Ugrafías

Acaba un julio que no voy a recordar como nada bueno. Una mala racha me ha mantenido apático hasta con este blog. Problemas médicos, laborales, un disco duro sin copia de seguridad a tomar viento, averías varias -la última este mismo sábado-, depresión, calor, malas noticias en los noticiarios -eso es más normal, ya-, agobio...

Pero por eso lo apunto, para hacer un cierto exorcismo. Voy a darme una ducha de optimismo esta noche. Tengo por delante unas presuntas vacaciones -un cierre estratégico de dos semanas, más bien, por no quemarme del todo-. Será cuestión de poner en orden el desorden y empezar a redactar un curriculum -qué cosa más triste, dios, a mi edad y en casilla de salida- para enfrentar el paro de aquí a unos meses con algo bajo mesa.

Esta ciudad me trae un pelo loco: me atrae, me ancla y me repele simultáneamente. No quiero irme pero me iría con ganas. A ver si este agosto me aclara las ideas, porque ando muy turbio. Y sí... la única etiqueta que se me ocurre es la de trabajo. Y hasta me cuesta ponerla. Será si hay trabajo, lo que me recuerda una canción de mi tocayo Pako Pekao, de la banda de Gasteiz, Potato...

Echarse tierra encima es enterrarse vivo
Vagar sin rumbo fijo es estar perdido
Pedir para vivir es ser un mendigo
Huir para olvidar es estar vencido

Y digo yo...
¿Lo eres?

Y digo yo...

Que el águila domina en el mundo entero
El águila domina en el mundo entero
Controla desde arriba
A quien le tiene miedo

Y digo yo -también-... ¿Hay o no hay?.

Bueno, pues un poco de reagge para regar las próximas rachas, que no van a ser tan malas, digo.

Y muérete, mes, que encima de malo, largo.