2011/02/01 15:54:14.507000 GMT+1
Del revés
Mapamundi dibujado por el ceutí Mohamed Al-Idrisi (siglo XI). El sur aparece en la parte superior del mapa. La imagen es una copia realizada por al-Qâsimî en El Cairo en 1456. Actualmente en la Bodleian Library, Oxford, Reino Unido.
El mundo dejó de estar del revés, y hoy gira en torno a ciudades africanas como Alexandría, Suez, El Cairo y Túnez. Los emperadores aparecen desnudos y huyen despavoridos o se esconden detrás del ejército. En Egipto los ciudadanos hacen cargas contra la policía, protegen la herencia cultural y mantienen la seguridad por medio de comités populares. Los toques de queda simplemente son señales que permiten quedar y congregarse.
En la mejor refutación de Hobbes que uno pueda encontrar, quien genera el caos no son las multitudes, sino el propio Estado: es la policía la que, tanto en Túnez como en Egipto, saquea y provoca inseguridad para legitimar la represión. No han dejado de torturar, pero ya no inspiran terror, sólo desprecio. El poder se descompone desde dentro, en un proceso de putrefacción estimulado por la acción de los ciudadanos. Para sobrevivir, el Estado interrumpe los flujos sanguíneos del sistema: ordena cerrar internet y las comunicaciones por teléfono móvil, a lo que en Egipto se añade el bloqueo de las carreteras y la suspensión del tráfico ferroviario. Pero al hacerlo acelera aquello que prentende evitar. Todo esfuerzo es en vano: las multitudes pronto encuentran alternativas para mantener la comunicación, cientos de miles de ciudadanos consiguen llegar a los centros de la protesta. Tunecinos y egipcios celebran haber descubierto un poder que ignoraban que tenían, mientras comparten la misma indignación, el mismo entusiasmo, la misma alegría carnavalesca. Eran y son libres. El asombrado corresponsal del diario argelino Liberté describía la situación en Túnez con estas palabras:
"Los tunecinos se transformaron, con una revuelta, en analistas políticos, después de haber sido durante tanto tiempo analistas deportivos. En todas partes, todo el mundo habla en voz alta de política, de corrupción. El viento de libertad que sopla sobre Túnez ha dado alas a todo el mundo. El ambiente recuerda al de la época de Woodstock."
1968, 1989, 2011. Sin duda, esta riada nos trae sedimentos de revoluciones pasadas. Pero debemos intentar comprender el agua nueva que la impulsa. La revolución es urbana. Mientras militares y servicios secretos occidentales dedicaban su tiempo a peinar el Sahel tras los nuevos bandidos del desierto, resulta que el enemigo se agazapaba más al norte, donde resulta más temible: en el propio tejido ciudadano. La revolución también revela las contradicciones del capitalismo cognitivo, con millones de jóvenes precarios o en paro, hipercomunicativos, creativos sin derechos de autor, con una formación de la que carecían sus padres y que ven bloqueadas sus aspiraciones. Dejemos de lado absurdas polémicas. Quienes más escriben a favor o en contra de las redes sociales, de internet, pertenecen a la generación que tuvo que adaptarse a una nueva realidad -muchos siguen sin entenderla-, mientras que para los jóvenes que primero se rebelaron por la inmolación de Mohamed Bouzizi o por la tortura y asesinato de Khaled Said todo ello forma parte natural de sus vidas cotidianas. Del mismo modo que los bolcheviques usaron el telégrafo y el teléfono para comunicarse entre ellos.
Sharif Abdel Kouddous relataba ayer en Democracy Now!:
"Realmente hay un increíble sentimiento de comunidad ahora, de gente que se reúne. Nunca he visto Egipto de esta manera. La gente está recogiendo la basura en la plaza Tahrir. Se reparten comida. Se ayudan los unos a los otros."
Hombres y mujeres abrazan a los soldados, que hasta ahora apenas han intervenido en el control directo de la revuelta, pero para que se hagan pueblo. Es una manera de apropiarse de las armas, de arrebatárselas al régimen. Pero la función del ejército no es la misma en Túnez, que cuenta con apenas dos mil soldados frente a ciento sesenta mil policías, que en Egipto, donde conforma una potente maquinaria bien engrasada por la financiación estadounidense. Desde Nasser el ejército ha sido el principal protagonista de los momentos de cambio, aunque es cierto que Mubarak reforzó un aparato policial que hoy rivaliza con aquél. Hasta hoy. No podemos ignorar el hecho de que el papel de las fuerzas de seguridad en Egipto -todas ellas- es actualmente el del mantenimiento del status quo estadounidense en la región. El general israelí Amos Gilad lo explicó muy bien durante una reunión cuatripartita con Estados Unidos y la Autoridad Palestina, celebrada en 2007 y revelada por Al Yazira hace poco: "Siempre creí en la habilidad del Servicio de Inteligencia Egipcio (GIS). Mantiene el orden y la seguridad sobre 70 millones de personas – 20 millones en una sola ciudad –, lo cual es un gran logro por el cual merecen una medalla. Es el mejor activo que tenemos en el Medio Oriente." Su principal responsable, Omar Suleiman, artista de la tortura y colaborador en el cerco israelí a Gaza, fue nombrado vicepresidente por Hosni Mubarak, presidente en apuros. Una opción que ya había barajado en 2005 pero que ahora se ha visto obligado a materializar, presionado por Estados Unidos. De momento es difícil saber qué se está cociendo en el seno del ejército, o entre esta institución y los servicios secretos.
Con el fin del mundo del revés, es todo un orden el que se desmorona: el que Estados Unidos e Israel intentaban preservar en el Medio Oriente, con la colaboración de la Unión Europea, y el que intentaban construir en el norte de África. Aquí tenemos que recordar otra oleada revolucionaria: la que entre los años 1998-2005 cambió el mapa de Sudamérica. Un lento proceso que nos recuerda que esto es sólo el principio. Sí, los árabes protestan por sus condiciones económicas y políticas en casi todos los países, desde Marruecos hasta Yemen. También lo hicieron los iraníes en 2008. Pero es precisamente en los regímenes apuntalados por los países occidentales donde las revueltas han sido más fuertes y radicales, y los gobiernos, más débiles. En Irán no llegó a derrumbarse el sistema. En Sudán de momento las protestas, más reducidas, se limitan a la capital, Jartún, mientras el gobierno intenta digerir la secesión consensuada del sur. Con más fuerza, en Yemen se manifestaron los opositores a Abdulá Saleh, pero también sus partidarios. En Jordania las protestas callejeras, que aliaron a islamistas y comunistas, lograron en cambio la dimisión del primer ministro Samir Rifai (sin que sin embargo se cuestione la monarquía). Mientras, un aliado sui generis como Argelia, entre revueltas continuas y una tensa espera, con el recuerdo cercano de la violencia extrema, representa otra historia, aunque los argelinos sean receptivos a la alegría egipcia y parezca que hayan olvidado las manipulaciones nacionalistas que atizaron el enfrentamiento futbolístico hace tan sólo un par de años.
El rechazo de Hosni Mubarak en Egipto, como el de Ben Ali en Túnez, es también el del orden que representan, lo cual debería interpelarnos: no podemos limitarnos a pedir a los principales valedores de regímenes policiales que apoyen al pueblo egipcio. La revuelta egipcia comenzó el 25 de enero, cuando el día Nacional de la Policía fue rebautizado por el pueblo como día de la ira. Ese día conmemora la muerte de cincuenta policías a manos del ejército británico, cuando rechazaron entregar sus armas y evacuar la comisaría de Ismailiya en 1952. El 25 de enero tiene por tanto un fuerte significado anticolonial. La policía luego se corrompió y pasó a ser el brazo ejecutor de un Estado represor que invirtió aquel significado originario. Continuar con lo empezado en 1952 implica romper con la mirada complaciente y condescendiente que nos divide entre "ellos" y "nosotros": "ellos" solo quieren ser como "nosotros". Para esto sólo se necesitan las técnicas de embalsamamiento que recomiendan Clinton o Ashton: ampliar la participación de fuerzas políticas en el gobierno ("broad based government") y mejorar los mecanismos de representación.
Todo lo contrario de lo que millones de personas han estado haciendo durante estos días, desde Sidi Bouzid hasta la plaza de Tahrir, con el apoyo, en todo el mundo, de otros muchos millones.
Escrito por: Samuel.2011/02/01 15:54:14.507000 GMT+1
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Comentarios
Escrito por: Luis.2011/02/01 18:46:16.946000 GMT+1
http://eltransito.me
Yo creo que al margen de la dirección que toman después y de lo que queda de ellos (ojalá sea mucho y buen) estos momentos de convulsión liberadora liberan pequeños tsunamis que cambian el mundo, son como las Zonas Temporalemente Autónomas de Hakim Bay saliendo al primer plano. La pregunta ante el ejemplo de 2011 es ¿Qué coño pasa por estos lares?
Escrito por: Luis.2011/02/01 18:48:27.870000 GMT+1
http://eltransito.me
Tu última pregunta era lo que se preguntaban muchos árabes hasta hace muy poquito. Así que nunca se sabe. Tenemos la tendencia a pensar que todo tiene que empezar aquí (mayo del 68 habría "empezado" en París), pero lo cierto es que en los últimos años las tornas se han invertido, como insinúo en esta entrada.
En Europa una dificultad es la fuerte segmentación nacional y laboral, alentada desde las instituciones. Si en París, Madrid o Barcelona muere un (descendiente de) tunecino, argelino o un egipcio, desgraciadamente serán solo "los suyos" los que protesten. En Francia en 2005 se rebelaron franceses de origen magrebí y negroafricano que comparten la misma situación de exclusión, pero no pasó de ahí.
En España las torturas policiales pueden soliviantar a amplias franjas de la población en Euskadi, pero poco más.
Si en estos días en Egipto sus líneas de demarcación (religiosa y social) se han desdibujado, en España y en otros países europeos debería ocurrir algo parecido para que se alcancen semejantes dimensiones.
Un abrazo.
Escrito por: Samuel.2011/02/01 19:03:53.763000 GMT+1
www.javierortiz.net/voz/samuel
Escrito por: Juan Domingo.2011/02/01 21:17:55.991000 GMT+1
iohannesmaurus.blogspot.com
http://observadorsubjetivo.blogspot.com/2011/02/cambiar-para-que-nada-cambie.html
Escrito por: observador subjetivo.2011/02/01 23:12:56.089000 GMT+1
http://observadorsubjetivo.blogspot.com
Escrito por: Alberto.2011/02/02 00:45:8.446000 GMT+1
a proposito de los hechos relatados en este articulo,(estupendo Q.gracias), Aristoteles, su Ética y su áurea mediócritas, el ponderado termino medio,el gris,que en mi pueblo traducen como "mas vale pajaro en mano que ciento volando".Pues bien ese pequeño pajarito que es lo unico que nos va quedando lo agarramos como si al soltarlo lo perdieramos para siempre, sin darnos cuenta en nuestro conformismo y mediocridad que si abrimos la mano y utilizamos las dos mias + las dos tuyas podremos coger con red todos los pajaros que se nos pongan por delante.Esto lo supimos una vez, cuando no teniamos nada que perder, pero .... nos pusieron un pajaro en la mano y se nos acabó el valor. El mundo arabe nos lo recuerda hoy y babeamos de nostalgica envidia.
Escrito por: flamboyan.2011/02/02 12:33:29.533000 GMT+1
Escrito por: samuyeah.2011/02/02 15:45:21.846000 GMT+1
Estos vídeos no tienen desperdicio y se debaten precisamente posturas que sostenemos muchos por aquí.
Escrito por: samuyeah.2011/02/02 15:47:14.950000 GMT+1
Sobre la posición pesimista (que puede llegar a ser cínica) expresada por observadorsubjetivo o samuyeah, pienso que cuando pase el tiempo no tendremos derecho a despreciar o a minusvalorar estos acontecimientos porque no hayan conducido a un glorioso Final de la Historia. Hay un algo que está comenzando, o mejor, que están comenzando, pero que depende de otro algo increíble que ya se ha hecho y con el que ni soñamos que pueda producirse en otros lugares -celtibéricos o archipielágicos-. El espectro de la "maldición de Termidor" está ahí, pero esa es un problema político que nunca podremos quitarnos de encima.
Sobre mayo del 68, todos mis respetos para los argelinos que la anticiparon desde el fondo del Sena, para los estudiantes que desenmascararon la Arcadia feliz del General De Gaulle, para los muertos de la plaza de Tlatelolco, para los italianos que renovaron un marxismo petrificado por el dogmatismo. Se conquistaron espacios de autonomía y libertades, y no tiene sentido argumentar que sin el 68 se habría conseguido "acabar" con el capitalismo. No se "acaba" de un plumazo con un modo de producción, éste evoluciona desde dentro.
Estamos siendo testigos de rebeliones "puras y duras", que solo pueden producirse en el mundo globalizado, que es el que hay. En Egipto de momento la posición del ejército es de calculada ambigüedad: primero porque es el último bastión de legitimidad que le queda al Estado egipcio (por su pasado anticolonial) y segundo porque sus generales saben que un enfrentamiento directo con los manifestantes conllevaría una fractura interna y una posible guerra civil (como en Argelia). Mientras, Estados Unidos, Israel y la UE buscan una transición controlada desde arriba, con ayuda de los conversos de última hora. Por supuesto, su ideal sería el de que se acaben desarrollando sociedades que consuman (y no copien) sus productos, que protejan su propiedad (especialmente la intelectual), y faciliten el suministro energético, con bipartidismos parlamentarios que contente a las diversas oligarquías. Falta ver que consigan evitar que no se desmorone del todo su precioso castillo de naipes, tras los descalabros iraquí y afgano.
Más interesante ha sido la actitud -tardía, ojo- de Google o la del propio Facebook (que por una vez no ha censurado perfiles problemáticos): representan ese capitalismo cognitivo que han mantenido una actitud muy diferente a la de Vodafone (empresa de telecomunicaciones pero con un "modelo de negocio" -horrible expresión- más propio del capitalismo industrial). Las primeras explotan directamente la cooperación social productiva (cuyo valor se mide en bolsa) y saben que para se produzca es necesario que haya libertad. Al menos, una libertad por y para el capital, nada que ver con lo común. Esto explica los aplausos de instituciones como el Financial Times. Son los pescadores que desean pescar en el río revuelto. Aunque por ahora se encuentren con una riada imposible de controlar.
Salud!
Escrito por: Samuel.2011/02/02 17:26:11.518000 GMT+1
www.javierortiz.net/voz/samuel
Escrito por: Samuel.2011/02/02 17:31:23.954000 GMT+1
www.javierortiz.net/voz/samuel
Pues a mí más que las funestas consecuencias a las que puede llegar una revolución, me preocupan las funestas consecuencias de que no haya revolucíones. Al menos cuando algo se mueve decimos que está vivo.
¿Qué lo mueven intereses oscuros para sus propios planes? Puede, pero de un estallido social puede salir cualquier cosa (que se lo cuenten a los intelignetes planificadores que tanto apoyaron a los talibanes frente a los soviéticos).
Muchas veces el corto placismo tan capitalista les sale caro a largo plazo a los mismos que se beneficiaron de él...
Escrito por: jesus cutillas.2011/02/04 14:17:35.810000 GMT+1