Ugrafías

Nunca se publicó la canción 'Prensada de otoño', musicalmente hermana o bisnieta de la famosa balada de Joan Manuel Serrat.

Rabia,
detrás de los cristales, rabia y rabia
sobre los pisos de los desahuciados,
sobre los parias sedados ,
sobre los paros, rabia.

Pintaron de crisis el tiempo
y el miedo
se fue abrigando con hojas,
se fue vistiendo de otoño...

Y bueno, lo de la vieja queja. Que no. Que así se ve que no.

En general, en España, en esa campeonísima de rojo Ferrari botinnè, en la España de charanga y beso de reportera, se hablaba y se hablará del 29-S como un empate. Se repetirá que era un pulso inofensivo entre los sindicatos 'mayoritarios' y el gobierno 'socialista'. Y decían y dirán, la derecha nominal y sus contrafuertes ultras, que lo de hoy era un tongo más que previsible. Pero también ese otro dueto da empate, ya que la izquierda nominal puede ahora presumir de que se enfrenta al piquete con 'firmeza', cuando toca.

En Barcelona el partido no lo jugaban solo esos dos, o tres, o cuatro. El moviment del 25-S llevaba, desde el sábado, instalado en pleno centro, en la que fue una sede de Banesto y ha estado más de un lustro en desuso. Preocupándose allí mismo de la huelga de quienes, sin trabajo asalariado, o sin papeles, o sin más que precariedad vital y angustia, pueden unirse a la protesta. Muy ugráficamente definida como "la huelga de quienes no pueden hacer huelga". Organizando nuevos recursos y redes sociales. Con un cartel desplegando un mensaje bien claro: la banca nos asfixia, la patronal nos explota, los políticos nos mienten, CCOO y UGT nos venden. Cartel que deben temer, por lo transparente,  los dos 'grandes' entre los muchos que hoy convocaban. Desafiante también, por lo panorámico, tanto para el alcalde Hereu como para la ICV del conseller de Interior. Un mensaje peligroso en tanto radical, vaya. Y pues, un poco como les pasó a los bosnios en tiempos -es decir, entre fuegos, entre bloques, entre presiones de origen diverso y multilateral- el edificio ha sido esta tarde desalojado y el movimiento criminalizado. En los mass-media -donde los profesionales no pueden, y los más ni quieren, hacer de tales- se acusa ahora al moviment 25-S de los 'disturbios' con ese comodín tan nebuloso como es el de 'los antisistema'.

La jugada plasma lo bien que Joan Saura ha llegado a aprender como capataz de Mossos el cuándo y cómo y a quién conviene punzar, y le ha salido estupenda: Desde CNN+ a Intereconomia la 'noticia' aparece, gastronómicamente, al dente: que si "Barcelona se aborroka", que si "los antisistema esto y lo otro", que si "batalla campal"... Pero hay trile... Mientras en el espacio ocupado se preparaban, tranquilamente, a mediodía, en lugar de molotovs, sandwiches ecológicos como avituallamiento para los huelguistas, en un 'escenario' a media milla se generaba, por vía de ósmosis y provocaciones varias, LA foto, esa imagen que arde más que mil palabras: un coche de la urbana echando llamas. No se ha visto volar el cóctel por el aire en tv, tan solo se ha visto el coche ardiendo. Y humo... y venga humo... y más humo. Por tv el fuego y el humo deciden, es lo que tienen. Desde hace nueve septiembres largos, el humo lo tapa todo. Especialmente el humo escénico. Y tapa también esa maravilla del diseño manipulador, clave de bóveda -boba, pero clave-, que permite luego, ya entrada la tarde, a los dirigentes de CCOO y UGT el "desmarcarse de los violentos" que "solo se representan a sí mismos" y que "solo quieren hacerse ver aprovechándose de nuestra huelga".

La receta es trilera... ponga cuarto y mitad de infiltrados con capucha y atrezzo -como cuando García Valdecasas era gobernadora civil-, agite a los funcionarios del orden su propio recorte y haga desalojar sin medir ni porra ni sirena, y sin aviso judicial, a lo bravo, el edificio. Eso después de tenerlos toda la mañana, en frente mismo, ejerciendo de seguridad privada de ese mamotreto corporativo de discordante fachada que es el Corte Inglés. Y hágalo, todo eso, sabiendo que dentro el moviment estaba preparando cuscús y bocadillos, y no tirachinas. Sabiendo que el 95% de las y los allí ocupantes no iban a reaccionar con violencia, ni siquiera a la defensiva. Sume al manojo de infiltrados que ahumaron la guarnición ese 5% que sí que se pone, en lógica, efervescente. Y lo espolvorea azuzando guiris de pasote y algunos ni-ni que pasaran por ahí y ni saben de qué va la vaina, pero si hay jarana igual hay noria. Y así ya se obtiene el pie para la foto. Ya puede vender otra moto. Aunque esta vez el humo saliera, en 'los informativos de mediodía', de un coche. Ya puede Hereu amortizar el auto, anunciando, solemne y soberbio, ya de noche, que "caerá todo el peso de la Ley". Y si es todo, ha de ser más peso que el que cae sobre sus amistades peligrosas en otros casos, en los cuales quien se persona de acusación popular no es precisamente él.

Para los movimientos sociales, y para esa parte neurálgica que son los medios de comunicación alternativos, esta jornada de huelga no era un fin, como en cambio sí lo era para Toxo y Méndez. Para todo movimiento alternativo, jornadas así son y serán un medio, no un fin. Y se trata de aprender, como en cualquier proceso. Al menos una buena experiencia ya no nos la podrán robar, y es la Agència 29-S, que ha cubierto la jornada en streaming, sin llegar a las masas, pero llegando, precisamente, a la raiz informativa, sin trilerías. De hoy podemos aprender algo : el cómo se nos prensa, en los dos sentidos. Cómo Cuatro, Veo7, tv3, etcétera, se felicitan por 'prensarnos', o presentarnos en prensa -ya hace años más de imagen que de palabra, y más de impresión que de análisis- como si fuéramos parásitos antisociales (por violentos!).

Y también en el otro sentido nos prensan: nos apretujan de un lado las declaraciones insolidarias y ponciopilatescas del sindicalismo de financiación 'lateral' y el progresismo políticamente establecido. Y aprietan del otro lado los gacetilleros de la Brunetería españolera y patriotosa, que ya añora la murga y el anatema de las kale borroka y sopla ahora a ver si reaviva en Barcelona más leña de ese grifo de 'noticias' y de publicidad subliminal.

A unos y otros, al unísono, les va de perlas pintar como netamente violentos a movimientos que abogan por...? el decrecimiento (herejía!), las cooperativas integrales (anarquía!) y la subordinación de los fines a corto plazo (locura!).

Nos chafan con ese humo teledigitalizado y con esos tópicos, monitorizando los medios de comunicación -ahora tan claves, o más, como eran los de producción cuando a Marx le crecía la barba. Prima la imagen. Priman tanto el negocio como la portada de gran superficie. Así la visión -sin opinión- pública es la que ve el dedo, no la luna. Con esos videos en bucle perpetuo, con 'opinadores' en letanía de fondo, dibujan, como si el más peligroso, al menos poderoso de los poderes: el empoderamiento radical, colectivo y alternativo de quienes somos, con o sin 'crisis', el sin poder.

Y oh! carambola, pues de paso así también dejan al piquetero machote clásico igual que al taxista fan de Losantos, como si ellos fueran los únicos civilizados de la película. Absueltos ambos ellos, cubata en ristre tras el encuentro de la jornada, del pecado de ser marginales antisistema. Y olé.

Para acabar, un poco de optimisimo pese a la tiniebla... Mantenemos un privilegio: ser quienes van en pie de paz; ser quienes van, socialmente hablando, a cara descubierta; ser quienes se comprometen con la única salida a largo plazo: evitar el suicidio colectivo a que nos llevan sus crisis y sus pactos, de la mano de talantes con tijera y al son de arengas finales de cooptados que nos venden, temprano o tarde, eso sí, luciendo pegatina sindical y roja -roja como la 'victoriosa'- en la camisa.

En fin, no quería ugrafiar ni especular tan largo, pero me queda mucha reflexión en un día retratado así, pues abre la campaña que recibirá estos meses de otoño con urnas todo aquel activismo radical apartidista o/y también Des de baix. Campaña de la prensa afecta al régimen, a diestra y siniestra, y que será ante todo de presión criminalizadora, desde bien arriba y con pendiente, y, y eso sí que me parece triste, desde los costados, porque me temo que habrá trabajadores de a pie, afiliados a CCOO y UGT, que, leyendo estas líneas, quizás se 'radicalicen' en contra de los movimientos sociales, en vez de plantearse sentarse a organizar algo realmente nuevo y realmente obrero, junto a ellos, que sería lo suyo. O lo nuestro.

En fin, todo para resumir en que esa prensa 'deshace la unión'. Aunque espero que, como cantaba Labordeta en Las cuatro estaciones, vendrá marzo con flores.