El azar quiso que durante la misma sesión plenaria del Parlamento Europeo coincidieran dos tomas de posiciones: por un lado, la mayoría de los eurodiputados rechazó una enmienda que proponía que como regla general viajasen en turista si querían que se les reembolsase el precio del vuelo; luego, esas mismas señorías guardaron un minuto de silencio por los migrantes africanos ahogados en aguas mediterráneas al huir de la guerra en Libia.
El empecinamiento por volar en clase business desató una fuerte indignación en Espana, que se ha expresado básicamente por internet. El razonamiento dominante coincide con el esgrimido por los eurodiputados de verdes y de izquierda: cómo van a exigirse ajustes o recortes en el gasto público mientras se mantienen semejantes privilegios. Desgraciadamente, la manera en que se ha planteado el problema asume una falacia como dogma de fe: la reducción indiscriminada del gasto público forma parte de la "solución" de la crisis económica. Lo rechazable, en cambio, es la pretensión de los eurodiputados de mostrarse como algo más que los ciudadanos que dicen representar, violentando con ello el principio democrático que les permite ejercer su trabajo.
Quienes rehúsan verse como iguales a la mayoría de sus representados también mostraron sus lágrimas de cocodrilo por las últimas víctimas de nuestras políticas migratorias. A lo más que llegaron algunos fue a proponer la acogida de los migrantes procedentes de Libia como refugiados mediante un "mecanismo de emergencia" y su distribución entre los distintos Estados miembros, algo que los gobiernos europeos rechazan. Una solución excepcional para un "problema" puntual. Sin embargo, las estadísticas de la última década nos indican que los fallecimientos en aguas mediterráneas exceden con creces los centenares de fallecidos de este año. Personas que podrían haber comprado un billete de avión en clase turista pero que nunca obtendrán un visado tienen que pagar pasadores clandestinos para poder salir de su país de manera extremadamente precaria e indigna.
La pregunta que cabe hacerse es por qué a buena parte de los senegaleses, guineanos, marroquíes, saharauis o o argelinos prácticamente se les impide volar a territorio europeo no ya en primera clase sino en turista, incluso aunque puedan pagárselo. Los eurodiputados, con su acto de soberbia, y sus representados, con su indiferencia, nos han dado la respuesta.
Comentarios
Escrito por: jesus cutillas.2011/04/08 12:10:43.095000 GMT+2
Escrito por: Juan Domingo.2011/04/08 18:25:57.937000 GMT+2
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