La polemología nos ha enseñado que una de las más frecuentes causas de guerra en la historia de la humanidad ha sido la lucha por recursos escasos o limitados. Ya la mitología mediterránea narraba la guerra entre romanos y sabinos a causa de la escasez de mujeres en la naciente Roma. En épocas históricas, los pueblos y las naciones han combatido, de modo nada mitológico sino muy real, por el oro y la plata, por los esclavos, ciertos productos agrícolas, minerales raros, combustibles fósiles... etc.
Sin embargo, existe un recurso que parece ser un don inagotable de la naturaleza pero que, en un futuro inmediato, tiene muchas probabilidades de convertirse en causa de graves enfrentamientos: el agua.
El Instituto de Recursos Mundiales (World Resources Institute) es una ONG internacional de investigación que estudia cómo utilizar de modo sostenible los recursos de la naturaleza. Analiza siete sectores: el clima, las energías no contaminantes, la seguridad alimentaria, el agua, los bosques, las ciudades y los océanos. Tiene oficinas en más de 50 países de todos los continentes (no en España), donde trabajan más de 700 personas para mejorar las condiciones de vida de la humanidad.
El pasado 6 de agosto, el Instituto ha hecho público un informe titulado "Diecisiete países, donde habita una cuarta parte de la población mundial, sufren una muy grave penuria de agua" (17 Countries, Home to One-Quarter of the World's Population, Face Extremely High Water Stress).
En esos países, la agricultura, la industria y las poblaciones consumen anualmente más del 80% de sus recursos hídricos. Pero en otros 44 países (de los 169 estudiados), donde habita una tercera parte de la población mundial, se consume más del 40%. De este modo, cualquier brusca alteración climatológica puede llevar al llamado "Día cero", en el que ya no queden reservas de agua en una ciudad. (La sudafricana Ciudad de El Cabo y Chennai, en India, se acercaron a este límite en 2018, y Roma tuvo que racionar el agua en agosto de 2017). En el mapa que se acompaña se observa cómo una gran parte de España se halla incluida en ambos grupos.
La escasez del agua es una grave amenaza para la vida humana, para la subsistencia de los pueblos y para la estabilidad económica. Y provoca altos índices de emigración. La región más afectada, como se observa en el mapa, es la formada por Oriente Medio y África del Norte. En ella se encuentran 12 de los 17 países en mayor peligro y el Banco Mundial prevé que el PNB podrá descender hasta un 14% de hoy a 2050. India no le va a la zaga, ocupa el 13º lugar, pero alberga el triple de población que los otros 16 países de la misma categoría.
España se halla globalmente en el 28º puesto de penuria de agua (en la lista de 164 Estados), aunque sus diversas regiones hidrológicas, estudiadas por separado tienen, como se observa en el mapa, distintos grados de penuria.
Aunque los estudios del Instituto están encaminados a buscar modos de reducir la escasez de agua (racionalizar el riego agrícola, tratamiento, reutilización y regeneración de aguas residuales, etc.), lo que debe preocupar a los analistas políticos y a los gobernantes es la conflictividad inherente a la carencia de agua, que puede inducir a la guerra.
No en vano el país que ocupa el segundo puesto en la lista es Israel, y sabida es su agresividad contra el pueblo palestino sobre el uso de los recursos hídricos del valle del Jordán. El mismo título del informe citado nos hace ver que esos 17 países en máximo riesgo de penuria de agua constituyen la zona que concentra el mayor número de enfrentamientos bélicos de los últimos años. Si a esto se suma el, por ahora, imparable desastre climático con el consiguiente aumento de la temperatura global, no es exagerado concluir que la lucha por el agua pasará al primer plano de las relaciones internacionales.
Publicado en República de las ideas el 29 de agosto de 2019
Comentarios
El agua, ese bien natural necesario para la vida humana y de este Planeta Tierra se va a ir convirtiendo en un recurso escaso. Ello lo podemos apreciar en muchos pueblos y en sus términos agrícolas de olivares en este año de la previsible nefasta cosecha de aceite que se avecina, algo que repercutirá en las desiguales rentas económicas de las diversas familias, las de pequeños, medianos y grandes propietarios y propietarias de olivos.
No todos los seres humanos son iguales, ya lo sabemos, y por ello existe en este mundo occidental y en gran parte del mundo una tendencia a mantener funcionando este sistema de producción económica que, en el caso de España una de las fuentes de producción de su PIB es el turismo, un sector económico con un gran impacto en los recursos naturales y en el consumo y derroche de agua (como el truismo de sol y playa).
Queda la esperanza de que algunas organizaciones mundiales sigan trabajando por la sostenibilidad del medio ambiente y el ser humano vaya tomando buen camino a la hora de vivir en este Planeta. No obstante, también es cierto que estamos en los comienzos de un Cambio Climático a nivel mundial, al que por desgracia el ser humano está colaborando en su manifestación y aceleración. La acción antrópica en la naturaleza ya se viene produciendo desde la Prehistoria, especialmente desde el Neolítico, con la transformación de los diferentes paisajes naturales, y ello continúa sin la adopción de medidas correctoras. La obsesión del ser humano occidental por la producción artificial de más y más capital, importándole un comino sus efectos sobre el medio en el que vive, es un serio peligro para su supervivencia. El desarrollo sostenible que arrancó a finales de la década de los años 80 del pasado siglo tiene aún mucho que avanzar para sostener y cambiar este camino.
No sé si uno llegará a verlo, pero la guerra por el agua será un hecho de retroceso en la Historia de la Humanidad.
Escrito por: Luis.2019/09/01 18:07:59.572022 GMT+2
La lucha por el agua en La Tierra, el futuro