Durante el último año se han sucedido las protestas populares en todo el mundo como consecuencia del incremento del precio de los alimentos básicos, y especialmente de los cereales como el trigo, el arroz, el maíz, la soja... En África se han producido disturbios desde Dakar hasta Maputo, pasando por Yaundé. También ha habido protestas en México, en Haití. Y parece que es sólo el principio. Economistas como Paul Krugman piensan que la era de la "comida barata", como la del "petróleo barato", puede que haya llegado a su fin. Y ambos factores parecen estrechamente relacionados. La industria agroalimenticia es una fuerte consumidora de energía, sobre todo si incluimos el transporte. Ya no son sólo los ecologistas o los teóricos del pico del petróleo los que denuncian esta situación.
El 25 de febrero de 2008 el precio del trigo tuvo el mayor incremento que se haya registrado nunca en un sólo día, un 25 %, como consecuencia de los derechos de exportación aprobados por Kazakhstán, un importante exportador de trigo. Un mes antes lo había hecho China.
El precio del trigo sube, y sube...(2006-2007).
Detrás del conflicto en torno a la (re)distribución de la renta sojera -a falta de una menguante renta petrolera- se encuentra el fenómeno de la "sojización", que ha transformado radicalmente la realidad agrícola en Argentina. Se trata de un fenómeno iniciado bajo el menemismo pero que ha continuado bajo el kirchnerismo gracias, entre otras cosas, al mantenimiento de un peso devaluado con respecto al dólar (lo que en Argentina llaman un dólar alto) y a unos elevados precios internacionales por la fuerte demanda europea (de nuestras vacas sobre todo) y especialmente de China. Argentina es el primer exportador mundial de derivados de soja y el tercer exportador de granos de soja. Al término de la temporada 2007/2008 se espera que Argentina haya exportado más de 47 millones de toneladas de soja.
La soja transgénica aporta divisas al país y sustanciosos ingresos fiscales al Estado. Pero sobre todo la soja ha traído consigo una fuerte concentración de capital en los eslabones clave de la cadena productiva. Las semillas son de Monsanto, la producción está en manos de grandes productores y pooles de siembra, y las exportaciones son cosa de unas pocas grandes empresas, transnacionales y argentinas. Por cierto, que ni Monsanto ni los grandes exportadores han rechistado durante la reciente crisis argentina.
Las consecuencias sociales y ambientales de la "sojización" han sido desastrosas: desde 1991 la extensión del cultivo de soja ha provocado la expulsión de miles de campesinos (el 33 % de la población rural), la deforestación masiva, y el empobrecimiento acelerado de los suelos por el uso del herbicida glifosato (la soja se ha modificado genéticamente para resistir este herbicida inventado por Monsanto). El llamado "desierto verde" ha pasado en 10 años de 5 a 16 millones de hectáreas.
Pequeñas organizaciones campesinas como el Grupo de Reflexión Rural o grandes movimientos como el MST brasileño consideran que el modelo de agronegocio exportador que se ha ido extendiendo por Suramérica debe ser el enemigo a batir. Constituye un error pensar que se trata simplemente de un enfrentamiento entre un gobierno progresista que sólo pretende redistribuir la renta agraria y la oligarquía latifundista que ha provocado el cierre patronal. No es sólo la soja en Argentina, Brasil o Paraguay. Son también los monocultivos de eucalipto para la producción industrial de pasta de celulosa en Uruguay o la producción de bioetanol brasileño a partir de la caña de azúcar y de biodiesel a partir de la soja argentina.
El gobierno argentino, lejos de proponer un cambio de rumbo, trata de promover los biocombustibles aplicando, por ejemplo, menores retenciones. Siembra así la semilla de futuros conflictos.
Efectos del herbicida glifosato en especies vegetales no adaptadas genéticamente. A la larga el efecto en los suelos es similar. Pampa argentina, proximidades de Tandil. Foto: Samuel
Comentarios
Estamos ante una monstruosidad de dimensiones colosales. La aplicación capitalista de los avances biotecnológicos en beneficio de unos pocos ya ha sumido, desde hace décadas, a cientos de millones de personas en la indigencia sin esperanza, y ha destrozado, tal vez sin remedio, muchos ecosistemas que mal que bien han ido dando alimento a las personas y animales que vivían en ellos desde el principio de los tiempos. Es así de grave.
Escrito por: Belén.2008/04/09 08:51:5.781000 GMT+2
http://www.elportaldebelen.info/
Muy buen artículo.
lo grave sin embargo a mi juicio es en gran medida la poca importancia que la gente otorga al tema en cuanto a su participación. me refiero a que no existen sudamérica, todavía, un consumidor responsable. No hay nadie que haga una evaluación de la empresa a la que está comprando lo que sea. Esto permite que los modelos económicos basados sólo en el margen y no en el marketing se expanda y este modelo es grave pues insentiva la irresponsabilidad tanto empresarial como política.
Escrito por: satiriko.2008/10/07 15:42:59.465000 GMT+2