Tras la tragedia de Lampedusa, Beppe Grillo ha despejado cualquier duda que podía tener uno acerca de sus posiciones con respecto a la inmigración. Hace unos días desautorizó a dos senadores de su Movimiento 5 Estrellas, por haber propuesto la despenalización de la inmigración irregular en Italia sin consultar con el partido que no se considera tal. "Si durante las elecciones hubiéramos propuesto abolir el delito de clandestinidad, habríamos conseguido porcentajes de prefijo telefónico", escribió en su blog. Grillo afirma que "la enmienda [de los senadores de su movimiento] representa una invitación a los clandestinos a embarcarse hacia Italia. El mensaje que recibirán es: ‘la clandestinidad no es delito’". Grillo concluía preguntándose: "¿Cuántos clandestinos estamos en condiciones de acoger cuando un italiano sobre ocho no tiene para comer?".
Declaraciones como éstas han provocado tales divisiones dentro del M5S que Beppe Grillo se ha visto obligado a escribir de nuevo sobre el tema. Y lo hace de manera más confusa pero sin alterar su razonamiento básico. Por mucho que se queje de que la inmigración sea un tema "tabú" -no es la primera vez- manipulado por la partitocracia, sus conclusiones no se alejan de la situación que aquélla mantiene. Para Grillo, una legislación que no penalizara la inmigración irregular ("clandestina") sería "autolesiva para los italianos e irrespetuosa con las futuras condiciones de vida de los clandestinos". Grillo ve la paja de la hipocresía en los ojos ajenos -real, por otra parte- y no la viga en el propio. En lugar de plantearse la abolición de la clandestinidad, prefiere que se mantenga el dispositivo represivo que la agrava con el argumento de que es por el bien de los italianos pero también de los excluidos (cosa que por otro lado se ha hecho también desde la izquierda sobre la base de una aplicación errónea del concepto de "ejército de reserva"). Y remacha esta lógica con la peor de las excusas, la de que el M5S, con sus mecanismos de democracia "directa", no hace sino reflejar la opinión mayoritaria de los italianos, sin pretender cambiarla.
Estas bufonadas, que acercan Grillo a Bossi, no hacen ninguna gracia. La inmigración no es un asunto que se esté usando "para desestabilizar Italia", como dice. Las migraciones sí desestabilizan, en cambio, los sistemas oligárquicos de segregación realmente existentes. Es una piedra de toque que nos permite conocer quiénes apuestan por una radicalización de la democracia y quiénes la confunden con un mecanismo que asigna recursos y privilegios en favor de quienes, por alguna razón, se creen mejores que el resto.
2013/10/19 20:01:6.467000 GMT+2
Beppe cogiendo grillos
Escrito por: Samuel.2013/10/19 20:01:6.467000 GMT+2
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