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2008/06/22 10:38:21.856000 GMT+2

Ambigüedades constitucionales

Propuesta de bandera para la Unión Europea, diseñada por el arquitecto holandés Rem Koolhass. Curioso intento de reflejar la multiplicidad europea, irreducible a la soberanía nacional, que se asemeja mucho a la wiphala andina.

Semanas después del No francés a la Constitución europea, un No que -como el irlandés- fue inevitablemente plural y diverso, el filósofo esloveno Slavoj Zizek se preguntaba en Le Monde: "¿quién va a apropiarse de este "no"? Esto es mucho más importante que el referendo en sí".

Tres años después, podemos confirmar que desde luego no han sido los movimientos más democráticos. Las banderas de ATTAC que se agitaron la noche del 29 de mayo de 2005 en la plaza de la Bastilla representaron un espejismo. Lo cual debería hacer(nos) pensar a los críticos de la Europa del capital, para no caer en una lamentable autocomplacencia: la de quien se cree cumplir con un deber militante al reivindicar una Europa "alternativa" cada vez que se despierta ante una nueva directiva o tratado, pero que mientras tanto apenas ha pensado Europa políticamente, como espacio de acción y de lucha políticas, en vez de como una entidad burocrática situada en Bruselas a la que enfrentarse cada cierto tiempo.

Porque si en algo coinciden los proponentes del sí y los promotores del no a los últimos tratados europeos (Constitución, Tratado de Lisboa) es en el fetichismo constitucional: reducir todo horizonte político a los tratados que se someten (o no) a referendo.   

Quienes rechazan la construcción europea realmente existente denuncian –con razón- el catastrofismo de quienes pretenden que se apruebe a toda costa el correspondiente tratado de reforma. Y es cierto, la vida continúa aunque no se apruebe el Tratado de Lisboa. Pero los mismos críticos hacen gala de una actitud similar cuando piensan que la aprobación del Tratado significa forzosamente más neoliberalismo, menos libertades, más precariedad y menos Welfare, deriva que se produce al margen de lo que diga cualquier texto.

Lo que los movimientos opositores a la Europa del capital no acaban de plantearse es una pregunta muy pertinente: ¿permite la no adopción de la Constitución, o del Tratado de Lisboa, preservar de alguna manera nuestras libertades o determinadas garantías sociales? La experiencia de los últimos tres años nos indica que no.  

El No a la Constitución, lo quieran o no sus críticos (entre los que me cuento), supuso un Sí al intergubernamentalismo de Niza y al neoliberalismo de Maastricht. Lisboa representa una solución institucional de urgencia a la crisis política que implica mantener la estructura actual en una Europa ampliada. La política europea se ha vuelto menos federal y más nacionalista, pero sin que ello haya garantizado derechos sociales y libertades. No nos engañemos: directivas como la de retorno o como la que permite a los Estados incrementar la jornada laboral traducen presiones diversas de los Estados miembros (España o Francia, en el primer caso; Reino Unido, en el segundo). Que algunos despistados se quejen de que la "primera reacción [de las clases dirigentes europeas] ante el resultado irlandés no ha sido proponer (...) un mayor control de los paraísos fiscales", cuando precisamente el rechazo a la armonización fiscal es una de las razones por las que más de uno votó No en ese país, nos indica que no basta con repetir la misma cantinela que en 1992.

La Europa que comenzó a construirse a finales de los años cincuenta, se hizo a espaldas de los trabajadores y de la izquierda. Construir "otra Europa" más democrática obliga a los trabajadores de hoy, tanto a los estratos industriales del proletariado como al nuevo proletariado cognitivo y móvil a no limitar su perspectiva política al ámbito nacional o local. La insistencia por bloquear, controlar y estigmatizar el trabajo migrante expresa el intento de las clases dirigentes por impedir la construcción de un interés común. Es aquí donde hay que empezar, lo que precede a cualquier texto constitucional formal. Esta constitución material es la que hace tiempo que debería centrar el debate.

Escrito por: Samuel.2008/06/22 10:38:21.856000 GMT+2
Etiquetas: unión-europea constitución nacionalismo federalismo movimientos-sociales | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (1)

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