Publicado en El Estado Mental el 12 de noviembrel de 2015.
“La sociedad de consumo es una forma suave de Estado policial. Creemos tener la capacidad de elegir, pero todo es obligatorio. Tenemos que seguir comprando o fracasamos como ciudadanos. El consumismo crea enormes necesidades inconscientes que sólo el fascismo puede satisfacer.” De las distopías de J. G. Ballard se ha dicho que son proféticas. Adjetivo sobrero, pues se tratan, en parte, de ensayos en forma de relato de ficción, ¿y acaso no busca toda distopía ser una radiografía de nuestro presente? Ballard escribió Kingdom Come en el año 2006. En la novela, una suerte de movimiento neofascista se incuba en un mall center en el extrarradio de Londres. Los integrantes de este movimiento, que nunca llega a tener un nombre, visten camisas con la cruz de San Jorge y enarbolan la bandera de Inglaterra, tres años antes de que se la apropiase en la vida real la English Defence League (EDL), la organización nacionalista que convoca regularmente protestas contra la inmigración y la apertura de nuevas mezquitas en Reino Unido. Lo que hace interesante este libro, leído hoy, es precisamente que Ballard en cierto modo pronosticó el auge de movimientos como la EDL, el Tea Party en EE. UU. o PEGIDA en Alemania.
Leer más: El nuevo nuevo fascismo.
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