Aparecido en Público el 15 de abril de 2016.
Kaur Kender (Tartus, 1971) debutó como escritor en 1998 con la novela Iseseisvuspäev (El día de la independencia), que le hizo popular en su país, Estonia. Kender no es ajeno a la polémica –ha descrito a Alexander Pushkin como el Tupac Shakur de la literatura rusa– pero Untitled 12 le ha valido un proceso que podría terminar incluso con una condena a prisión, según su autor probablemente como castigo a sus críticas al gobierno estonio, cuyas políticas critica frecuentemente desde el portal Nihilist.fm. “El próximo libro será cincuenta veces peor”, avisa.
Pregunta: Untitled 12 apareció recientemente en inglés en formato e-book. No es desde luego una lectura fácil. Debido a sus escenas de sexo y violencia, William Burroughs y el Marqués de Sade vienen a la mente. ¿Qué quería explorar con este libro?
Respuesta: Gracias por la comparación. Estos dos caballeros fueron una gran inspiración para mí. Quería escribir algo que incluso a De Sade le pareciese descabellado. De Burroughs también aprendí mucho, de su valor para hablar de los desclasados, de los pervertidos, de los adictos.
¿Por qué nos preocupa el arte? Creo que los escritores de ficción sólo deberíamos escribir cosas que las revistas para toda la familia no pudiesen publicar. Cada obra literaria de interés, al menos para mí, fue controvertida en el momento de su publicación. Un escritor debería explorar las cosas que son impensables, inimaginables. Torturar el lenguaje para hacerle decir cosas que no se tenía idea que pudiese decir. Y, por supuesto, todo es sátira y juego al final. Incluso la obra más horrible de la literatura se convierte en su propia autoparodia tras una segunda o tercera lectura. El shock y el horror son como la sorpresa: dejan de funcionar en un texto literario una vez te das cuenta de que se trata únicamente de negro sobre blanco.
Leer más: «Estonia se está convirtiendo en un estado fascistoide» (enlace a Público).
Comentar