Ugrafías

Siendo un chaval... me viene a la cabeza una copla de Los Enemigos, pero no, no va por ahí... siendo un chaval amontonaba números de la revistilla TP. En una esquina de su portada había un número 5. Cinco eran las pesetas que costaba. La programación de la tele (en singular más 'uhf'), la cartelera (pluralísima) de cines, la fotonovela, el horóscopo... Como un rito semanal, la ojeaba y un lunes, por arte de, supongo, otra crisis, me encontré con que ese 5 referente se había tornado en 7. Menuda sorpresa: lo inmutable mutaba... ¡qué vértigo! ¡la señora Inflación! ¡Siete pesetas! ¡Dónde vamos a parar! ¿No había un 6? En pocos meses costaba diez.

También recuerdo otra cifra: los 60 millones que costó al Barça traerse a Johan Cruyff. Calculaba yo que aquel delantero costaba 12 millones de tepés. No saqué tampoco más trascendencia al asunto. Ya entonces, supongo, mis pensamientos iban más hacia las letras que hacia los guarismos. Hasta aquí mi flashback ¿y bien?

Hoy es portada otro fichaje que cuesta grosso modo 266 de aquellos cruyffes. Unos, en Zeta, lo traducen a pisos, otros, en Mediapro, a subsidios, pero el caso es que no solamente es portada, es ya historia viva de 'lo que hay'. Y no hay más que, como bien decía Javier, cuanto menos pan, más circo.

Puedo ojear diccionarios y picotear sobre definiciones de precio. Del natural (según Adam Smith) o de producción, del de mercado, del de competencia, del de monopolio, del precio público (en principio inferior al de coste si se trata de un servicio público), etc. Seguirá siendo, todo ello, economía. Algo clave, algo importante, pero algo que de alguna manera, me es mucho más ajeno que las letras... precio sigue siendo, en cierta forma, la mitad larga, en lo lírico, de preciosidad. Y ahí llega para hacer una familia feliz el apreciar y lo apreciable. Y sí, ya, con eso tampoco digo nada demasiado claro ni pues tampoco caro. Es una baratija de pensamiento, no llega ni a un tepé de reflexión. En suma, y según cómo, una tontunada.

Mientras en la portada sale esa plusmarca, en lo publicitario se recoje la feria de saldos que los feriantes de vanidades (el 'low cost' del 'Barcelona Meeting Point', si lo traducimos para que se entienda) acercan desde hoy al 'mercado'. Durante años cada noviembre, ufanos ellos, promotores y políticos bendecían un 'salón' en que la especulación operaba como empuje (supongo que por ello era entre semana, 'laborable' para los especuladores). Ahora no, ahora su 'outlet' es en fin de semana: no se busca el chanchullo sino el lucro en base a emergencias habitacionales de familias formadas o por formar, y con distintos anzuelos, ora el precio 'concertado', ora el alquiler 'con opción a compra'. Intentan pescar en un río que parece abocado a una cascada y un batacazo sin parangón. Pero se rumorea que no van a vender un piso en su puta vida. Ni así.

Bueno, lo que está claro es que no van a vender ni como antes ni lo que antes. Vdevivienda, en noviembre de 2006, acudió a clausurar simbólicamente la feria. Hoy, en cambio, estuvo recogiendo el parecer de los visitantes, para a partir de ahí montar un video que convoque a una nueva sentada por el derecho a la vivienda el 5 de julio.

Probablemente no buscará ser un anuncio precioso, pero de lo que sí me alegro es de que no tenga precio, ya que la perseverancia de Vdevivienda es la prueba de que no nos vendemos a ninguna sigla y de que no paramos de reivindicar y no nos conformamos con haber sido un movimiento simpático y visual sin más. Seguiremos exigiendo cambios profundos, estructurales, radicales, bregando contra la cortina de humo que la omnipresencia de su crisis genera para tapar el juego trilero de bastantes florentinos excelentes muy bien acomodados por demasiadas políticas de pasillo.