Edward Said, profesor, escritor y filósofo de origen palestino y educación estadounidense, cuyos artículos han sido frecuentemente publicados en medios españoles, fue galardonado en 2002 con el premio Príncipe de Asturias de la concordia. Aunque falleció un año después, su nombre, vinculado también a otros proyectos musicales, es el que ostenta el Conservatorio de Música de la Universidad de Birzeit, localidad situada cerca de Ramallah, en Cisjordania.
Es una de las más prestigiosas de la región, con un largo historial que se remonta a mediados del pasado siglo. Pero su Conservatorio de Música ofrece unas peculiaridades que lo hacen especialmente digno de atención.
En 2004 se fundó en él la Orquesta Juvenil Palestina (OJP) con el fin de reunir en ella a los jóvenes talentos musicales palestinos dispersos por todo el mundo tras la ocupación israelí de Palestina. Luego se amplió la oferta a músicos de entre 14 y 26 años procedentes de cualquier lugar del mundo árabe.
Esta orquesta ha tocado en muchos países de Oriente Medio y Europa. Este año tiene previstos conciertos en Oslo, Copenhague y Ámsterdam. Su director explica que cuando se habla de los palestinos suele ser siempre para referirse a la ocupación y a sus padecimientos, pero para él la orquesta "muestra el aspecto vigoroso, hermoso y creador que es tan común en Palestina".
No es fácil manejar un orquesta bajo el férreo control israelí del territorio palestino: "Las personas no pueden reunirse entre sí fácilmente" bajo la ocupación militar. A los músicos que viven en Gaza se les niega repetidamente el permiso para viajar, aunque tengan visados para ir al extranjero. Lo mismo sucede con los refugiados palestinos en Líbano o Siria.
Pero ahora viene lo más sorprendente: ante tantas dificultades, algunos ensayos tiene que hacerse mediante Skype, el popular programa de conferencias personales de video en directo. Se hace muy difícil imaginar cómo un director de orquesta puede ensayar eficazmente con sus músicos a través de una pantalla de video para conjuntar eficazmente a los diversos grupos de instrumentos. Para hacer frente a tantas dificultades, antes de iniciar su gira anual la orquesta se suele concentrar en un territorio neutral, que este año ha sido Noruega.
Un profesor de Estudios orientales y africanos de la Universidad de Londres, Rafeef Ziadah, declaró al respecto: "Es muy difícil para los palestinos reunirse entre tantos obstáculos, constituir grupos y viajar. Así que un proyecto como el de la OJP es muy importante, y su sola existencia es un modo fundamental de denunciar el sistema de opresión que aísla entre sí a los palestinos y a ellos del resto del mundo".
Ziadah argumenta que el "asalto de Israel contra el pueblo palestino no solo incluye el robarle las tierras y hacerles sufrir la ocupación militar, sino que es un asalto contra la totalidad de la cultura palestina".
Una instrumentista de viola corrobora las declaraciones antes citadas del director de la orquesta diciendo: "Mostramos la principal imagen de ser palestinos: somos abiertos, soñamos, tenemos posibilidades y aspiramos a la igualdad".
No se presenta muy brillante el futuro de estos jóvenes artistas palestinos en un Estado de Israel dividido, inseguro de sí mismo y cuya política no parece conducir a una solución justa de la ocupación militar del territorio.
Publicado en República de las ideas el 8 de agosto de 2019
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