La propuesta de cambio de denominación más simbólica hacía referencia a la principal avenida de la ciudad, la Rambla del General Franco, conocida con este nombre desde el 5 de octubre de 1936, a las pocas semanas del golpe militar. Entonces no tardaron mucho en cambiar de nombre a la hasta entonces conocida como Rambla de 11 de febrero. La vía podría pasar a denominarse simplemente la Rambla, pero para ello no es necesario crear una comisión que dedique seis meses a este asunto. Mucho me temo que acabe ocurriendo lo que sucedió con la calle 18 de julio (antes calle República), que en otro golpe de humor acabaron nombrando Juan Pablo II al poco de fallecer el sumo pontífice.
La noticia me ha recordado aquella iniciativa que en su día llevaron a cabo las artistas-activistas Natalia Puyol y Mailén García, del colectivo NIM, protagonistas de una polémica con el Cabildo de Tenerife a propósito de unas postales con fuerte carga política con las que fueron premiadas por la propia institución en un concurso fotográfico. Las postales nunca fueron exhibidas.
Pues bien, una de las postales se titulaba Facha-das de Santa Cruz, y en ella se presentaban como limpiadoras de la ciudad. La página web en la que mostraban su obra ya no está activa. Me pregunto qué habrá sido de ellas.
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