupante y el ocupado; el opresor y el oprimido; el colonizador y el indígena.
Al Estado de Israel le gustaría ver solamente palestinos derrotados en los territorios ocupados, palestinos que no se atrevan a levantar su cabeza contra el actual dominio sobre sus vidas. Aquellos que desean una paz verdadera y sostenible deben saber que el fin de la resistencia palestina y el comienzo de la paz sólo llegará cuando se elimine el colonialismo en todas sus formas."
Una lección que sirve también para sus valedores.
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(1) David Milliband, Ministro de Asuntos Exteriores, y posible candidato a primer ministro, publica en The Guardian un artículo-confesión en el que considera un error la Guerra contra el Terrorismo promovida desde Washington y asumida por el gobierno británico. Otro movimiento de fichas antes de la investidura de Barack Obama. Obsérvese que nada dice acerca de la legislación de excepción que se ha venido implantando. Su crítica se dirige más bien a la idea de un "terrorismo internacional" único al que enfrentarse, como si las acciones de Lashkar e-Toiba, Hizbulá y ETA obedecieran a los mismos móviles y como si estas organizaciones constituyeran una misma estructura. Un reconocimiento de que la fracasada cruzada neocon está perjudicando, más que beneficiando, los intereses del gobierno británico en el Medio Oriente.
Comentarios
Brillante artículo. Hay que decir lo que Israel es: un Estado colonial. Es algo que se dice demasiado poco. Lo que no entiendo es por qué en el título dices que es post-colonial. Lamentablemente no estamos todavía en ello. Israel manifiesta la brutalidad autosatisfecha y exterminista de los Estados coloniales tardíos como el fascista italiano en Etiopía o el nazi en Europa oriental. El sionismo, sobre todo después de 1948, es un colonialismo al cuadrado como el de los regímenes fascistas: un colonialismo que no disimula sus crímenes, sino que los exalta y afirma cínicamente estar haciendo "lo que los demás Estados europeos ya han hecho". Sin idealismos ni ideologías ilustradas. Más cerca del rey Leopoldo o de su reflejo literario conradiano que de Jules Ferry.
JD
Escrito por: Juan Domingo.2009/01/16 15:55:36.609000 GMT+1
No estamos en ello, Juan Domingo, por eso he puesto este título, más bien ligado a la última frase: "la paz sólo llegará cuando se elimine el colonialismo en todas sus formas."
En cualquier caso, el ejército francés en Argelia ha cometido crímenes equivalentes o peores que el ejército italiano en Etiopía, en parte porque la presencia de estos últimos fue mucho más limitada. Y el ejército británico, tres cuartos de lo mismo en sus respectivos dominios, desde Sudan a Iraq. No olvidemos que Winston Churchill recomendó gasear a los iraquíes allá por 1919 (lo que hace que la frase de Simone Weil sea aún más acertada):
"I am strongly in favour of using poisoned gas against uncivilised tribes. The moral effect should be so good that the loss of life should be reduced to a minimum. It is not necessary to use only the most deadly gasses: gasses can be used which cause great inconvenience and would spread a lively terror and yet would leave no serious permanent effects on most of those affected."
La lógica es no es tan diferente. Aunque sí es cierto que, hoy como ayer, unos exaltan y exhiben sus crímenes, y otros los disimulan.
Y de momento Israel cada vez se asemeja más a los primeros.Escrito por: Samuel.2009/01/16 17:53:49.972000 GMT+1
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