Quilombo

Si hiciesen de este golpe de Estado una película, recomendaría como título "Aquí va a haber sangre", no por manido menos apropiado. ¿O es exagerado pensar que Honduras está al borde de la guerra civil? Y si lo está, ¿podría extenderse a otros países, dadas las tomas de posición de unos y otros? Todo esto aterra.

Al final se ha pasado de un pretendido "cambio de gobierno" al tipico golpe de estado "de toda la vida", represión y violencia...
Luego diran que es por "el bien" de Honduras...

O peor, dirán que lo hacen para evitar una dictadura.

Esta historia truculenta, que ya toma las trazas de golpe de estado de toda la vida por más agua pasada que pudiera parecer este modo de operar en el ámbito latinoamericano, nos lleva a otra pregunta. ¿Realmente no tiene la comunidad internacional más y más intimidantes recursos para cortar las alas a esa gente? ¿Es simple desidia, falta de voluntad o incluso consentimiento pasivo o hablamos de que todavía no hemos sido capaces de desarrollar los mecanismos disuasorios para una impedir el éxito de una toma del poder por la fuerza?  Vamos, que todo esto apesta y que mucho me temo que a trancas y barrancas y con mohínes para disimular de los estados occidentales, el golpe acabe legitimándose con el paso del tiempo mediante unas elecciones manipuladas.

Lo que pasa es que todas las dictaduras se justifican hoy afirmando que son medios para combatir una dictadura peor y restablecer la democracia. La única forma de legitimación del Estado capitalista es la democrática, tanto para sus formas normales como para sus formas de excepción.

La representación da mucho de sí. Nosotros tuvimos hace unas décadas una democracia orgánica y Carl Schmitt llegó a pretender que Hitler era la máxima encarnación de un principio democrático no liberal. El Estado moderno se basa en la representación y esta puede tener muchas formas, desde el parlamento al individuo carismático. En cualquier caso, de lo que se trata es de representar/sustituir a la multitud real mediante la "representación popular.

Los golpistas hondureños se inscriben, pues, en esta misma tradición que puede tomar por lema el del Leviatán de Hobbes: "The King IS the people".

En efecto, Juan Domingo. No hay golpe de estado que no se base en la Constitución (incluyendo nuestro 23-F) ni dictadura que no pretenda representar al pueblo. Con frecuencia la distinción entre dictadura y democracia (entre régimen y gobierno) sólo tiene sentido en función de si el objeto de análisis es de nuestro agrado o no, y siempre desde la perspectiva del Estado, sin tener en cuenta en absoluto a las multitudes.

En cuanto a la forma de intervención de otros Estados, Alexandre, creo que depende en gran medida de la actitud del gobierno de los Estados Unidos, donde parece que hay divisiones internas en este asunto. El error de Micheletti y compañía, como el del georgiano Saakashvili, ha sido el de querer forzar una situación de hecho con malos modos y contando sólo con el apoyo de sectores conservadores estadounidenses, pero sin garantizarse el apoyo explícito y directo del gobierno norteamericano. Honduras y Georgia no son Israel.

Diferente hubiese sido el caso de una solución haitiana. En Haití sí hubo un golpe patrocinado por Estados Unidos y Francia con expulsión del presidente electo y estabilización posterior liderada por...Brasil (con bandera de la ONU). Ahora Brasil se ha inclinado del lado de los países del ALBA, del que Honduras forma parte.